A principios del siglo XX, Argentina tenía más de 100 millones de hectáreas de bosques nativos, pero hoy solo quedan alrededor de 31 millones de hectáreas, lo que representa una pérdida del 90% en 100 años debido principalmente a la conversión de tierras para la agricultura. La conservación de los bosques nativos es fundamental no solo por su biodiversidad sino también por los servicios ecosistémicos que brindan y los enormes costos económicos y de bienestar que representaría su pérdida.