SlideShare una empresa de Scribd logo
DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS 
ESTÁN CAMINO DE CASA
RUPERT SHELDRAKE 
DSEA BPEENRR QOUSE Q SUUES AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
y otras facultades inexplicadas de los animales 
PAIDÓS il
Título original: Dogs That Know Whert Tbeir Owners Are Corning Home 
Publicado en inglés, en 1999, por Hutchinson, Londres 
Traducción de Marco Aurelio Galmarini 
Cubierta de Ferran Cartes y Montse Plass 
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de ios titulares del copyright, bajo 
las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier 
medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la 
distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. 
© 1999 Rupert Sheldrake 
© 2001 de la traducción, Marco Aurelio Galmarini 
© 2001 de todas las ediciones en castellano, 
Ediciones Paidós Ibérica, S.A., 
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona 
y Editorial Paidós, SAICF, 
Defensa, 599 - Buenos Aires 
http://www.paidos.com 
ISBN: 84-493-1001-6 
Depósito legal: B-49.709/2000 
Impreso en Gráfíques 92, S.A., 
Avda. Can Sucarrats, 91 - 08191 Rubí (Barcelona)
Con mi agradecimiento a todos los animales 
de los que he aprendido
Sumario 
Prefacio a la edición norteamericana..................................................... 11 
Introducción............................................................................................. 17 
Primera parte 
VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
1. La domesticación de animales........................................................... 29 
Segunda parte 
ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS 
ESTÁN CAMINO DE CASA 
2. Perros................................................................................................... 47 
3. Gatos ................................................................................................... 83 
4. Loros, caballos y seres humanos....................................................... 95 
Tercera parte 
EMPATÍA ANIMAL 
5. Animales que reconfortan y curan ................................................... 115 
6. Muertes y accidentes a distancia..................... ................................. 129
10 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
Cuarta parte 
INTENCIONES, LLAMADAS Y TELEPATÍA 
7. Captación de intenciones ............................................................... 143 
8. Llamadas y órdenes telepáticas....................................................... 157 
9. Telepatía de animal a animal........................................................... 181 
Quinta parte 
SENTIDOS DE ORIENTACIÓN 
10. Viajes increíbles................................................................................ 199 
11. Migraciones y memoria.................................................................... 223 
12. Animales que saben cuándo se acercan al destino....................... 239 
13. Animales de compañía que encuentran a su gente 
a grandes distancias .......................................................................... 247 
Sexta parte 
PREMONICIONES ANIMALES 
14. Premoniciones de ataques, comas y muertes repentinas ............. 263 
15. Presentimientos de seísmos y otros desastres................................ 279 
Séptima parte 
CONCLUSIONES 
16. Poderes animales y mente humana................................................. 303 
A p én d ic e s 
A. Cómo participar en la investigación................................................. 321 
B. Experimentos con Jaytee ................................................................. 327 
C. Campos mórficos................................................................................ 341 
Bibliografía ............................................................................................... 361 
índice de nombres .................................................................................. 373 
índice analítico......................................................................................... 377
Prefacio 
a la edición norteamericana 
Este libro es un libro de reconocimiento. En efecto, en él se reconoce 
que los animales tienen capacidades que los seres humanos hemos perdido. 
Una parte de nosotros lo ha olvidado, pero otra parte siempre lo supo. 
En mi infancia, lo mismo que muchos otros niños, me interesaban los 
animales y las plantas. Mi familia tenía una gran variedad de animales do­mésticos. 
Además de nuestro perro —Scamp—, teníamos un conejo, hams-ters, 
palomas, una corneja, un periquito australiano, tres tortugas, varios pe-cecillos 
de colores y renacuajos y orugas que criaba yo cada primavera. Mi 
padre, Reginald Sheldrake, farmacéutico y aficionado al microscopio, esti­muló 
mis intereses y potenció mi fascinación por el mundo natural al ha­cerme 
ver los millares de formas de vida que contenía una gota de agua y el 
aspecto de las escamas de las alas de las mariposas. 
Me intrigaba especialmente la manera en que las palomas regresaban a 
casa. Los sábados por la mañana mi padre me llevaba a una gran suelta 
de palomas. En la estación de ferrocarril local de Newark-on-Trent, en las 
Midlands inglesas, aves de carrera de toda Gran Bretaña aguardaban en ces­tos, 
unos encima de otros, cuyas puertas los guardianes me permitían que 
les ayudara a abrir en el momento señalado. Con una gran conmoción de 
aire y de plumas, centenares de palomas salían al mismo tiempo de su en­
12 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
cierro. Se elevaban en el cielo, volaban en círculo y partían en diversas di­recciones 
hacia sus hogares lejanos. Mi pregunta era: ¿cómo lo hacen? Na­die 
parecía saberlo. Aún hoy sigue sin explicación su capacidad para volver 
a su casa. 
En la escuela, mi preferencia por la biología y otras ciencias fue com­pletamente 
natural, así que continué mi educación científica en la Universi­dad 
de Cambridge, donde estudié en el último curso botánica, fisiología, 
química y bioquímica, tras lo cual me doctoré en bioquímica. Pero, dado 
que nunca abandoné mi formación de biólogo, comenzó a abrirse un gran 
abismo entre mi experiencia personal con animales y plantas y el enfoque 
científico que se me enseñaba. 
La teoría mecanicista de la vida, que todavía hoy constituye la ortodoxia 
dominante, afirma que los organismos vivos no son más que máquinas com­plejas 
programadas genéticamente. Se los supone inanimados, literalmente 
desalmados. Por regla general, lo primero que hacíamos cuando estudiába­mos 
organismos vivos era matarlos o seccionarlos. He pasado muchas horas 
de trabajo de laboratorio diseccionando y más adelante viviseccionando. 
Por ejemplo, una parte esencial de mi currículum de biología consistía en 
disecar los nervios de patas amputadas de ranas y estimularlos eléctrica­mente 
para que los músculos se contrajeran. Nunca oí decir nada acerca de 
cómo volvían las palomas a su casa. 
Estos ejercicios de estudiante eran juegos de niños en comparación con 
mi experiencia en calidad de técnico temporal de laboratorio en el departa­mento 
farmacéutico de una compañía farmacéutica multinacional, donde se 
desarrollaban y se ponían a prueba nuevos medicamentos. Trabajé allí seis 
meses desde que terminé la escuela secundaria hasta que ingresé en la uni­versidad. 
Tenía entonces diecisiete años. Había habitaciones llenas de ratas, 
conejillos de India, ratones y otros animales a la espera de convetirse en ob­jetos 
de experimentación. Al final de cada día se mataba con gas a docenas 
de animales que habían sobrevivido a diversas pruebas y se los arrojaba a un 
recipiente para incinerarlos. 
El amor a los animales me había inducido a estudiar biología y eso era 
lo que me había deparado. Algo fallaba. Comencé a preguntarme qué ocu­rría 
y a tratar de descubrirlo. Una vez terminados mis cursos en Cambridge, 
se me otorgó una beca Frank Knox en Harvard, donde, en busca de una 
perspectiva más amplia, estudié filosofía e historia de la ciencia. Luego re­gresé 
a Cambridge para empezar a investigar en bioquímica. 
Unos años después me encontré por casualidad con un grupo de cientí­ficos 
y filósofos llamado Epiphany Philosophers, con sede en Cambridge, 
formado por distinguidos filósofos de la ciencia, físicos cuánticos y visiona-
PREFACIO A LA EDICIÓN NORTEAMERICANA 13 
ríos, que exploraban áreas a medio camino entre la ciencia, la filosofía y la 
comprensión espiritual. En este grupo había consenso en que la ciencia me-canicista 
de antiguo cuño era demasiado limitada y en que la física cuántica 
desbrozaba el camino hacia una visión más amplia de la naturaleza. Poco des­pués 
me incorporé al grupo y descubrí que bajo la superficie aparentemen­te 
convencional de la ciencia había un fermento de ideas que apuntaban a 
una nueva comprensión del mundo. 
Durante diez años estuve en Cambridge investigando en biología del 
desarrollo, mientras continuaba reflexionando sobre las líneas generales de 
una ciencia más holista. Como profesor del Clare College de Cambridge, fui 
director de estudios en bioquímica y biología celular. Se me eligió miembro 
investigador de la Royal Society, con cuyo auspicio trabajé en la Universidad 
de Malaya sobre plantas de bosques tropicales. Luego fui fisiólogo principal de 
plantas en ICRISAT —International Crops Research Institute for the Semi- 
Arid Tropics— en Hyderabad, India, donde colaboré en la mejora del cre­cimiento 
y el rendimiento de cosechas que constituyen un elemento vital de 
la dieta de centenares de millones de personas. 
