San Agustín nació en el año 354 en el norte de África. Recibió una sólida formación académica y enseñó retórica en varias ciudades. Se unió a los maniqueos pero luego el obispo Ambrosio lo convirtió al cristianismo. Fue ordenado sacerdote y más tarde obispo de Hipona, donde escribió numerosas obras teológicas y filosóficas defendiendo la doctrina cristiana. Murió durante el asedio de los vándalos en 430.