1. Retrato de cardenal
(Ritratto di cardinale)
Rafael Sanzio, 1510
Óleo sobre tabla • Renacimiento
79 cm × 61 cm
Museo del Prado, Madrid, España
Fue pintado durante el papado de Julio II. Es
un retrato de composición sobria pero muy meditada. El
retratado se muestra de medio cuerpo, con sus ropas
de cardenal representadas minuciosamente, con
gran realismo, en particular la seda de la muceta, con
brillos tornasolados. La posición del brazo, como
apoyado en el pomo de un sillón que no se ve, da
mayor solidez al diseño: el blanco del tejido subraya el
rojo de la seda, y la mano avanza hacia el espectador
en escorzo, ayudando al efecto de profundidad. El
rostro muestra una personalidad reflexiva y reservada,
con una gran seguridad en sí mismo.
Este tipo de retrato influyó en artistas posteriores
como Tiziano y otros pintores de la escuela veneciana.
Muestra notable fuerza psicológica, aunque es ambiguo
y ello dificulta interpretar la mirada como astuta o
inteligente.
El cuadro fue adquirido por Carlos IV de España cuando aún era príncipe, durante una estancia
en Roma. Llegó a la colección real española bajo la atribución a Antonio Moro, justificada por la
técnica minuciosa, que parecía inusual en Rafael. Posteriormente ingresó en el Museo del Prado.
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Magno Jonathan Nuñez Calderon | A-II-4