Sobre la base de mi experiencia en investigación biológica y en años de 
discusiones con colegas, en 1981 publiqué un libro, A New Science ofLife, 
en el que esbozaba una nueva hipótesis que pudiera servir como base para 
un tipo más amplio de biología, la hipótesis de los campos mórficos, que de­sarrollé 
más tarde, en un libro de 1988 que llevaba por título The Presence 
o/Past. En este libro que ahora presento describo nuevas maneras de poner 
a prueba esta hipótesis, que resumo en el Apéndice C. 
Llevo más de veinticinco años como científico profesional, publicando 
artículos en revistas científicas y hablando en congresos científicos, y hace 
ya mucho tiempo que pertenezco a sociedades científicas, como la Society 
for Experimental Biology, y que soy miembro de la Zoological Society. Creo 
firmemente en el valor de la investigación científica, pero estoy más con­vencido 
que nunca de que la teoría mecanicista de la naturaleza es demasia­do 
estrecha. He descubierto que la escisión que he experimentado en mi 
propia persona, el abismo entre la experiencia personal de la vida y la teo­ría 
según la cual los organismos vivos, incluso nosotros, son meros autóma­tas 
sin alma, está muy extendida dentro y fuera de la comunidad científica. 
He llegado a advertir que esta división no es inevitable y que es posible 
un tipo de ciencia más abarcador, así como más barato. Pero esto es inelu­diblemente 
controvertido. Para ciertos científicos, la teoría mecanicista de 
la naturaleza no es una mera hipótesis a comprobar, sino más bien un credo 
religioso. Para otros, la investigación con mentalidad abierta es más impor­tante 
que la defensa de dogmas tan celosamente defendidos durante tanto
14 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
tiempo. Estos últimos han prestado una gran colaboración en mis investiga­ciones 
y me han brindado su valiosísimo estímulo personal a la vez que su 
sostén práctico. 
En 1994 publiqué un libro titulado Seven Experiments That Could Chan-ge 
the World, en el cual exploraba siete fenómenos muy conocidos, pero es­casamente 
comprendidos, y sugería cómo una investigación de bajo coste 
podía conducir a descubrimientos importantes. Uno de esos experimentos 
se refería a las posibles capacidades telepáticas de perros y gatos y me cen­traba 
en especial en la capacidad de algunos perros para saber cuándo sus 
amos están de camino a su casa. 
De esta suerte, tratando de encontrar maneras en que fuera posible de­sarrollar 
científicamente una visión más amplia de la vida, volví a los ani­males 
domésticos. Me llevó mucho tiempo reconocer que son los animales 
que mejor conocemos. Lo supe cuando era niño. Para mucha gente esto es 
una evidencia flagrante, pero para mí tenía toda la fuerza de un descubri­miento 
nuevo. Estos animales pueden ayudar a ensanchar nuestra com­prensión 
de la vida; no son simplemente bonitos, cariñosos, reconfortantes 
y divertidos. 
Durante los últimos cinco años he investigado acerca de la capacidad de 
percepción de los animales domésticos, con ayuda de más de dos mil propie­tarios 
y entrenadores de animales. He inspeccionado a más de mil propietarios 
de animales domésticos, elegidos al azar, y he descubierto que hay varios ti­pos 
de comportamiento comunes, pero que no tienen explicación. Mi equi­po 
y yo hemos entrevistado a centenares de personas con mucha experiencia 
en animales, incluso entrenadores de perros, usuarios de perros de busca y 
rescate y de perros de la policía, personas ciegas con perros lazarillos, vete­rinarios, 
propietarios de perreras y caballerizas, entrenadores de caballos y 
jinetes, granjeros, pastores, guardias de zoológicos, propietarios de tiendas 
de animales domésticos, criadores de reptiles y amos de animales domésticos. 
Si hubiera citado todos los relatos y entrevistas de las que he tenido in­formación, 
este libro habría sido por lo menos diez veces más grueso. En al­gunos 
casos, cientos de personas me relataron pautas de conducta muy 
similares en sus animales domésticos, como perros que saben cuándo sus 
amos están regresando a su casa. He tenido que condensar esta información 
y dar sólo unos cuantos ejemplos de cada clase de comportamiento percep­tivo. 
Aunque es mucha la gente que ha contribuido al cuadro de conjunto, 
sólo puedo reconocer por nombre a una pequeña minoría. Sin toda esta 
colaboración de personas conocidas y de gente anónima hubiera sido im­posible 
escribir este libro. Soy deudor de todos aquellos que han colaborado 
conmigo, así como de sus animales.
PREFACIO A LA EDICIÓN NORTEAMERICANA 15 
Inicialmente, este proyecto de investigación fue financiado por el difun­to 
Ben Webster, de Toronto, Canadá, y contó con la gran ayuda de los sub­sidios 
de la Lifebridge Foundation de Nueva York; el Institute of Noetic 
Sciences de Sausalito, California; Evelyn Hancock de Oíd Greenwich, Con-necticut, 
y el Ross Institute de Nueva York. También he disfrutado de apo­yo 
organizativo: en Estados Unidos, del Institute of Noetic Sciences; en los 
países de lengua alemana, de la Schweisfurth Foundation de Munich; y en 
Gran Bretaña, de la Scientífic and Medical NetWork. Estoy muy agradecido 
por toda esta generosidad y aliento. 
Mucho debo a mis compañeros de investigación, Pamela Smart en Lan-cashire, 
Jane Turney en Londres, Susanne Seiler en Zurich y David Brown 
en Santa Cruz, California, así como también a mi secretaria, Cathy Lawlor, 
quienes me han ayudado de distintas maneras: con la realización de encues­tas 
y entrevistas, la producción de experimentos y la recogida de datos. To­dos 
han contribuido a crear una gran base de datos informatizada acerca de 
la capacidad de percepción de los animales domésticos, pero Pam Smart ha 
tenido la responsabilidad principal de su mantenimiento y ampliación. Agra­dezco 
también a Anna Rigano y a la doctora Amanda Jacks su colaboración 
en la investigación y a Helmut Lasarcyk su amosoro trabajo de traducción 
de centenares de informes de países de lengua alemana para agregarlos a 
nuestra base de datos. 
Debo un agradecimiento especial a Matthew Clapp por el regalo de sus 
servicios en la instalación y mantenimiento de mi sitio en la World Wide 
Web (www.sheldrake.org), con los que comenzó antes de graduarse en la 
Universidad de Georgia. 
En mi investigación y en la redacción de este libro he contado con la ayuda 
de muchas discusiones, comentarios, sugerencias y críticas, así como de gran 
asistencia práctica. Vaya mí agradecimiento en particular a Ralph Abraham, Shir-ley 
Barry, Patrick Bateson, John Beloff, John Brockman, Sigrid Detschey, 
Lindy y Ava Dufferin, Peter Fenwick, David Fontana, Matthew Fox, Winston 
Franklin, Robert Freeman, Edward Goldsmith, Franz-Theo Gottwald, el di­funto 
Willis Haman, Myles Hildyard, Rupert Hizig, Nícholas Humphrey, Tom 
Hurley, Francis Huxley, Montague Keene, David Lorimer, Betty Markwick, 
Katinka Matson, Robert Matthews, Terence McKenna, John Michell, Michael 
Morgan, Robert Morris John O ’Donohue, d difunto Brendan O’Reagan, Bar­bara 
y Charles Overby, Erik Pigani, Anthony Podberscek, Jill Purce (mi mujer), 
Anthony Ramsay, John Roche, Miriam Rothschild, MarÜyn Schlitz, Merlin y 
Cosmo Sheldrake, Paul Sieveking, Amaud de St. Simón, Martin Speich, Den-nis 
Stillings, Dennis Turner, Varena Walterspiel, Ian y Victoria Watson, Ale-xandra 
Webster, Richard Wiseman y Sandra Wright.
16 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
En mis pedidos de información he contado con la colaboración de mu­chos 
diarios y revistas de Europa y de América del Norte, así como de una 
amplia variedad de programas de televisión y de radio. Agradezco a todos 
los que han hecho posible tal cosa. 
También agradezco a todas las personas que me han aportado sus co­mentarios 
y sugerencias a diferentes borradores del libro: Letty Beyer, Da­vid 
Brown, Ann Dochery, Karl-Henz Loske, Anthony Podberscek, Jill Purce, 
Janis Rozé, Merlin Sheldrake, Pam Smart, Mary Stewart, Peggy Taylor y Jane 
Turney. He tenido la fortuna de contar con editores tan simpáticos y cons­tructivos 
como Steve y Kristin Kiser en Nueva York y Susan Freestone en 
Londres, a cuyas útiles sugerencias debe mucho la forma final de este libro. 
Finalmente, agradezco a Phil Starling su permiso para reproducir las fo­tografías 
de las figuras 2.1, 4.1 y 8.1; a Gary Taylor, la figura 2.2 y a Sydney 
King, los dibujos y los diagramas. 
