Este poema expresa el profundo amor que el autor siente por su esposa. En cada estrofa, el autor describe cómo un simple gesto o mirada de su esposa es suficiente para llenarlo de alegría, pasión y calma. Su amor por ella es tan grande que con solo tenerla cerca se siente completo y la muerte deja de ser una preocupación. El poema transmite lo importante que es su esposa para el autor y lo mucho que depende de ella para sentirse vivo.

1. Me basta,
Me basta una mirada tuya para ampliar mi visión
Una mirada eterna
Que reviva mi corazón
Me basta,
Me basta un beso de tu boca primorosa
Para ascender a los cielos
Un beso, tierno y suave como la rosa
Me basta,
Me basta el calor de tu cuerpo celestial
Para avivar la pasión
Que siento desde nuestro momento nupcial
Me basta,
Me basta tu silencio y el suspiro sereno
Al chocar nuestras miradas
Poder calmar mi desenfreno
Me basta,
Me basta un abrazo, que calienta mi pecho
Si, que me estremece y seduce
Al estar en nuestro lecho
Me basa,
Me basta vida mía tenerte tan cerca
Que si el destino lo quisiera
La muerte ya no es una situación incierta
Me basta,
Me basta compartir el aire que respiras
Porque mi corazón
Late y solo por ti suspira
Me basta,
Me basta despertar de madrugada
Admirando tu semblante
Si, tu rostro de niña ilusionada
Me basta,
Me basta rosar tu piel perfumada
Por la brisa de la noche
Y el rocío de la madrugada.
Me basta,
Me basta tu tierna sonrisa
Llena de amor
Que se transmite por la brisa
Me basta,
Me basta tu inocencia infinita
Símbolo de pureza
En tu alma bendita
Me basta,
Me basta una palabra tuya para recuperar el aliento
Si, una palabra de amor
Que no se lleve el viento Para mi esposa Autor: Javier Cucaita
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