1. Universidad Distrital francisco José de Caldas
Facultad de Ciencias y Educación
Lic. En Pedagogía Infantil
Juego, Tecnología y Conocimiento Infantil
CAMPOS SIN CAMPESINOS, EXISTE SIN EXISTIR
En los últimos días hemos sido testigos de una gran movilización campesina, de un llamado que
hoy nos hacen las personas que trabajan en los campos colombianos para que todos y todas
tengamos una comida natural y digna sobre nuestras mesas.
A esta gran movilización se ha unido el país, aunque aún nos faltan muchos, hemos despertado para
pedir y exigir al gobierno colombiano que respete y apoye a nuestros campesinos, Colombia ha
demostrado solidaridad y acompañamiento, dado que no solo se ven afectadas dichas personas sino
que la comunidad en general está involucrada; es muy triste ver como nos afectamos y somos
sensibles a la situación ajena cuando indirectamente somos tocados, sin contar los que aún son
indiferentes y ajenos a la realidad.
Nuestros campesinos empezaron la lucha, pero poco a poco el país se fue uniendo y los diferentes
gremios fueron mostrando su apoyo; en una intervención del Presidente Santos se escuchó: “El tal
paro nacional agrario no existe”; allí el país se conmovió, y demostró que no solo era un paro por
sectores, que no solo eran los campesinos peleando, que era un pueblo pidiendo un cambio nacional
y urgente.
Un país casi entero se unió para demostrar que los campesinos son importantes, que valen, y son
tomados en cuenta. No solo debe el pueblo de un país mirarlos y valorarlos, es obligación de todos
juntos velar por todos. Dice el artículo 64 de la Constitución Política de Colombia: “Es deber del
Estado promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, en
forma individual o asociativa, y a los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social,
recreación, crédito, comunicaciones, comercialización de productos, asistencia técnica y
empresarial, con el fin de mejorar el ingreso y la calidad de vida de los campesinos.”. Pero la
realidad es diferente, donde es una parte del pueblo que se preocupa por y con ellos, mientras el
Estado, que es quien debe velar por su calidad de vida, es quien la desmejora.
El gobierno que siempre tiene la política y firme decisión de protegernos, velar por nuestro interés y
ayudarnos, quiere con el Decreto o Resolución 970 acabar con las semillas de los campesinos y
obligarlos a comprar semillas que pudiendo extraer de la tierra nuestra, se disponen para otros usos.
Si hacemos una mirada implícita y un juicio crítico, veremos que no solo quiere acabar con unas
semillas, quiere acabar con un avance en la calidad de vida de cientos de colombinos y
colombianas; el gobierno que se ufana públicamente de que está mejorando y velando por nosotros,
en el interior nos acaba y busca es su progreso personal y deseos de poder, deseos que al final solo
muestran una vez más que el hombre es víctima o esclavo de su propio invento, un gobierno que
más parece extranjero que colombiano, es víctima de una esclavitud de poder que lo único que
2. hacer es hacer ricos a los ricos y pobres y doblegados a su pueblo; sería contradictorio pero es clave
afirmar que nuestro gobierno en vez de buscar un avance y mejoramiento de la calidad de vida,
busca una doblegación (junto con él) de su pueblo hacia los que no tienen conque pero busca las
formas de poder.
Se busca entonces acabar con un “paro nacional agrario” pero no se va a la causa, el paro solo es un
efecto de todo lo que el gobierno ha hecho con sus malas decisiones; es triste saber que tendremos
que comer alimentos importados, sin un tiempo necesario para su proceso de vida; es triste saber
que los alimentos que ingerimos a diario son florecidos sin un procedimiento natural y de tiempo.
Pero aún más triste es saber que comemos eso, pudiendo comer lo que nos da nuestra tierra y con
mucha mejor calidad. Es por eso que se pelea, que se lucha y que se siente y moviliza frente no al
supuesto sino al Paro Nacional Agrario, un paro que no solo involucra a los campesinos sino a todos
los ciudadanos que comemos a diario; por eso la invitación es no solo comer sino reflexionar de
dónde viene y cómo es cultivado los alimentos diarios.
La invitación no es acabar un paro y volver a la “tranquilidad y normalidad diarias”, es a acabar una
guerra que lleva años y está por explotar.
BIBLIOGRAFÍA
Constitución Política de Colombia. Artículo 64
Resolución 000970 de 2010