El punto es el elemento más simple del lenguaje visual y se ha utilizado desde la antigüedad en el arte, como en mosaicos y pavimentos. A mediados del siglo XIX, Seurat desarrolló el puntillismo que aprovechaba las capacidades de los puntos. El punto se usa en la reproducción de imágenes impresas, fotográficas y digitales. Junto con otros elementos, el punto es capaz de construir una imagen creando formas, volumen y colores, y también de organizar y componer la imagen.