Ramón Castilla promulgó decretos que abolieron el tributo indígena y la esclavitud en 1854. El tributo indígena fue eliminado porque se consideraba una forma de esclavitud que impedía la independencia real de los peruanos indígenas. La esclavitud también fue abolida porque era contraria a los derechos humanos, aunque los amos de esclavos recibieron una compensación del estado. Ambos decretos buscaban reconocer la dignidad de los indígenas y afroperuanos.