Londres, febrero de 1999
Introducción 
Kate Laufer, comadrona y trabajadora social de Solbergmoen, Noruega, 
trabaja con un horario extraño y regresa a su casa de manera inesperada. Sin 
embargo, siempre que Walter, su marido, está en casa, la recibe con una taza 
de té recién hecho. ¿Qué es lo que explica este misterioso sentido del tiem­po 
de Walter? El terrier de la familia, Tiki: «Esté donde esté y haga lo que 
haga —dice el doctor Laufer—, cuando Tiki se lanza a la ventana y se queda 
en el antepecho, sé que mi mujer está de camino a casa». 
Siempre que suena el teléfono en la casa de un conocido profesor de la 
Universidad de California en Berkely, su mujer sabe si en el otro extremo de 
la línea está su marido. ¿Cómo? Porque Wishkins, el gato plateado de la fa­milia, 
se lanza al teléfono y manotea el receptor. «Muchas veces consigue 
descolgarlo y emite apreciables maullidos, claramente audibles para mi ma­rido, 
al otro lado de la línea —dice la señora—. Pero si llama cualquier otra 
persona, Wishkins no se inmuta.» 
Julia Orr creía que sus caballos se habían instalado con toda felicidad en 
su nueva caballeriza cuando se mudó de Skirmet, Buckinghamshire, a una 
granja situada a unos quince kilómetros de distancia. Pero Badger, una ye­gua 
galesa de veinticuatro años, y Tango, de veintidós, simplemente espera­ban 
su oportunidad. Seis semanas después, una noche en que la tormenta
18 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
arrancó la puerta de su campo, aprovecharon la ocasión. Al amanecer 
aguardaban pacientemente en la puerta de la antigua casa de la señora Orr. 
Habían encontrado el camino de regreso por pistas y senderos desconoci­dos, 
dejando a su paso reveladoras huellas de sus cascos en la hierba y en 
bancos de flores. 
El 17 de octubre de 1989, Tirzah Meek, de Santa Cruz, California, vio 
que su gata subía a toda prisa a la buhardilla y se escondía, cosa que nunca 
había hecho hasta entonces. Parecía aterrorizada y se negó a bajar. Tres ho­ras 
después se produjo el seísmo de Loma Prieta, que destruyó el centro de 
Santa Cruz. 
Perros que saben cuándo sus amos están regresando a su casa, gatos que 
responden al teléfono cuando llama una persona a la que están vinculados, 
caballos capaces de encontrar el camino de regreso a su casa en un terreno 
desconocido, gatos que anticipan terremotos: he aquí algunos de los aspec­tos 
del comportamiento animal que sugieren la existencia de formas de 
perceción que escapan a la comprensión científica actual. 
Tras cinco años de extensa investigación sobre las capacidades inexpli-cadas 
de los animales, he llegado a la conclusión de que muchos de los rela­tos 
de los amos de animales domésticos están bien fundados. Hay animales 
que parecen tener realmente poderes de percepción que trascienden con 
mucho los sentidos conocidos. 
Las misteriosas capacidades perceptivas de los animales no son ninguna 
novedad. Hace siglos que la gente las viene observando. Millones de dueños 
de animales domésticos las han experimentado personalmente. Pero, al mis­mo 
tiempo, hay mucha gente que se siente obligada a negar esas capacidades 
o a trivializarlas. La ciencia institucional las ignora. Los animales domésti­cos 
son los que mejor conocemos, pero su comportamiento más sorpren­dente 
e inquietante se trata como algo carente de auténtico interés. ¿A qué 
se debe esto? 
Una razón es el tabú que impide tomar en serio a los animales domésti­cos. 
1 Este tabú no se limita a los científicos, sino que es resultado de la do­ble 
actitud que adopta el conjunto de nuestra sociedad en relación con los 
animales. Durante las horas de trabajo nos comprometemos con el progre­so 
económico, fomentado por la ciencia y la tecnología y basado en la visión 
mecanicista de la vida. Esta perspectiva, que se remonta a la revolución 
científica del siglo XVII, deriva de la teoría de Renato Descartes para la que 
el universo era una gran máquina. Aunque con otras metáforas (de asimilar el 
cerebro a la máquina hidráulica de la época de Descartes y al conmutador 
1. Serpell (1986).
INTRODUCCIÓN 19 
telefónico de la generación que nos antecedió, se ha pasado, como hoy está 
en boga, a ver en él un ordenador), se sigue concibiendo la vida en térmi­nos 
de maquinaria.2 En las plantas y los animales se ven autómatas genéti­camente 
programados, a la vez que se da por supuesta la explotación de los 
animales. 
Pero, cuando volvemos a casa, nos encontramos con nuestros animales 
domésticos, que no pertenecen a la misma categoría que el resto de los ani­males. 
El mantenimiento de anímales domésticos se circunscribe al ámbito 
privado o subjetivo. Las experiencias con animales domésticos se han de 
sustraer al mundo «real» u «objetivo». Hay un abismo gigantesco entre los 
animales de compañía, a los que se trata como miembros de la familia, y los de 
las granjas fabriles y los laboratorios de investigación. Las relaciones que te­nemos 
con nuestros animales de compañía se basan en otra clase de actitud, 
más en una relación de tú a tú que en el enfoque de yo a eso, que es la que 
la ciencia estimula. Como he dicho en el prefacio, yo mismo he experimen­tado 
esta división de una manera particularmente intensa. 
Ya sea en el laboratorio, ya en el campo, es típico que los investigadores 
científicos traten de evitar conexiones emocionales con los animales con los 
que realizan la investigación. Aspiran a una objetividad distante. En conse­cuencia, 
no es probable que encuentren modalidades de conducta que de­pendan 
de las relaciones estrechas entre los animales y las personas. En este 
terreno, los amaestradores de animales y los amos de animales de compañía 
suelen tener mucho más conocimiento y experiencia que los investigadores 
profesionales del comportamiento animal, a menos que éstos sean también 
amos de animales domésticos. 
El tabú que impide tomar en serio los animales domésticos es sólo una 
de las razones por las que la ciencia no ha prestado atención al fenómeno 
que analizo en este libro. Otra es el tabú que impide tomar en serio fenó­menos 
«paranormales». No se llama paranormales a estos fenómenos —en 
el sentido de «allende lo normal»— porque sean raros o excepcionales. Al­gunos 
son incluso muy comunes. Se les llama paranormales porque no se los 
puede explicar en términos científicos convencionales; en efecto, no se ade­cúan 
a la teoría mecanicista de la naturaleza. 
2. Para un análisis de la teoría mecanicista de la vida y de las alternativas a ella, véase 
Sheldrake (1988a; 1990).
20 DE PERROS QVE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
I n v e s t ig a c ió n c o n a n im a l e s d o m é s t ic o s 
La riqueza de la experiencia con animales entre amaestradores de caba­llos 
y de perros, veterinarios y dueños de animales domésticos se considera 
en general como anecdótica. Tan a menudo ocurre esto que he averiguado el 
origen de esta palabra y he descubierto su significado. Viene de las raíces 
griegas an + ekdotos, esto es, «no publicado». Una anécdota es una historia 
que no se ha hecho pública. 
Ciertos campos de investigación, como por ejemplo la medicina, des­cansan 
en gran medida en anécdotas, pero, cuando se las hace públicas, de­jan 
literalmente de ser tales para elevarse a la categoría de casos clínicos. 
En el curso de la investigación que se describe en este libro me he en­contrado 
con que hay muchas personas que tienen experiencias muy simi­lares 
en cuanto a la percepción de sus animales. Y cuando las informaciones 
de tanta gente apuntan de manera independiente a patrones coherentes y 
repetidos, las anécdotas se convierten en historia natural. Como mínimo, se 
trata de una historia natural de qué cree la gente acerca de sus animales. El 
paso siguiente es averiguar si estas creencias tienen o no fundamento. Por 
eso la investigación experimental constituye un aspecto esencial de esta in­dagación. 
Uno de mis libros preferidos de biología es Las variaciones de los ani­males 
y las plantas por efecto de la domesticación, de Charles Darwin, cuya 
primera edición data de 1868. Está lleno de información que Darwin reunió 
a partir de naturalistas, exploradores, administradores coloniales, misione­ros 
y otros, con quienes mantuvo correspondencia en todo el mundo. Estu­dió 
publicaciones como Poultry Chronicle y The Gooseberry Growe's Re-gister. 
Cultivó personalmente cincuenta y cuatro variedades de grosella 
silvestre. Se inspiró en la experiencia de aficionados a los gatos y los cone­jos, 
de los criadores de caballos y perros, cuidadores de abejas, granjeros, 
horticultores y otras personas experimentadas en animales y plantas. Se afi­lió 
a dos clubes de palomas de Londres, crió todas las variedades que pudo 
conseguir y visitó a los aficionados más destacados para observar sus aves. 
Los efectos de la crianza selectiva en animales domésticos y plantas, que 
hombres y mujeres prácticos observaban con tanta atención, proporciona­ron 
a Darwin su prueba más vigorosa del poder de la selección, ingrediente 
esencial de su teoría de la evolución por selección natural. 
