Jesús enseñaba a sus discípulos y seguidores las Bienaventuranzas en el monte. Los discípulos interrumpieron con preguntas sobre si debían aprenderse el material, copiarlo o examinarse sobre él. Un fariseo también interrogó a Jesús sobre su nivel de competencia curricular, cómo atendía a la diversidad y diseñaba la atención diferenciada para palestinos y gentiles. Jesús se llenó los ojos de lágrimas y elevó una plegaria al Padre.