1. Diario de Noticias de Álava Sábado, 19 de febrero de 2011 OPINIÓN 5
ONDA VASCA 98.0 FM
El lapitzero
Marruecos
Atención a Marruecos. Es difícil calibrar a priori la fuerza real de los convocantes de las protes-
tas previstas para mañana. Pero la ola revolucionaria llama a las puertas de Mohamed VI con rei-
vindicaciones muy básicas: salarios dignos, no pagar sobornos, reconocer la lengua tamazig y la
diversidad cultural del reino, acabar con la corrupción, libertad de prensa o fin de la represión
policial. Ojalá también se abra una oportunidad para el pueblo saharaui. Se lo merece.
N
O hacemucholeíamosqueunodelos
implicadosenlaoperaciónGalgoapa-
reció ahorcado en su domicilio. Se
podría pensar quealgo habría hecho.
Pero ¿y si lo que pasó fue que no aguantaba más
tener todos los dedos acusadores dirigidos hacia
él? El artículo 11 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos estipula con toda clari-
dad que toda persona acusada de delito tiene
derechoaquesepresumasuinocenciamientras
no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley
y en un juicio público en el que se le hayan ase-
guradotodaslasgarantíasnecesariasasudefen-
sa. La presunción de inocencia es, por tanto, un
derecho humano fundamental y una máxima
jurídico penal. Incluso aplicando medidas pre-
cautorias, jueces y fiscales deben tener la pre-
sunción de inocencia como norte en sus actua-
ciones. Dicho de otra manera, en tanto no medie
una sentencia condenatoria firme, la persona
acusadaoimputadaesinocente,sinmermaalgu-
na en sus derechos y deberes, incluidos, por
supuesto, su derecho a la imagen y al honor.
Schadenfreude es una palabra alemana que
designa el sentimiento de alegría creado por el
sufrimiento o la infelicidad del otro. En caste-
llano, regodearse, “complacerse maliciosamen-
te con un percance, apuro, etc., que le ocurre a
otra persona”.
El shadenfreude vende cuando, por ejemplo, a
pesar del secreto de un sumario, los medios de
comunicaciónreflejancontenidosdelmismoque
solamente pudieron obtener a través de alguna
filtración por parte de alguien con acceso al mis-
mo; y cuando los medios reflejan precisamente
aquellos indicios del sumario que pueden resul-
tarincriminatorios,dejandodeladootrosaspec-
tos atenuantes o exculpatorios. Y no se respeta
ni el derecho a la intimidad de las personas, ni
su posible condición de menor de edad ni nin-
guna otra circunstancia, porque lo que vale es
el schadenfreude.
En otoño de 2009, Diego P.V. trasladó apresu-
radamente a la hija de su novia a los servicios
médicos de Tenerife. Un primer reconocimien-
torevelabaunaparadacardiorrespiratoriapero,
además, la niña presentaba indicios de posible-
mente haber sido objeto de abusos y malos tra-
tos, y falleció a pesar de los intentos por reani-
marla.DiegoP.V.fuedetenidocomopresuntores-
ponsable. Afortunadamente para él, pudo salir
en libertad sin fianza después de que se demos-
trasequelacausadelamuertedelapequeñafue
una caída de un columpio días antes. No obs-
tante, en el breve periodo de tiempo en que estu-
vo siendo investigado, el mecanismo de scha-
denfreude funcionó con una intensidad mayor
de la habitual. Era inocente, pero casi fue lin-
chado y mediáticamente se le inculpó de forma
inmediata ¿De qué medidas de resarcimiento se
ha beneficiado Diego P.V. después de este lamen-
table episodio?
Viene a la mente, en nuestro entorno más
inmediato, el caso del diario Egunkaria, donde
los procesados no se beneficiaron fuera de los
tribunalesdelapresuncióndeinocencia–locual
a menudo tiene su influencia dentro de ellos–
para que al final la sentencia firme estipulara
claramente que “las acusaciones no han proba-
do que los procesados tengan la más mínima
relación con ETA, lo que por sí determina la
absolucióncontodoslospronunciamientosfavo-
rables”. ¿Alguien se ha responsabilizado de
resarcirles por el daño que se les ha causado en
su imagen y honor, y por el sufrimiento ocasio-
nado a sus familias en años de procesamiento?
Ahora,conlosintegrantesdeUdalbiltzahapasa-
do algo similar, ya que tampoco se aprecia rela-
ción con ETA.