Desde la época de Darwin la ciencia se ha ido separando cada vez más 
de la rica experiencia de quienes no son científicos profesionales. Todavía 
hay millones de personas con experiencia práctica en palomas, perros, ga­tos, 
caballos, loros, abejas y otros animales, como en manzanos, rosales, or­
INTRODUCCIÓN 21 
quídeas y otras plantas. Todavía hay decenas de miles de naturalistas aficio­nados. 
Pero, hoy en día, la investigación científica se limita casi por com­pleto 
a las universidades y los institutos de investigación y está a cargo de 
profesionales con título de doctor. Esta exclusividad ha empobrecido gra­vemente 
la biología moderna. 
¿ P o r q u é n o s e h a r ea l iz a d o a n t e s e sta in v e s t ig a c ió n ? 
La investigación acerca de las capacidades inexplicadas de los animales 
que describo en este libro se ha visto facilitada por recursos técnicos mo­dernos, 
como los ordenadores y las cámaras de vídeo, pero en principio se 
trata de investigaciones que se podían haber llevado a cabo hace cien años 
o más. Que sólo se encuentren en una etapa inicial es el tributo que se co­bra 
la fuerza de los tabúes contra esas investigaciones. 
A mi juicio, si ignoramos esos tabúes obtendremos grandes ganancias. 
También creo que tenemos mucho que ganar de la aplicación de un enfoque 
científico. Pero la palabra «científico» puede tener diferentes significados. 
Con harta frecuencia se equipara la cientificidad a un dogmatismo obceca­do 
que trata de negar o desprestigiar lo que no se adapta a la visión meca-nicista 
del mundo. Por el contrario, tal como yo lo empleo, el término 
«científico» se refiere a un método de investigación con amplitud de miras, 
que presta atención a la evidencia y pone a prueba explicaciones posibles 
por medio del experimento. El camino de la investigación responde mejor 
al espíritu de la ciencia que el camino de la negación. Y no cabe duda de 
que es más divertido. 
Estas diferentes actitudes científicas encuentran ilustración en el relato 
acerca de Hans, el Caballo Inteligente, que suele emplearse para justificar 
el desprecio de los poderes animales aparentemente sin explicación. Por 
mi parte, extraigo de la historia la enseñanza contraria, a saber, que es un 
ejemplo de la necesidad de investigar los fenómenos inexplicados, no de 
negarlos. 
La h is t o r ia d e H a n s , e l c a b a l lo in t e l ig e n t e 
Antes o después, todo el que se interese por los poderes inexplicados de 
los animales se encontrará con la historia de Hans, el Caballo Inteligente. 
Para los científicos, esta historia cumple la función de advertirnos que he­mos 
de ser prudentes.
22 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
A comienzos del siglo XX hubo en Berlín un caballo, conocido como 
Hans, el Caballo Inteligente, del que se decía que era capaz de realizar ope­raciones 
matemáticas, leer alemán y deletrear palabras alemanas. Respondía 
golpeando con el casco. Su entrenador, Herr von Osten, ex profesor de ma­temáticas, 
estaba convencido de que Hans tenía capacidades mentales que 
se consideraban exclusivas de los seres humanos. El caballo causaba sensa­ción 
y se hicieron múltiples exhibiciones dedicadas a profesores, oficiales 
del ejército y otros públicos. 
Las habilidades de Hans, el Caballo Inteligente, fueron estudiadas por 
el profesor C. Stumpf, director del Instituto de Psicología de la Universidad 
de Berlín, y su asistente Otto Pfungst. Encontraron que el caballo podía res­ponder 
correctamente sólo cuando la persona que preguntaba conocía la 
respuesta y Hans podía verla. Concluyeron que Hans no tenía habilidades 
matemáticas y no sabía leer alemán. En cambio, leía pequeños movimientos 
corporales del interrogador, que le hacían saber cuándo había dado la can­tidad 
correcta de golpes con el casco. 
Esta historia de Hans, el Caballo Inteligente, se ha utilizado incluso 
para justificar el desprecio de las habilidades inexplicadas de los animales, 
que se atribuían a «sutiles señales» y no a poderes misteriosos de ningún 
tipo que el animal pudiera tener. En resumen, esta historia se ha utilizado 
para inhibir la investigación, para impedir la indagación antes que para es­timularla. 
Pero extraer esta conclusión de la historia de Hans, el Caballo 
Inteligente, no hace justicia a las investigaciones de Stumpf y Pfungst. En 
vez de negarla, éstos investigaron una afirmación discutible, lo que reque­ría 
valor, pues sus conclusiones se opusieron a las creencias de muchos de 
sus colegas. 
Las capacidades de Hans, el Caballo Inteligente, no eran discutibles 
porque se supusiera que implicaban poderes psíquicos, sino más bien por­que 
se suponía que aquéllas demostraban que los animales podían pensar. 
Muchos científicos, sobre todo darwinianos, se sentían felices de creer que 
Hans, el Caballo Inteligente, fuera capaz de realizar operaciones aritméticas 
y de entender alemán. Les agradaba la idea de que los animales fueran ca­paces 
de pensamiento racional porque eso minaba la creencia convencional 
de que el intelecto humano era único. Preferían la idea de evolución gra­dual, 
de diferencias de grado entre los seres humanos y los anímales no hu­manos, 
antes que la de diferencias de calidad. 
A la inversa, los tradicionalistas se mostraban muy escépticos respecto 
de Hans, el Caballo Inteligente, porque pensaban que las facultades menta­les 
superiores eran exclusivas del hombre. Los hallazgos de Stumpf y 
Pfungst apoyaban a los tradicionalistas y eran impopulares entre «los dar-
INTRODUCCIÓN 23 
winianos decepcionados que temían que los puntos de vista eclesiáticos y 
reaccionarios sacaran provecho de las conclusiones».3 
Aunque a veces los biólogos se refieren al «efecto Hans, el Caballo Inte­ligente 
» como una razón para despreciar todas las habilidades inexplicadas 
en los animales, el efecto es completamente específico. Depende del len­guaje 
corporal, que en los caballos, lo mismo que en muchas otras especies, 
es un elemento importante en su comunicación recíproca. Si un animal puede 
responder a un ser humano cuando éste se halla fuera de su visión, eso no 
ejemplifica el efecto Hans, el Caballo Inteligente, sino que requiere otra 
explicación. 
En el curso de la investigación sobre los poderes inexplicados de los ani­males 
domésticos he descubierto que la mayoría de los amaestradores de 
animales y de los dueños de animales domésticos son muy conscientes de la 
importancia del lenguaje corporal. Pero, en cualquier caso, muchos de los 
fenómenos que aquí analizo, como la evidente capacidad de los animales 
para saber cuándo sus amos están regresando a casa, no pueden explicar­se 
en términos del efecto Hans, el Caballo Inteligente. Un animal no pue­de 
leer el lenguaje corporal de una persona que está a muchos kilómetros de 
distancia. 
T r e s t ipo s d e p e r c e p t iv id a d in e x p l ic a d o s 
En este libro analizo tres grandes categorías inexplicadas de perceptividad 
en los animales: la telepatía, el sentido de la orientación y las premoniciones. 
1. Telepatía. Empiezo con la capacidad de algunos perros, gatos y otros 
animales para saber cuándo sus amos están de camino a su casa. En muchos 
casos, las anticipaciones que los animales realizan del regreso de las perso­nas 
resultan completamente inexplicables en términos de hábito, señales de 
la gente de la casa o audición de la aproximación de coches cuyo ruido les 
es familiar. En experimentos con cintas de vídeo se ha visto que hay perros 
capaces de anticipar el regreso de sus amos en momentos escogidos al azar, 
aun cuando estén viajando en taxis u otros vehículos extraños para el animal. 
De alguna manera, las personas comunican telepáticamente su intención de 
volver a casa. 
Hay animales de compañía que también responden telepáticamente a 
una variedad de otras intenciones humanas y reaccionan a llamadas y órde­3. 
Pfungst (1991), pág. 10.
24 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
nes silenciosas. Algunos saben cuándo está al teléfono una persona determi­nada. 
Algunos reaccionan cuando su amo sufre o agoniza en un sitio lejano. 
Sugiero que la comunicación telepática depende de vínculos entre per­sonas 
y animales y que esos vínculos no son meras metáforas, sino conexiones 
reales. Se conectan a través de campos llamados campos mórficos. Presen­to 
estos campos en el capítulo I, en el que también analizo la evolución de 
los vínculos entre seres humanos y animales. 
2. El sentido de orientación. Las palomas mensajeras pueden encontrar 
el camino de regreso a su palomar a través de centenares de kilómetros de te­rreno 
desconocido. Las golondrinas migratorias europeas viajan miles de 
kilómetros hasta sus fuentes de alimentación en África para regresar en pri­mavera 
a sus tierra nativas, incluso al mismísimo edificio donde previamen­te 
habían anidado. Su capacidad para navegar hacia destinos lejanos sigue 
aún sin explicación y es imposible explicarlo en función del olfato ni de nin­guno 
de los otros sentidos conocidos, ni siquiera de una suerte de brújula 
biológica. 
