Los receptores sensoriales son los encargados de captar los estímulos externos e internos.
Gracias a los nervios, la información recibida es enviada al Sistema Nervioso Central, el cual elabora una respuesta que es llevada a cabo por los efectores, esto es, músculos y glándulas endocrinas y exocrinas.
Esos receptores sensoriales son los llamados cinco sentidos del hombre:
Visión, Audición, Gusto, Olfato y Tacto.
2. Los seres humanos tenemos cinco sentidos que nos sirven para
conocer y relacionarnos con nuestro entorno; son el gusto, la vista,
el olfato, el oído y el tacto.
Los órganos de los sentidos captan impresiones las cuales son
transmitidas al cerebro y éste las convierte en sensaciones.
Con la vista notamos lo que pasa a nuestro alrededor; con el gusto
reconocemos los sabores; con el olfato olemos lo que está en el
entorno; con el oído sentimos todos los sonidos y con el tacto
reconocemos las cosas cuando las tocamos.
3. Todo conocimiento en el niño ingresa a través de los sentidos (sistemas sensoriales), éstos
tienen como función primordial recibir información a través de la vista, el oído, el olfato, el
gusto y el tacto, para ser procesada y construir aprendizajes. Desde el nacimiento los sentidos
permiten al niño conocer el medio ambiente y descubrir las características propias de cada
objeto. Empiezan a desarrollarse desde su formación en el vientre materno, de todos es el
oído es el sentido más desarrollado; la vista, el olfato, el gusto y el tacto progresan
rápidamente durante los primeros seis meses de vida, ante la maduración del cerebro y la
interacción con el medio.
Los sistemas sensoriales que más influyen en el desarrollo cognitivo-motor son: el sistema
visual para proporcionar mayor información sobre el mundo exterior, el sistema auditivo que
permite percibir y discriminar sonidos y el sistema somato-sensorial, el cual se relaciona con
la sensibilidad táctil, el movimiento y las posturas del cuerpo.
El niño al recibir información que proviene de su propio cuerpo y del medio a través de los
sentidos, da como resultado lo que se denomina sensación, posteriormente interpreta,
clasifica e integra, elaborando el conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea, a este
proceso mental se le llama percepción, más adelante estas percepciones se agrupan para ser
recordadas y surge el aprendizaje.
El mundo perceptivo requiere de ejercitación y estímulos, los padres y los educadores deben
poner especial énfasis para determinar si el niño puede responder al estímulo sensorial y
cómo puede recibirlo e interpretarlo para aprender y funcionar, porque a través de las
sensaciones y de las percepciones se llega a los conceptos y definiciones de las cosas,
formando los procesos superiores del conocimiento, pensamiento y del lenguaje; permitiendo
el desarrollo de la memoria, la elaboración de ideas, la solución de problemas y la imaginación
4. El niño al ver, tocar, oler y explorar el entorno mediante el movimiento, asimila
experiencias y descubre los objetos y sus características, para encontrar un
mundo de colores, sabores, olores, formas, tamaños y sonidos, entre otros.
La estimulación sensorial ayuda a mejorar los efectos que la educación tiene
sobre los niños en la adquisición del conocimiento, al contribuir en la mejora
de su proceso de enseñanza - aprendizaje sin importar su edad o posibles
limitaciones. Para ello es importante proporcionar un ambiente rico en
estímulos donde el menor participe en diferentes actividades que le brinden
experiencias visuales, auditivas y táctiles como conocer, identificar, discriminar
y asociar sonidos, texturas, objetos y animales. Asimismo un espacio amplio
para moverse, explorar y experimentar.
El uso de todos los sentidos, permite al niño alcanzar su más alto potencial de
aprendizaje, favoreciendo su desarrollo integral
5. El ojo es el órgano de visión. El ojo tiene una estructura compleja que
consiste de un lente que enfoca la luz en la retina. La retina esta cubierta
por dos tipos de células foto receptoras con formas de bastones y
conos. Las células en forma de cono son sensitivas al color de la luz y
están situadas en la parte de la retina llamada la fóvea, donde el lente
enfoca la luz. Las células en forma de bastón no son sensitivas al color,
pero tienen elevada sensibilidad a la luz. Los bastones están situados
alrededor de la fóvea y son responsables por la visión periférica y la
visión nocturna. El ojo está conectado al cerebro a través del nervio
óptico. El punto de esta conexión se llama papila o "punto ciego"
porque es insensible a la luz. Experimentos científicos han demostrado
que la parte posterior del cerebro corresponde con la percepción visual
en la retina.
El cerebro combina las dos imágenes percibidas por nuestros ojos en
una sola imagen tridimensional. Aunque la imagen en la retina esta
invertida por la acción del lente, el cerebro la rectifica y percibimos los
objetos en su posición original. Algunos experimentos con anteojos que
invierten las imágenes por medio de prismas han demostrado que los
sujetos pasan por un período inicial de gran confusión, pero
eventualmente perciben las imágenes de forma correcta.
