El sistema financiero peruano está constituido por instituciones bancarias y financieras, públicas y privadas, que se encargan de captar ahorros e inversiones y canalizarlos hacia prestatarios. Los entes reguladores principales son el Banco Central de Reserva del Perú, encargado de la política monetaria, y la Superintendencia de Banca y Seguros, responsable de supervisar a las instituciones financieras y de seguros y proteger los intereses de depositantes y asegurados.