Este documento discute la naturaleza del alma humana y su relación con el espíritu y el cuerpo. Explica que el alma se desarrolló excesivamente después de la caída de Adán y Eva, llevando a la insubordinación del hombre. También analiza las tres funciones principales del alma: las emociones, la mente y la voluntad, y cómo el objetivo es que el alma esté sujeta al espíritu y no al revés. Finalmente, enfatiza la necesidad de que el cristiano controle sus sentim

1. SANIDAD DEL
ALMA
UNA RUTA OBLIGADA AL
INTERIOR DEL TABERNACULO

6. EL ALMA
(1 Tesalonicenses 5:23) “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Al tomar del fruto del árbol del conocimiento Adán y Eva “Conocieron…”
(Génesis 3:7). Pero ese conocimiento procedía del árbol incorrecto, por tanto, su
origen era defectuoso. En vez de alimentar su espíritu para una perfecta
comunión con Dios y para cumplir con su propósito, ellos alimentaron su alma
con lo cual ésta vino a desarrollarse excesivamente.
¿Por qué le pasó esto al alma? Porque adquirió un conocimiento que en lugar de
llevarla a la sujeción del espíritu la llevó a insubordinarse. La pregunta que Dios
le hizo a Adán: “¿Quién te enseñó?” Quiere decir que sí a través de la enseñanza
del “árbol incorrecto” el alma del hombre se insubordinó, es a través del árbol
correcto que será restaurada por una información correcta.

7. EL ALMA
Quedaron afectadas las emociones, porque el fruto fue
agradable a sus ojos, la mente con su facultad de razonamiento
experimentó un desarrollo porque se hicieron sabios; y su
voluntad se fortaleció igualmente para tomar de ahí en adelante
decisiones por sí mismo. De ahí en adelante el hombre no fue
sólo “un alma viviente”, sino que viviría por su alma, la cual
ocuparía el lugar del espíritu como impulsor de su vida. En
realidad lo que provocó la muerte del espíritu no fue un juicio de
Dios sino la separación del espíritu de Adán por el alma; por lo
que podemos declarar que el alma tiene la capacidad de separar
nuestro espíritu de Dios.

8. EL ALMA
El problema no es que el hombre tenga alma
o que haga uso de su alma en verdad es
imposible que pueda vivir sin ella porque él
es un alma viviente-, sino que el problema es
vivir del alma. Remediar esto no significa
eliminar el alma para convertirnos en
personas insensibles, sino que es mantenerla
en sujeción al espíritu dentro de los estrechos
límites diseñados por Dios para ella. El
problema del alma no es que ella exista y
obre, sino que es su crecimiento
desmesurado y su protagonismo ególatra.

9. EL ALMA
El objetivo de DIOS es que mengüemos y que su Hijo crezca en nosotros.
A la iglesia le cuesta saber dónde están los límites del alma y la frontera
del espíritu. La Biblia nos dice en (Hebreos 4:12) “Porque la palabra de Dios
es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón”. Entonces según el escritor de
Hebreos debe producirse una partición entre el alma y el espíritu.
La iglesia es muy almática, sigue enfrentándose al conflicto del alma a la
hora de subyugarla al espíritu. Por ejemplo la gente no sabe separar
cuando le habla el alma y cuando el espíritu, siendo una consecuencia de
ello que el hombre siga siendo presa de los impulsos del alma.

10. EL ALMA
Esto fue lo que ocurrió al morirse el espíritu del hombre en el
Huerto después de la caída, el alma tomó la rienda.
Nuestro cuerpo pareciera que se resiste a la operación del espíritu,
puesto que nacimos bajo la naturaleza caída.
El ser humano tiene tres partes al igual que el templo de Dios:
El Cuerpo con el que somos conscientes del mundo (Atrio)
El alma con la que somos conscientes de nosotros mismos (Lugar
Santo)
El espíritu con el cual somos conscientes de Dios (Lugar
Santísimo).

12. Hablemos del Alma…….
El alma ubicada entre el espíritu y el cuerpo, es la sede
de la personalidad del hombre (Dios lo creó un “alma
viviente”). El alma es un reducto inalienable, el cual ni
siquiera Dios puede violar. Allí en el alma el hombre
tiene todo el poder de decisión. Cuando Dios creó al
hombre quiso que su espíritu fuera como un amo, el
alma como un mayordomo y el cuerpo como un criado.
El amo encarga asuntos al mayordomo, quien a su vez
ordena al criado que los lleve a cabo. Sin embargo, con
la caída, el alma se erigió en amo, y el espíritu se
adormeció. Se rompió la comunión con Dios. Un
hombre sin Dios tiene, normalmente, en función solo el
alma y el cuerpo. En cambio, uno que ha nacido de
nuevo puede volver al diseño original de Dios: “espíritu,
alma y cuerpo”.