Algunos perros, gatos, caballos y otros animales domesticados también 
tienen un buen sentido de orientación y encuentran su camino a casa desde 
lugares que desconocen y a muchos kilómetros de distancia. Los animales 
parecen atraídos a su destino deseado como si una banda elástica invisible 
los mantuviera ligados a ese sitio. Estas conexiones podrían explicarse en 
términos de campos mórficos. 
A veces los animales no «vuelven» a lugares determinados, sino a deter­minadas 
personas. Hay perros capaces de encontrar a sus dueños, que se 
han marchado sin ellos, en lugares lejanos en los que nunca han estado. El 
rastreo olfativo de la persona podría explicar algunos casos, cuando las dis­tancias 
son cortas, pero en otros casos la única explicación viable parece ser 
una conexión invisible entre el animal y la persona a la que está ligado. Una 
vez más, cabe la comparación con una banda elástica estirada, que yo atri­buyo 
al campo mórfico que vincula al animal con su amo. 
3. Premoniciones. Algunas premoniciones pueden explicarse en térmi­nos 
de estímulos físicos. Por ejemplo, las perturbaciones de algunos anima­les 
antes de un seísmo pueden ser reacciones a sutiles cambios eléctricos 
y los perros que alertan a sus amos epilépticos de un ataque inmediato pue­den 
advertir sutiles temblores musculares u olores insólitos. Pero hay otras 
premoniciones que parecen implicar misteriosos presentimientos que desa­fían 
nuestros supuestos usuales acerca de la separación entre pasado, pre­sente 
y futuro.
INTRODUCCIÓN 25 
La telepatía, los sentidos de orientación y la precognición son ejemplos 
de lo que algunos llaman percepción extrasensorial o PEE. Otros los califi­can 
de «sexto sentido» (o «séptimo sentido» o, en todo caso, un sentido o 
sentidos adicionales). Otros los denominan «paranormales». Otros, «pa-rapsicológicos 
». Todos estos términos concuerdan en apuntar allende los lí­mites 
de la ciencia establecida. 
«Percepción extrasensorial» significa literalmente percepción más allá o 
al margen de los sentidos. A primera vista, la expresión «sexto sentido» pa­rece 
significar lo opuesto, porque implica una perceptividad en el marco de 
los sentidos, aunque mediante otro tipo de sentidos, que hasta ahora la cien­cia 
no reconoce. Este conflicto desaparece si se entiende «extrasensorial» 
en el sentido de «al margen de los sentidos conocidos». 
Ni la expresión «percepción extrasensorial», ni la de «sexto sentido», 
sugieren qué son estos fenómenos, ni cómo se producen. Simplemente nos 
dicen lo que no son. No se los puede explicar en términos de los sentidos 
conocidos. Los tres tipos de perceptividad —la telepatía, el sentido de 
orientación y las premoniciones— parecen mejor desarrollados en especies 
no humanas, como los perros, que en las personas. No obstante, también se 
producen en el dominio humano. Los poderes parapsicológicos humanos o 
«sexto sentido» parecen más naturales, más biológicos, cuando se los consi­dera 
a la luz de la conducta animal. Gran parte de lo que hoy se presenta 
como «paranormal» parece normal cuando se amplían nuestras ideas de 
normalidad. 
La ciencia sólo puede progresar si trasciende sus límites actuales. En 
este libro aliento la esperanza de mostrar que es posible investigar científi­camente 
habilidades inexplicadas de los animales y hacerlo de maneras no 
invasoras ni crueles. También sugiero una variedad de formas en que los 
dueños y los estudiosos de animales podrían realizar importantes contribu­ciones 
a este nuevo campo de investigación. 
Tenemos mucho que aprender de nuestros animales de compañía. Y 
ellos tienen mucho que enseñarnos sobre la naturaleza animal... y sobre no­sotros 
mismos.
PRIMERA 
PARTE 
Vínculos entre animales 
y seres humanos
CAPÍTULO 
__________________________1 
La domesticación de animales 
V ín c u l o s c o n a n im a l e s 
Hay muchas personas que aman a sus animales domésticos y a las que 
éstos aman a su vez. Entre unas y otros se desarrollan vigorosos vínculos 
emocionales. En este capítulo exploro la evolución y la naturaleza de esos 
vínculos entre los seres humanos y los animales. 
Pero antes es importante reconocer que los vínculos emocionales entre 
personas y animales son más bien la excepción que la regla. Por cada perro 
o gato querido hay centenares de animales domesticados confinados entre 
rejas en sistemas de crianza intensiva y en laboratorios de investigación. En 
muchos países del tercer mundo, la brutalidad con que suele tratarse a las 
bestias de carga convierte a los seres humanos en auténticos brutos. Y las so­ciedades 
tradicionales no acostumbran a suscribir los ideales modernos de 
bienestar animal. Los esquimales, por ejemplo, tienden a tratar duramente 
a sus huskies. 
Luego están los animales que son víctimas de descuido irreflexivo y 
crueldad deliberada. En todo el mundo industrializado, las organizaciones 
para la prevención de la crueldad con los animales desvelan y publican con­tinuamente 
estremecedores sufrimientos de animales a manos del hombre:
30 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
caballos tan flacos que se les transparentar! las costillas bajo la piel; perros 
atados y descuidados; gatos torturados. Y a muchos animales simplemente 
se los abandona. Sólo en los Estados Unidos, las autoridades locales o las 
organizaciones voluntarias sacrifican alrededor de cinco millones de perros 
no deseados y una cantidad similar de gatos.1 
Pero a pesar de toda esta explotación, este abuso y este abandono, hay 
mucha gente que crea vínculos con animales ya desde la infancia. Es común 
dar ositos de peluche y otros animales de juguete a los niños pequeños y que 
a éstos les guste oír relatos acerca de animales. Pero a la mayoría le gustan 
sobre todo los animales reales. La mayor parte de los animales domésticos 
vive en casas con niños.2 
Oír relatos sobre animales temibles —incluso cuentos de hadas como el 
de Caperucita Roja— y crear relaciones con los amistosos parece ser un 
aspecto fundamental de la naturaleza humana. En verdad, a lo largo de su 
historia evolutiva, nuestra naturaleza se ha modelado a través de nuestras 
interacciones con animales y todas las culturas humanas tienen canciones, 
danzas, rituales, mitos y relatos acerca de animales. 
L a e v o l u c ió n d e l o s v ín c u lo s e n t r e se r e s h um a n o s y a n im a l e s 
Las primeras especies que reciben la denominación de homínidos, co­nocidas 
gracias a restos fósiles, son la de los australopithecus ramidus y la 
de los australopithecus anamensis, que se remontan a más de cuatro millo­nes 
de años. Las primeras herramientas de piedra se usaron hace alrede­dor 
de dos millones y medio de años y las señas de haber comido carne 
aparecen en torno a un millón de años después, más o menos cuando el 
homo erectus se expandió de África a Eurasia (fig. 1.1). El uso del fuego 
pudo haber comenzado hace alrededor de 700.000 años. Los humanos 
modernos se originaron en África hace más o menos 150.000 años. El pri­mer 
arte, las pinturas de las cavernas, que incluyen muchos animales, se 
realizaron hace alrededor de 30.000 años. La revolución agrícola comenzó 
hace unos 10.000 años; las primeras civilizaciones e inscripciones escritas, hace 
unos 5.000 años.3 
Nuestros antepasados fueron recolectores y cazadores para quienes la 
recolección era mucho más importante que la caza. La vieja imagen del 
1. Karsh y Turner (1988). 
2. Godwin (1975); Marx y otros (1988). 
3. Leakey y Lewin (1992); Mithen (1996).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 3 
años transcurridos PRESENTE 
Revolución Industrial (150) 
Revolución agrícola (10.000) 
Primera manifestación de arte (30.000) 
100.000 ■ Primera domesticación de perros 
150.000 Orígenes, en Africa, de los humanos modernos í 7700.000 ■ Uso del fuego 
1.000.000 - 
2.000.000 
Señales de ingesta de carne 
3.000.000 — 
4.000.000 - 
Expansión cerebral. Primeras herramientas de piedra 
m Primeras especies denominadas homínidos 
Figura 1.1. Esquema cronológico de la evolución humana.
32 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
Hombre Cazador que, lleno de confianza, se paseaba a grandes zancadas 
por la sabana africana, resultó ser un mito. Incluso entre los cazadores-re-colectores 
hoy existentes, sólo una pequeña proporción del alimento que 
comen proviene de la caza; la mayor parte es producto de la recolección, 
principalmente a cargo de las mujeres. (La excepción son los cazadores-re-colectores 
de las regiones árticas, pobres en plantas.)4 Los homínidos y el 
primer homo sapiens obtenían en general carne más bien de la limpieza de 
los esqueletos que dejaban depredadores más eficaces, como los grandes ga­tos, 
que de la caza propia.5 La caza mayor, en oposición a la actividad ca-rroñera, 
quizá se remonte sólo de 70.000 a 90.000 años. 
