El documento propone crear un mercado secundario para la venta de vuelos cancelados, permitiendo que los usuarios que ya no puedan realizar su viaje puedan vender su asiento a otros usuarios interesados, reutilizando así asientos que de otra forma quedarían vacíos. Esto beneficiaría tanto a los usuarios al darles una alternativa para recuperar parte de su inversión inicial al cancelar un vuelo, como a la aerolínea al mejorar su imagen como empresa responsable con los clientes.