El documento describe la política económica sandinista en Nicaragua tras la revolución de 1979. Se realizó una reforma agraria redistribuyendo tierras de grandes propietarios a cooperativas campesinas. También se nacionalizaron bancos y comercio exterior para controlarlos desde el gobierno. El objetivo era mejorar la desigual distribución de ingresos y recursos, y promover el desarrollo económico a través de la agricultura y la integración comercial internacional.