El documento describe los nuevos conflictos que surgieron entre la década de 1960 y principios de 1980, incluidas las disputas sobre armas nucleares y el tratado de no proliferación de 1968. También menciona la crisis del petróleo de 1973 y el colapso de la Unión Soviética en 1991 como factores que contribuyeron a los nuevos conflictos. Un ejemplo clave fue la guerra entre Irán e Irak de 1980 a 1988, que ilustró cómo los conflictos ya no estaban estrictamente delimitados por la Guerra Fría.