El documento resume tres estudios sobre la salud mental de los hijos de padres homosexuales y lesbianas. El estudio de 1998 de Chan encontró que los factores como el estrés parental, los conflictos entre padres y el amor conyugal influyen más en el desarrollo psicológico y social de los hijos que la orientación sexual de los padres. El estudio de 1997 de Tasker & Golombock encontró que los hijos de padres del mismo sexo tienden a ser más empáticos. Finalmente, el gran estudio de 2003 de Golombock concluyó que los

1. Salud mental de hijos de padres homosexuales y lesbianas
Chan, en el año 1998, realizó una investigación que arrojó como resultado que
los niños criados en familias con padres con poco estrés, pocos conflictos entre
ellos y más amor conyugal, desarrollaban un perfil psicológico y social más
sano, independiente de la orientación sexual de dichos padres. El mismo autor
realizó un estudio en 55 familias de lesbianas y 25 familias de heterosexuales
que habían concebido a través de donación de esperma. El desarrollo de sus
hijos era sano en ambos grupos, sin que la variable orientación sexual o número
de padres tuviera una relación estadísticamente significativa, siendo así que el
mito de que los niños deben tener un padre y una madre para crecer
psicológicamente sanos, no tiene evidencia empírica.
En 1997, Tasker & Golombock, a través de técnicas proyectivas y juegos,
concluyeron que los hijos de padres del mismo sexo tienden a ser más
preocupados por los niños que consideran más indefensos o más pequeños que
ellos, desarrollando mayor empatía que hijos de padres heterosexuales.
Uno de los estudios más grandes fue llevado en el año 2003 por Golombock, en
14.000 madres heterosexuales, lesbianas y madres solteras, a través de
cuestionarios y entrevistas aplicadas a las madres, sus hijos y sus profesores. Se
concluyó que los hijos de madres lesbianas y madres solteras heterosexuales,
son tan bien desarrollados y bien adaptados como los hijos de madres
heterosexuales.