6. Sentido del olfato o del olor
La nariz es el órgano responsable por el sentido del olfato. La cavidad de la
nariz esta forrada por membranas mucosas que tienen receptores olfatorios
conectados al nervio olfativo. Los olores consisten de vapores de diversas
sustancias. Los receptores del olor reaccionan con las moléculas de estos
vapores y transmiten las sensaciones al cerebro. La nariz también aloja una
estructura llamada el órgano vomeronasal cuya función no se ha determinado,
pero se sospecha que es sensible a las feromonas que influencian el ciclo
reproductivo. Los receptores del olor son sensibles a siete tipos de olores
primarios que se puedan caracterizar como alcanfor, almizcle, flores, menta,
éter, acre (avinagrado) y podrido. El sentido del olfato se pierde a veces
temporalmente cuando una persona esta resfriada y la membrana mucosa se
inflama. Los perros tienen un sentido de olfato que es muchas veces más
sensible que el del hombre.
7. Sentido del oído o de la audición
El oído es el órgano de la audición. La oreja forma el oído externo que sobresale de la cabeza
en forma de copa para dirigir los sonidos hacia la membrana timpánica. Las vibraciones se
transmiten al oído interno a través de varios huesos pequeños situados en el oído medio
llamados martillo, yunque y estribo. El oído interno, o cóclea, es una cámara en forma de
espiral cuyo interior esta cubierto por fibras que reaccionan a las vibraciones y transmiten
impulsos al cerebro vía el nervio auditivo. El cerebro combina las señales de ambos oídos
para determinar la dirección y la distancia de los sonidos.
El oído interno tiene un sistema vestibular con tres conductos semicirculares que son
responsables de la sensación de equilibrio y la orientación espacial. El oído interno tiene
cavidades con un líquido viscoso (endolinfa) y pequeñas partículas (estatolitos) que
consisten principalmente de carbonato de calcio. El movimiento de estas partículas sobre las
células ciliadas del oído interno envía señales al cerebro que se interpretan como
movimiento y aceleración.
El oído humano puede percibir frecuencias a partir de 16 ciclos por segundo, que es un
sonido grave muy profundo, hasta 28,000 ciclos por segundo, que es una sonido muy agudo.
Además, el oído humano puede detectar cambios de tono tan pequeños como 0.03 por
ciento en ciertas gamas de frecuencia. Algunas personas poseen un "oído absoluto", que es
la habilidad de identificar exactamente cualquier nota en la escala musical. Los murciélagos y
los delfines pueden detectar frecuencias más altas de 100,000 ciclos por segundo.
8. El gusto es el sentido que nos permite reconocer los sabores de los alimentos, por medio
de las papilas gustativas, que son pequeños bultos que se encuentran en la base de la
lengua.
La sensación que un alimento produce en el sentido del gusto se llama sabor. Los
alimentos pueden ser dulces o salados, ácidos o amargos.
9. El tacto, es otro de los cinco sentidos de los seres humanos y de otros animales. A través del tacto, el
cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etc. Los seres humanos presentan
terminaciones nerviosas especializadas en la piel, que se llaman receptores del tacto. Estos
receptores se encuentran en la epidermis (capa más externa de la piel) y transportan las sensaciones
hacia el cerebro a través de las fibras nerviosas. Hay sectores de la piel que poseen mayor
sensibilidad ya que el número de receptores varía en toda la piel.
Los receptores del tacto están constituidos por los discos de Merkel, que se subdividen en las
siguientes categorías:
Corpúsculos de Pacini: se ubican en la zona profunda de la piel, sobre todo en los dedos de las manos
y de los pies. En general son poco abundantes. Detectan presiones y deformaciones de la piel, y sus
estímulos duran poco.
Terminaciones Nerviosas libres: están en casi todo el cuerpo y se especializan en sentir el dolor.
Terminaciones nerviosas de los pelos: sensibles al tacto. La mayoría de los pelos son de este tipo.
Corpúsculo de Meissner: se encuentran en las papilas dérmicas, abundantes en los extremos de los
dedos, los labios, la lengua, etc. Se ubican en la zona superficial de la piel y se especializan por el
tacto fino.
Corpúsculos de Krause: presentes en la superficie de la dermis y son sensibles al frío, se ubican en
especial en la lengua y en los órganos sexuales.
Corpúsculo de Rufino: son poco numerosos, alargados y profundos, son sensibles al calor.
La piel:
Es una parte muy importante del organismo que protege y cubre la superficie del cuerpo. Contiene
órganos especiales que suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones como la temperatura
y dolor.
La piel posee, en un corte transversal, tres capas: la epidermis, que es la que interviene
principalmente en la función del tacto, ya que es la más externa. La dermis, que es la capa del medio y
la capa subcutánea.