En las culturas de cazadores-recolectores, los seres humanos no se ven 
como algo separado del dominio de los otros animales, sino en íntima inter­conexión 
con ellos.6 Los especialistas en comunicación con el mundo no 
humano son chamanes que, gracias a sus espíritus guardianes o animales de 
poder, se conectan con los poderes de los animales. Hay una solidaridad 
misteriosa entre la gente y los animales. Los chamanes se sienten guiados 
por los animales o bien transformados ellos mismos en animales, cuyo len­guaje 
comprenden y cuya preciencia y poderes ocultos comparten.7 
La d o m e s t ic a c ió n d e l o s p e r ro s 
Los primeros animales que se domesticaron fueron los perros. Sus ante­pasados, 
los lobos, cazaban en manadas como cazaban los hombres y ya en 
una etapa muy antigua se usaron perros en la caza, así como para la custodia 
de animales. Su domesticación es anterior al desarrollo de la agricultura.8 
La opinión convencional afirma que la primera domesticación de lobos 
tuvo lugar hace entre diez y veinte mil años. Pero evidencias recientes a par­tir 
del estudio de ADN en perros y en lobos señalan una fecha mucho más 
lejana para la primera transformación del lobo en perro, unos cien mil años 
atrás. Esta nueva evidencia también sugiere que los lobos fueron domesti­cados 
varias veces, no sólo una, y que los perros siguieron cruzándose con 
lobos salvajes.9 
4. Ehrenreich (1997). 
5. Ibíd. 
6. Eliade (1964); Burkert (1996). 
7. Eliade (1964), pág. 94. 
8. Masson (1997). 
9. Morell (1997).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 33 
Si este descubrimiento se confirmara, significaría que tal vez nuestra an­tigua 
compañía de perros haya desempeñado un papel importante en la 
evolución humana. Los perros pudieron haber cumplido una función capi­tal 
en los progresos de las técnicas humanas de caza que se produjeron hace 
entre 70.000 y 90.000 años. El veterinario australiano David Paxton llega 
a sugerir que más bien los lobos domesticaron a los humanos que éstos a 
aquéllos. Tal vez los lobos comenzaron a vivir en torno a la periferia de asen­tamientos 
humanos como una manera de parasitismo. Algunos aprendieron 
a vivir en una suerte de ayuda mutua y poco a poco se convirtieron en pe­rros. 
Como mínimo habrían protegido los asentamientos humanos y emitido 
advertencias con sus ladridos ante cualquiera que se aproximara.10 
Los lobos que se convirtieron en perros tuvieron gran éxito en términos 
evolutivos. Se los encuentra por doquier en el mundo habitado y en cen­tenares 
de millones. Los descendientes de los lobos que siguieron siendo 
lobos están ahora muy dispersos y a menudo en poblaciones en peligro de 
extinción. 
La domesticación de perros precede con mucho a la domesticación de 
otros animales. En verdad, los perros pueden haber desempeñado un papel 
esencial en la domesticación de otras especies, tanto por su capacidad para 
pastorear animales, como las ovejas, como por su colaboración en la pro­tección 
de los rebaños del ataque de depredadores. 
Algunas razas de perro son muy antiguas. Ya en el antiguo Egipto ha­bía 
varias razas completamente distintas: galgos o de tipo Saluki, mastines, 
basenji, pointer y un perro pequeño parecido al terrier maltés (fig. 1.2).11 
En Egipto se veneraba a los perros. A algunos incluso se los embalsama­ba 
y en todas las ciudades se dedicada un cementerio íntegramente a tum­bas 
de perros. El dios de los muertos era Anubis, con cabeza de perro o de 
chacal. 
En el mundo moderno de hoy, el modo de tratar a los perros varía mu­cho 
de una cultura a otra. En el mundo árabe, en general se los aborrece, en 
parte debido a la existencia de grandes poblaciones de perros extraviados o 
salvajes que son fuentes de peligrosas enfermedades, como la rabia. Incluso 
así, se admira y se mima a los perros individuales de caza. En otras regiones 
del mundo, como en zonas de Birmania, Indonesia y Polinesia, se mata a los 
perros para la alimentación humana y en general no se los considera bien.12 
Pero en la mayoría de las culturas, sobre todo allí donde se usan los perros 
10. Paxton (1994). 
11. Fiennes y Fiennes (1968). 
12. Serpell (1983).
34 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
Figura 1.2. Razas de perros egipcios, de las tumbas de Beni Assan (2200-2000 a.C.) 
(según Ash, 1927). 
para la caza o el pastoreo o se los mantiene sin motivo utilitario, se los trata 
en general con afecto.13 
La d o m e s t ic a c ió n d e o t r a s e s p e c ie s 
Francis Galton, primo de Charles Darwin, fue pionero del pensamiento 
moderno sobre domesticación. Señaló que relativamente pocas especies se 
prestaban a ello. Para poder ser domesticadas, las especies han de satisfacer 
las siguientes condiciones: 
Deben ser fuertes y sobrevivir con poco cuidado y escasa atención, te­ner 
un gusto intrínseco por el hombre, amar la comodidad, cruzarse libre­mente, 
ser gregarias y, por tanto, fáciles de controlar en grupos. 
Las ovejas, las cabras, el ganado ovino, los caballos, los cerdos, las galli­nas, 
los patos y los gansos satisfacen estos criterios. Pero otras especies, 
13. Ibíd.
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 35 
como los ciervos y las cebras, aunque son gregarias, no los satisfacen y, a pe­sar 
de muchos intentos de domesticación, permanecen demasiado «salva­jes 
» como para manejarlas con comodidad.14 
Los gatos son la única especie domesticada que no es gregaria, pero de­bido 
a su naturaleza territorial y su amor a la comodidad crean relaciones 
simbióticas con las personas aunque preservan algo de su independencia 
de cazadores solitarios. Se pasan con relativa facilidad a una existencia libre, 
salvaje.15 
Los gatos fueron domesticados hace mucho menos tiempo que los pe­rros, 
probablemente no más de cinco mil años atrás. Los primeros registros 
de gatos se encuentran en el antiguo Egipto, donde se los consideraba sa­grados 
y estaba prohibido matarlos. Se los momificó en tal cantidad que a 
principios del siglo XX se extraían momias de gatos por toneladas, se las mo­lía 
y se las vendía como fertilizante.16 
También es relativamente reciente la domesticación de los caballos, que 
con toda probabilidad ocurrió hace alrededor de cinco mil años en la región 
que rodea al Turquestán. Tal vez se los usara primero como animales de 
tracción. El primer registro de un caballo montado se halla en Egipto, alre­dedor 
del 1500 a.C.17 Muy pronto, una vez que fueron más bien camaradas 
que esclavos, los caballos resultaron importantes en la guerra y en la caza. 
En las primeras civilizaciones, aunque los animales domesticados eran 
explotados al servicio del hombre, ya había un sentido de conexión hom­bre/ 
animal que impregnaba la relación. Eran varios los animales a los que se 
consideraba sagrados, como en India lo son actualmente las vacas, los ele­fantes 
y los monos. Muchos dioses y diosas adoptaban formas animales o 
tenían anímales como ayudantes. 
A primera vista, son escasas las huellas de este sentido de solidaridad 
con el reino animal en las sociedades industriales. Las bestias de carga han 
sido sustituidas por máquinas; los caballos, los asnos, las muías y los bueyes 
ya no se utilizan como compañeros cotidianos. La íntima familiaridad del 
campesino con los animales ha sido sustituida por la gestión agrícola mo­derna, 
en que los animales permanecen en granjas fabriles e instalaciones 
alimentarias a escala industrial. 
No obstante, en nuestra vida privada se mantiene la afinidad antigua 
con otros animales. Hay muchos observadores aficionados de aves, natura­14. 
Galton (1865). 
15. Kerby y Macdonald (1988). 
16. Clutton-Brock (1981), pág. 110. 
17. Kiley-Worthington (1987).
36 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
listas y fotógrafos de la vida salvaje. Las películas sobre la vida natural go­zan 
de permanente preferencia en la televisión, lo mismo que los relatos 
acerca de anímales, sobre todo acerca de perros como Lassie18 y Komissar 
Rex, el perro detective austríaco. Pero es en la tenencia de animales domés­ticos 
donde estos vínculos se conservan principalmente y de un modo más 
íntimo. Aun cuando la mayor parte de la gente de las ciudades modernas ya 
no necesite gatos para cazar ratones ni perros para cuidar el rebaño ni para 
cazar, se sigue manteniendo estos animales a millones, junto con una multi­tud 
de otras criaturas que no desempeñan ninguna función utilitaria: ponis, 
loros, periquitos australianos, conejos, cobayos, jerbos, hámsters, peces de 
colores, fásmidos y muchos otros tipos de animales domésticos. 
