La construcción del Estado liberal en España durante el siglo XIX se caracterizó por (1) la instauración de la monarquía constitucional bajo Isabel II, (2) la alternancia en el poder de los partidos moderados y progresistas, y (3) la inestabilidad política durante el Sexenio Revolucionario tras la caída de Isabel II, que condujo al establecimiento de la Restauración borbónica y el sistema de turnos pacíficos entre conservadores y liberales.