En honor a la justicia, no estaría de más, en lo
relativo a otros casos del País Vasco, abordar un
estudio sobre cuánta gente ha sido detenida y
puesta en libertad sin cargos poco después; y a
Tribuna Abierta
P O R A N D R É S K R A K E N B E R G E R ( * )
‘Schadenfreude’
Apenas levantado el secreto
de sumario en uno de los
casos de Álava, ya se ‘decretó’
públicamente la culpabilidad
su vez, cuántas personas de las detenidas aca-
baron siendo condenadas. Sería asimismo inte-
resante estudiar la cobertura que recibió la
detención y compararla con la recibida por la
puesta en libertad sin cargos.
Y si nos adentramos en el pantanoso campo de
la confrontación entre partidos, la presunción
de inocencia no está en vías de extinción: está
directamente extinta desde hace mucho tiempo.
Toda persona que se vea involucrada en un caso
queluegoesobjetoarrojadizoentrepartidosfue-
ra de los tribunales ya puede despedirse de la
presunción de inocencia, aunque se sepa ino-
cente. Prueba de ello es el caso del concejal vito-
rianodelPPJorgeIbarrondo,condenadoensep-
tiembrede2009alpagodeunamultayasuinha-
bilitación durante siete años como concejal por
conceder la licencia para construir siete chalés
enunaparceladondesólocabíanseis.Puesbien,
en marzo de 2010 fue absuelto por la Audiencia
de Araba del delito de prevaricación urbanísti-
ca al que fue condenado por considerar el tri-
bunal que el asunto tenía “ínfima trascenden-
cia”. También allí hubo mucho de schadenfreu-
de. Algo parecido está ocurriendo en el trata-
mientoinformativoqueseestádandoalosimpu-
tados en los casos que se investigan en dos comi-
sionesespecialesenelParlamentoVascoenestos
momentos.Apenaslevantadoelsecretodesuma-
rio de uno de los casos investigados, ya se había
decretado públicamente la culpabilidad de los
afectados. Los derechos humanos no son algo
decorativo. Precisamente fueron objeto de con-
senso internacional como los principios recto-
res que deben ser respetados en su integridad.
Nadie puede emprender y desarrollar activida-
des o realizar actos tendentes a la supresión de
cualquiera de los derechos y libertades procla-
mados en la Declaración Universal de los Dere-
chos Humanos. Por tanto, nadie, ni siquiera
amparándoseenelderechoalalibertaddeinfor-
mación o de opinión, puede suprimir el derecho
alapresuncióndeinocencia.Nisiquieraelscha-
denfreude vale como excusa.
* Firman también esta tribuna Jon Landa y Sabino
Ormazabal, miembros de la asociación pro Derechos
Humanos Argituz
H
A nacido Sortu renegando de todo lo
anterior y de ETA militar. Eso sí,
dicen sus portavoces que no les gus-
tan las normas a las que van a some-
terse. Y para llegar a esa conclusión han perdi-
do 34 años. El tiempo transcurrido desde que los
dirigentes de EHAS/HASI decidieron no pre-
sentarse a las elecciones generales de 1977, reti-
rándose de las listas de Euskadiko Ezkerra, en
las que estaban incluidos, entre otros, Santi
Brouard, Jon Idigoras o Periko Solabarri. Nun-
ca es tarde si la dicha es buena.
Sortu comienza ahora un camino recorrido por
todos los demás y tendrá que demostrar casi todo:
no ya si lo que dicen sobre ETA militar es cierto
o no, sino el respeto al sistema de mayorías y
minorías, a las fuerzas actuantes en el País y sus
soluciones, si las tiene, a los problemas de los vas-
cos: desde la convivencia, al paro, la sanidad, las
obras públicas o la cultura. Es decir, lo que des-
de hace 34 años preocupa y ocupa a las demás
fuerzas políticas. Sortu, seguramente, se pre-
sentará a las elecciones. Esperemos que así sea.