La mayor parte de nosotros parece necesitar a los animales como parte 
de nuestra vida. Nuestra naturaleza humana está íntimamente ligada a la na­turaleza 
animal; separados de ella, nos vemos disminuidos: perdemos una 
parte de nuestra herencia. 
E l m a n t e n im ie n t o d e a n im a l e s d e com pa ñ ía 
En todo el mundo se crían animales de compañía. Como observó Fran-cis 
Galton en 1865: «Es un hecho familiar a todos los viajeros que los salva­jes 
a menudo capturan animales jóvenes de distinto tipo y los crían como fa­voritos 
para luego venderlos o presentarlos como curiosidades».19 
Galton sugirió que ese tipo de crianza de animales fue el modo principal 
en que se domaron muchas especies, junto con el mantenimiento de anima­les 
sagrados y la conservación de jardines zoológicos por jefes y reyes. En al­gunos 
casos, estos animales, siempre que satisficieran las condiciones necesa­rias 
(ya enunciadas), llegaron a ser domésticos. Me agrada la idea de Galton 
de que el mantenimiento de animales de compañía precedió a la domestica­ción, 
y la encuentro muy plausible. Y, si los lobos se hicieron primero secua­ces 
de los hombres y sólo después se convirtieron en perros, la teoría de Gal­ton 
sugiere una manera simple en que este proceso pudo haberse acelerado 
a través de la adopción de cachorros como animales de compañía. 
En el antiguo Egipto, así como en muchos otros lugares del mundo, ade­más 
de los perros de gran tamaño que se usaban para la caza, la vigilancia y 
el pastoreo, había también razas más pequeñas que parecen haber vivido en 
18. Para un interesante estudio sobre la evolución de las historias de Lassie, véase Gar-ber 
(1996). 
19. Galton (1865).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 37 
Figura 1.3. Pequeños perros domésticos de la Grecia antigua (según Keller, 1913). 
las casas en calidad de animales de compañía. Los griegos y los romanos an­tiguos 
también los tenían (fig. 1.3). Ciertamente, se han hallado perros pe­queños 
en todo el mundo y hay antepasados de muchos perros domésticos 
de hoy. En Tíbet y en China existía la costumbre de criar tanto perros guar­dianes 
como perros de hogar; los primeros eran grandes y feroces y vivían al 
aire libre, mientras que los últimos vivían en casas o monasterios.20 
La tenencia de animales domésticos en oposición a su tenencia con fines 
utilitarios era en cierto modo un lujo. Hoy en día hay mucha más gente rica 
y, por tanto, más animales de este tipo. Y a menudo los animales domésticos 
20. Fiennes y Fiennes (1968).
38 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
que viven en la casa en calidad de compañeros establecen una conexión más 
íntima con su familia humana que los que viven fuera de la casa, en la granja, 
el establo o el corral. En países industriaÜ2ados como Francia, Gran Bretaña 
y los Estados Unidos, la mayoría de las casas tienen al menos un animal de 
compañía. Y en las últimas décadas, con el incremento de la urbanización y 
la prosperidad, la cantidad de animales domésticos, lejos de disminuir, au­mentó. 
En el Reino Unido, por ejemplo, entre 1965 y 1990 la cantidad total 
de perros se elevó de 4,7 a 7,4 millones y la de gatos, de 4,1 a 6,9 millones. 
Es probable que los hábitos de mantenimiento de las diferentes naciones 
desempeñen un papel importante en la formación del «carácter nacional». 
Pero es ésta un área en la que no ha habido prácticamente investigación, 
pues sólo disponemos de estadísticas. En el cuadro 1 se dan las cifras corres­pondientes 
a dueños de perros y gatos en un abanico de países. 
Los porcentajes más elevados de casas con perros se encuentran en Po­lonia 
y los Estados Unidos, y luego en Francia, Bélgica e Irlanda. Algunos 
de los niveles porcentuales más bajos de propietarios de perros y gatos se 
hallan en Alemania. En la mayoría de los países son más las casas que tienen 
perros que las que tienen gatos, pero en algunos, sobre todo Suiza y Austria, 
es sorprendente el predominio de gatos sobre perros como animales de ho­gar 
preferidos. 
En los últimos años se han producido cambios asombrosos en la confi­guración 
de la propiedad de animales de compañía. En el Reino Unido, la 
cantidad de perros descendió, mientras que la de gatos siguió aumentando 
(fig. 1.4). A partir de 1992 hubo más gatos que perros, pero todavía hay más 
casas con perros que con gatos, porque en muchas hay dos gatos o más. Sólo 
en los Estados Unidos ha habido un incremento semejante de popularidad 
de los gatos en relación con los perros, pues hacia 1996 los primeros supe­raron 
a los segundos en cantidad, con poblaciones de 59 y 53 millones res­pectivamente. 
Pero, lo mismo que en el Reino Unido, sigue habiendo más 
casas con perros que con gatos.21 
VÍNCULOS SOCIALES CON LOS ANIMALES 
Originariamente, la mayoría de los animales domesticados eran sociales, 
como señaló Francis Galton. También tienden a ser animales con jerarquías 
21. En 1996 había en EE.UU. un promedio de 2,2 gatos por cada casa con gatos, en 
comparación con los 1,7 perros por cada casa con perros (fuente: Humane Society of Ame­rica, 
Washington, DC).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 39 
Cuadro 1. Porcentaje de casas que tienen perros y gatos, clasificadas por países 
(según Fogle, 1994). 
Porcentaje de casas con: 
perros gatos 
Polonia 50 33 
Estados Unidos 38 30 
Francia 36 25 
Bélgica 36 25 
Irlanda 36 20 
Canadá 32 24 
Portugal 30 14 
República Checa 30 16 
Reino Unido 27 21 
Dinamarca 23 17 
Holanda 22 24 
Italia 20 22 
Finlandia 20 18 
Noruega 17 18 
Suecia 16 19 
España 16 8 
Austria 15 26 
Japón 12 5 
Alemania 11 9 
Suiza 10 26 
Grecia 10 7 
de dominación, lo que facilitó su control por parte de los seres humanos. In­cluso 
los gatos, a pesar de sus hábitos de caza independiente y en solitario, 
crecen con relaciones sociales estrechas entre las madres y su descendencia. 
La naturaleza social original de los animales domesticados se pone de 
manifiesto cuando vuelven a la vida salvaje. Charles Darwin, en su Variation 
of Animáis and Plants, se interesó particularmente por el retorno de los ani­males 
domesticados a sus hábitos ancestrales.22 
En general, los animales no domesticados viven en grupos similares a los 
de sus parientes salvajes. Por ejemplo, los caballos no domesticados viven 
22. Darwin (1875).
40 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 
años 
-o - perros (cantidad) 
gatos (cantidad) 
-D- perros (casas con) 
gatos (casas con) 
Figura 1.4. Cambios en las poblaciones de perros y de gatos en el Reino Unido en­tre 
1965 y 1997 (fuente: UK Pet Food Manufacturera’ Association). 
en general en grupos de alrededor de cinco, lo mismo que sus parientes sal­vajes. 
23 Los perros no domesticados viven en manadas y construyen guari­das, 
al igual que los lobos.24 
Los animales sociales se vinculan con otros miembros del grupo a través 
de lazos invisibles. Lo mismo vale para los vínculos sociales humanos. Nues­tros 
animales domesticados son sociales por naturaleza y nosotros también 
lo somos. Los vínculos entre las personas y los animales son una suerte de 
híbrido entre los tipos de vínculos que crean los animales entre sí y los que 
crean entre sí las personas. 
Una dificultad para comprender la naturaleza de estos vínculos estriba 
en la pobreza de nuestra comprensión de los vínculos entre seres humanos 
23. Kiley-Worthington (1987). 
24. Kerby y Macdonald (1988).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 41 
y entre animales. Sabemos que existen conexiones emocionales invisibles 
entre miembros de una familia y sabemos que esas conexiones persisten con 
el tiempo y mantienen unidas a personas que se pueden encontrar incluso 
en distintos continentes. Sabemos que los animales tienen grupos sociales y 
que de alguna manera el grupo en conjunto está unido de tal manera que 
funciona como si se tratara de un superorganismo: es lo que analizo en el ca­pítulo 
9. Esto resulta más claro en el caso de los insectos sociales, como las 
hormigas, las termitas, las abejas y las avispas. Es flagrante en las bandadas 
que giran y se inclinan prácticamente al mismo tiempo, sin molestarse en 
absoluto los individuos entre sí. Y lo mismo ocurre con un cardumen que 
nada en formación cerrada pero que cambia de dirección en cualquier mo­mento 
y responde con rapidez a la aproximación de un depredador. 
