Grigori Rasputín era un monje ruso sin educación formal que adquirió fama como sanador místico. Fue presentado a la familia real rusa en 1908 después de que supuestamente alivió la hemofilia del hijo del zar. Esto le valió la confianza de la zarina y el zar, ejerciendo gran influencia sobre el gobierno ruso hasta su asesinato en 1916.