El documento discute varias opciones para combatir el calor excesivo en las aulas escolares. Propone el uso de ventiladores de techo o abanicos para refrescar las clases de manera efectiva. También menciona el aire acondicionado como una opción en casos extremos, pero no es la solución más sostenible o saludable. Además, recomienda instalar aislamiento térmico reflectivo en los techos o paredes de las aulas para evitar que el calor se transmita a través de los materiales conductores de calor como el metal