La calidad en los servicios públicos se refiere al conjunto de características que satisfacen las necesidades de los ciudadanos-clientes. Antes, la calidad se asociaba con productos de alto nivel y control, pero ahora implica mejora continua y satisfacción del cliente interno y externo. Para lograr calidad, los servicios públicos deben considerar la perspectiva de los ciudadanos y utilizar métodos como encuestas y sistemas de quejas para mejorar constantemente.