El agua es un elemento esencial para la vida. Sin embargo, los datos que aportan instituciones multirales como Naciones Unidas muestran que más de 750 millones de persona no tienen acceso a una fuente de agua segura, y la previsión indica que para 2025 un tercio de la población mundial vivirán en condiciones de estrés hídrico. La reciente declaración del agua como derecho humano choca colisiona con la implementación de políticas y la visión del agua como un recurso, priorizando su distribución en función de los beneficios económicos, favoreciendo el acaparamiento de agua por parte de grande empresas del sector energético, la agroindustria y las embotelladoras, entre otros.