El documento clasifica los riesgos naturales en tres tipos: tectónicos, climáticos y biológicos. Los riesgos tectónicos incluyen terremotos y erupciones volcánicas y tienen su origen en movimientos internos de la Tierra. Los riesgos climáticos, como inundaciones y sequías, se producen por cambios extremos en el clima. Los riesgos biológicos, como epidemias y plagas, son causados por la exposición a microorganismos.