13. El alma tiene que dejar de ser
amo y volver a ser mayordomo,
porque existe el peligro de que el
espíritu quede oprimido (es el
caso de los que son niños en
Cristo). El alma también puede
retroceder a ser esclava del
cuerpo, en la inmundicia, lascivia,
etc., o ser influenciada por el
poder de las tinieblas, sea con la
sabiduría terrenal, o con visiones y
sensaciones sobrenaturales que la
estimulan.

14. Para quienes poseen muchos dones naturales es difícil aceptar que ellos no le
sirven a Dios, a menos que pasen por la cruz. Ellos han sido durante toda su vida
elogiados de modo que no es fácil reconocer que algo está mal allí. Ellos piensan
que pueden hacer muchas cosas para Dios, sin embargo, cuando los ojos son
alumbrados por el espíritu, se ve su verdadera naturaleza y su inutilidad.
El Señor dijo: “separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:5), pero nosotros
estamos muy confiados de que podemos hacer más de una cosa sin Él. Nuestro
problema es entonces, como detenernos para no hacer cosas inútiles para Dios.
Estamos dispuestos en ir muy lejos en nuestro afán de hacer cosas para Dios, sin
buscar su voluntad y sin renunciar a lo nuestro. El Señor también dijo: “toda
planta que no planto mi Padre celestial, será desarraigada” (Mateo 15:13), lo
cual significa que lo que procede de carne y sangre será desarraigado. Todo lo
que se origina en nosotros es carne y ésta jamás se convertirá en espíritu. El
origen determina su destino.

15. TRES FUNCIONES DEL ALMA
1. EMOCIONES
a. Afectos:
Cuando el cristiano se consagra es
relativamente fácil entregar su tiempo,
dinero, poder, etc., pero ofrecer sus afectos
es muy difícil. Pero si no ofrece sus afectos
no ha ofrecido nada. Dios exige amor
absoluto de sus hijos, es decir, con todo el
corazón, alma y mente. El amor hacia los
suyos es el más grande rival del amor a Dios
en el corazón del creyente. El Señor no solo
espera que el cristiano trabaje para Él, sino
sobre todo que le ame.

16. b. Los Deseos:
Los deseos del alma se centran en el yo,
para su deleite y exaltación. Estos son
quitados por la operación de la
regeneración, dejando de tener
ansiedad por alcanzarlos; hay reposo,
no hay frustración porque ya nada se
desea sino a Dios. Los deseos solo
provocan inquietud y afán, y nunca
serán enteramente satisfechos. Cuando
el cristiano está satisfecho con lo que
Dios le da, tiene reposo. La vida
espiritual es una vida satisfecha en
Dios.

17. Ejemplo: Cuando damos, estamos manifestando los deseos de
nuestra alma; si hiciéramos un porcentaje matemático sobre en qué
invertimos más cantidad de dinero, nos daríamos cuenta de que lo
que menos deseamos es la voluntad de Dios; esto es una evidencia de
un alma desordenada donde ella gobierna sobre el espíritu, ya que el
mayor desprendimiento de dinero no se hace para Dios; y la Biblia en
(Deuteronomio 14:26 (Juneman) dice: “Y darás el dinero por todo lo
que deseare tu alma: por vacas o por ovejas o por vino o por sidra; o
por todo lo que deseare tu alma; y comerás allí delante del Señor, tu
Dios, y te alegrarás tú y tu casa”.
Los deseos descontrolados del alma nos llevan automáticamente a
quebrantar las prioridades en Dios

18. c. Los Sentimientos:
Los sentimientos son un camino con
muchos altibajos. Cuando están en la
cúspide, el creyente piensa que está en
su estado óptimo, que es espiritual, y
cuando, por el contrario, se siente frío y
seco, piensa que es anímico y carnal.
Esto no es así, en ambos casos es un
cristiano anímico y se mueve por
sentimientos.

19. ¿Por qué Dios concede sentimientos de felicidad y luego los
retira?
Para que el creyente se conozca en toda su fragilidad e
inestabilidad, y para que dominando sus sentimientos pueda
dominar el ambiente. Dios quiere que el creyente le sirva, ya
sea que este feliz o este triste, por ello, también retira esos
sentimientos para que el creyente entrene su voluntad. La
vida de fe puede ser llamada la vida de la voluntad puesto
que la fe no se ve afectada por aquello que se siente. Un
creyente emocional es inútil en las manos de Dios, sólo
apegando su voluntad a la de Él, se hallará perfecto reposo.