Sin embargo, la legalización no convierte a esta
fuerza en una novia apetecible para otros parti-
dos. Y, por otro lado, no es seguro que la vuelta o
la llegada de esta fuerza ocupe el viejo espacio de
HB. Extinguida Euskadiko Ezkerra, tras abjurar
los últimos que quedaron, se ha ido consolidan-
do una fuerza y un espacio de izquierda demo-
crática muy alejada de la sociología entre cursi-
llos de cristiandad y comunión carlista. En el cam-
po abertzale, la aparición de Sortu aclara bas-
tante las cosas: ya no es imprescindible preparar
colchones o pistas de aterrizaje para nadie. Cada
uno es/será libre de mirar al futuro desde su pro-
pia ideología que, a pesar de las apariencias, no
se limita al derecho a decidir, que dicho sea de
paso no es cola suficientemente fuerte como para
unir alianzas sin otro contenido. Sortu ya es una
Tribuna Abierta
P O R K O L D O S A N S E B A S T I Á N ( * )
34urteetagerohau
fuerza más que, por ejemplo, deberá convencer
a los ciudadanos de que si le votan conseguirán
trabajo, atraerán inversiones al País, desarro-
llarán nuevos sectores como el turismo, la auto-
moción… qué se yo. ¿Y de ETA qué? Leía en un
confidencial, muy puesto en las cosas de Interior,
que el radical desmarque de Sortu respecto a los
milis ha dejado fuera de juego a muchos de sus
presos. ¿Qué va a pasar a partir de ahora? Aquí
es donde parece más clara la estrategia de paz
por presos. Y, además, de uno en uno. Y no sólo
eso: les va a pasar lo que a aquellos comunistas
que tras más de treinta años en las cárceles fran-
quistas –como Luis Lucio Lobato– al salir los ciu-
dadanos no sabían ni quienes eran, ni lo que
habían hecho, ni cuáles eran sus ideas y, además,
les importaban bien poco. 34 años para llegar a
esto… eta gero hau.
* Periodista
Fueradecobertura
J AV I E R U R TA S U N
Pezchico
LO peor de que el pez grande
se coma al chico, aparte de
ser una injusticia, es que se cum-
ple casi siempre. Y ya no sólo en
su sentido darwiniano, sino en
casi todos los órdenes de la vida.
Afortunadamente, todavía que-
dan algunos mecanismos para
que los peces chicos eviten la
indefectible ley natural.
Por ejemplo, algunos cardúme-
nes de peces diminutos evitan
el ataque de los depredadores
formando una enorme esfera
compuesta por miles de indi-
viduos que disuaden al pez
grande simulando ser un
gigantesco bicho con miles de
ojos vigilantes. Puro instinto
de supervivencia. Algo pareci-
do les toca hacer a otros peces
chicos, que aunque fuera del
agua, también están acorrala-
dos por sus predadores.
Es el caso de los comercios de
Vitoria, abocados a una agónica
muerte lenta ante la voracidad
de los centros comerciales que
han proliferado en la ciudad con
la connivencia de las autorida-
des locales. Así que el pequeño
comercio ha decidido no seguir
nadando despistado hasta que se
lo coma el pez grande, sino tejer
alianzas, sumar esfuerzos y
ganar peso para hacer frente a
los tiburones. Hosteleros de Zara-
maga y comercios textiles ya
ensayan nuevas fórmulas para
unirse y ser atractivos frente al
neón de las multinacionales.
Y es que las superficies comer-
ciales, por si no bastara su con-
dición de peces grandes, han
sido además agasajadas con
todos los favores de la adminis-
tración, que no sólo les obsequia
con flexibilidad horaria, los
mejores emplazamientos y un
modelo urbano diseñado a su
medida, sino que además no con-
cede a sus pequeños competido-
res ni las migajas del pastel.
Vitoria está optando por un
modelo de ciudad apenas dife-
rente al de cualquier población
de tamaño medio de Texas, del
cono sur o de Europa del este. Un
modelo deshumanizado, basado
en acceder en coche a grandes
catedrales del consumo, donde el
cotarro es controlado por los
mismos establecimientos con los
mismos productos.
Ante esta deriva homogeneiza-
dora, es fácil culpar a las multi-
nacionales o al Ayuntamiento,
que sin duda tienen su cuota de
responsabilidad. Pero no escu-
rramos el bulto. Los responsa-
bles últimos somos nosotros.
Porque está en nuestra mano ele-
gir entre frecuentar la tienda del
barrio o darle la puntilla llenan-
do el carro en el hiper para aho-
rrarnos unos céntimos.
La ley del mar ha llegado tam-
bién a tierra firme. Y el pez
grande se come al chico. Sería
una pena que no diéramos al
pequeño Nemo una oportuni-
dad para sobrevivir.
javiurta@gmail.com