Las ventas escolares se presentan debido a que los estudiantes quieren generar ingresos propios. Sin embargo, las ventas ocasionan distracciones que afectan el aprendizaje, y se prohíben porque pueden usarse para distribuir drogas y desordenar las aulas, desconcentrando a los estudiantes de sus estudios. Los administradores de las tiendas escolares ven disminuidas sus ganancias por la competencia de las ventas en el aula.