El documento argumenta que la formación ética debe ser un eje transversal en toda la carrera de Ingeniería Civil, enseñándose a través de asignaturas específicas vinculadas al proceso constructivo y conceptos como el respeto por las etapas del proceso, la transparencia en la licitación y las claras responsabilidades profesionales. La formación ética es necesaria para que lo técnicamente correcto sea también éticamente correcto, y la responsabilidad profesional incluye la responsabilidad ciudadana.