Jesús enseñaba a sus discípulos y seguidores las bienaventuranzas en una montaña. Los discípulos interrumpían con preguntas sobre si debían aprenderse el material o copiarlo, mientras que un fariseo le preguntaba a Jesús sobre su programa de estudios y cómo atendía a la diversidad y motivación de sus estudiantes. Jesús se entristeció ante tales preguntas.