La restauración europea después de la batalla de Waterloo fue una época de tensión entre los herederos de la revolución y las grandes potencias que buscaban restaurar el antiguo régimen a través del Congreso de Viena y la Cuádruple Alianza. El nacionalismo se enfrentó a las potencias restauradoras y llevó a tres oleadas de revoluciones liberales y nacionalistas entre 1820 y 1848 que cuestionaron el orden establecido.