El consumo de alcohol a una edad temprana puede causar graves daños a la salud física y mental de los adolescentes. El alcohol puede dañar el hígado, cerebro y sistema nervioso central, y aumentar el riesgo de dependencia del alcohol en el futuro. También puede conducir a problemas de comportamiento como violencia, fracaso escolar y embarazos no deseados, así como accidentes de tráfico debido a conductas de riesgo bajo la influencia del alcohol.