Julian inventa un socio ficticio llamado Walter Davis para evitar un negocio propuesto por su amigo Goldenberg. Davis cobra vida propia y causa problemas, enamorando a la esposa de Goldenberg y luego matando al hijo enfermo de Julian. Finalmente, en un momento de desesperación, Julian escribe una carta inculpando a Davis de su propio asesinato para vengarse de la creación que se le había vuelto en su contra.