Este documento discute el impacto positivo de Internet y la tecnología en la educación, permitiendo que los programas se ajusten a las necesidades de los estudiantes. Sin embargo, existen algunas opiniones contrarias sobre sus efectos. El documento también argumenta que las universidades deberían estar a la vanguardia de los avances tecnológicos y culturales, contar con profesores dispuestos a cambiar y promover la autonomía en el aprendizaje.