L a n a tu r a l e z a d e l o s v ín c u lo s so c ia l e s 
Hay muchos tipos de vínculos sociales en el seno de las especies, como 
las que existen entre la gata madre y sus mininos, una abeja y otros miem­bros 
de la colmena, un estornino y una bandada, un lobo y su manada, así 
como la gran variedad de vínculos sociales humanos. Además, hay vínculos 
sociales entre especies, como las que se dan entre los animales de compañía 
y sus amos. 
Todos estos vínculos conectan unos con otros a los miembros de un grupo 
e influyen en la manera de relacionarse. Mi propuesta es que estos vínculos 
no son meras metáforas, sino conexiones reales que siguen conectando a 
los individuos entre sí aun cuando estén separados, más allá de la comu­nicación 
sensorial. Estas conexiones a distancia podrían ser canales para la 
telepatía. 
Los vínculos entre animales existen dentro de un campo social. Al igual 
que los campos conocidos de la física, los campos sociales conectan cosas a 
distancia, pero se diferencian de los campos conocidos de la física en que 
evolucionan y tienen un tipo de memoria. En mi libro The Presence of the 
Past he sugerido que los campos sociales son ejemplos de una clase de cam­pos 
llamados campos mórficosP 
Los campos mórficos mantienen unidas y coordinan las partes de un sis­tema 
en el espacio y en el tiempo y tienen memoria de sistemas similares an­teriores. 
Los grupos sociales humanos tales como las tribus y las familias he­redan 
a través de sus campos mórficos una clase de memoria colectiva. Los 
25. Sheldrake (1988a).
42 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 
hábitos, las creencias y las costumbres de los antepasados influyen en el 
comportamiento actual, tanto consciente como inconscientemente. Todos 
sintonizamos memorias colectivas, semejantes al «inconsciente colectivo» 
que propuso el psicólogo C. G. Jung. 
Las colonias de termitas, los cardúmenes, las bandadas, los rebaños, las 
manadas y otros grupos de animales también se mantienen unidos y estruc­turados 
gracias a los campos mórficos, y todos estos campos están configu­rados 
por su propio tipo de memoria colectiva. 
Los animales individuales están unidos entre sí en el seno de campos 
sociales de su grupo y siguen modelos habituales de relaciones que se re­piten 
de una generación a otra. Los instintos son como hábitos colectivos 
de la especie, o de la raza, creados por experiencia a lo largo de muchas 
generaciones y sometidos a los rigores de la selección natural. Esta con­cepción 
de los instintos como efectos heredados del hábito y la experien­cia 
se aproxima mucho al pensamiento de Charles Darwin, que se expre­sa 
con la máxima claridad en La variación de animales y plantas bajo la 
acción de la domesticación y desempeña un papel capital en El origen de las 
especies.21' 
El proceso por el cual esta memoria se transfiere del pasado al presente se 
denomina resonancia mórfica e implica una influencia de lo semejante sobre lo 
semejante a través del espacio y el tiempo.27 En el capítulo 9 y en el Apéndice 
C expongo la naturaleza de los campos mórficos y de la resonancia mórfica. 
Los campos mórficos vinculan los miembros de un grupo social entre sí 
y el campo abarca en su seno a todos los miembros del grupo (fig. 1.5A). Si 
un miembro del grupo se desplaza a un lugar lejano, sigue conectado con el 
resto del grupo gracias al campo social, que es elástico (fig. 1.5B). 
Los campos mórficos permitirían que un abanico de influencias telepá­ticas 
pasara de un animal a otro dentro del grupo social, o de una persona 
a otra, o bien de una persona a un animal de compañía. La capacidad de 
estos campos para estirarse como bandas elásticas invisibles las habilita 
para actuar como canales de comunicación telepática, incluso a grandes 
distancias.28 
En este momento no es preciso exponer en detalle la hipótesis del cam­po 
mórfico, del que sólo he dado un brevísimo resumen. Lo importante es 
26. Francis Huxley ha señalado que sería más adecuado que el libro más famoso de Dar­win 
se titulara «El origen de los hábitos» (Huxley, 1959). 
27. Sheldrake (1981; 1988a). 
28. Para un modelo matemático de comunicación por medio del campo mórfico, véase 
Abraham (1996).
LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 43 
A 
Figura 1.5. Diagrama que representa un campo mórfico del grupo social (A) y que 
ilustra la manera en que el campo se estira y sigue conectando a un individuo con 
otros miembros del grupo aun cuando se encuentre a gran distancia de éstos (B). 
que esta hipótesis no sólo hace posible la telepatía, sino incluso probable. 
Pero, una vez sentada su posibilidad teórica, cabe preguntarse si ocurre en 
realidad. Sobre la base de la evidencia disponible, que se expone en los ca­pítulos 
siguientes, llego a la conclusión de que la telepatía es ciertamente un 
fenómeno real.
SEGUNDA 
PARTE 
Animales que saben cuándo sus amos 
están camino de casa
CAPÍTULO __ 2 
Perros 
La mayor evidencia de telepatía entre personas y animales procede del es­tudio 
de perros que saben cuándo sus amos están de camino a su casa. Este 
comportamiento anticipatorio es común. Muchos dueños de perros lo dan 
simplemente por supuesto, sin reflexionar acerca de sus vastas implicaciones. 
Cuando Peter Edwards llega a casa en su granja en Wickford, Essex, sus 
setters irlandeses están casi siempre en la puerta para saludarlo. Ivette, su 
mujer, dice que a menudo lo esperan entre diez y veinte minutos antes de su 
llegada, mucho antes de que Peter deje la carretera para entrar en el desvío 
privado de su casa. Durante más de veinte años, la mujer había dado esta 
conducta por supuesta, con este simple pensamiento: «Ya vuelve Peter; los 
perros han ido a la puerta». 
Sin embargo, después de leer un artículo en Sunday Telegraph acerca de 
mi investigación sobre perros que saben cuándo sus amos están camino de su 
casa, Ivette empezó a preguntarse: ¿cómo saben los setters que Peter está en 
camino? Peter trabaja con horario irregular en Londres y en general su mu­jer 
no tiene datos para saber cuándo esperarlo. Y los perros responden con 
independencia de la dirección del viento y del vehículo en el que llegue. 
La capacidad de los setters irlandeses para detectar el regreso de Peter 
con anticipación es típica de muchos otros perros. En respuesta a averigua­
48 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
ciones realizadas en Europa y en América del Norte he reunido más de 580 
informes de perros que saben cuándo sus amos están camino de su casa. Al­gunos 
esperan en una puerta o una ventana diez minutos o más antes del re­greso 
del trabajo, la escuela, las compras y otras salidas. Otros salen a en­contrarse 
con sus amos en la calle o en una parada de autobús. Hay perros 
que exhiben esta conducta de manera casi cotidiana; otros, sólo cuando sus 
amos regresan de unas vacaciones u otra ausencia prolongada, en cuyo caso 
dan muestras de excitación durante horas o incluso días antes del regreso. 
Mientras algunos científicos se apresuran a atribuir este fenómeno a la ruti­na 
o la agudeza del olfato y el oído de estos animales, pronto se descubre, 
caso tras caso, que estas explicaciones no son suficientes. 
El contexto de esta conducta anticipatoria es el entusiasmo con que mu­chos 
perros dan la bienvenida a sus amos. A menos que estén muy bien edu­cados, 
tratan de saltar y lamer la cara de su amo, tal como los cachorrillos 
saludan a sus padres, sacudiendo la cola con tal vigor que el movimiento se 
transmite a las patas traseras. 
De modo parecido saludan los lobeznos. Cuando son destetadas, las crías 
comienzan a pedir alimento a sus padres o a otros miembros de la manada 
que regresan a la cueva. Cuando el adulto se aproxima con comida en la 
boca, se amontonan en torno a él con excitación, agitan la cola, adoptan 
gestos de sumisión y saltan para lamer los rincones de la boca. En los lobos 
adultos, la misma clase de conducta toma la forma de saludos ritualizados. 
La mayor parte de la atención se dirige a los animales de mayor jerarquía.1 
Así, la conducta de saludo que despliegan los perros respecto de sus 
amos tiene antiguos antecedentes evolutivos, pues se remonta a los lobos, 
de los que descienden nuestros perros domésticos. Pero muchos perros van 
más allá del mero saludo a sus amos cuando éstos regresan, pues en verdad 
anticipan su llegada y parecen saber que se encuentran en camino cuando 
todavía están a muchos kilómetros de la casa. 
¿ P o d r ía t ra ta r se d e m er a r u t in a ? 
Cuando una persona regresa todos los días a la misma hora, la conduc­ta 
de sus perros podría ser simple rutina. Teresa Preston, de Suffolk, Virgi­nia, 
supuso que esto era lo que ocurría cuando se dio cuenta de que el pe­rro 
de la familia, Jackson, esperaba el regreso de sus hijos en el autobús 
escolar. Pero tuvo que repensar la cuestión cuando se percató de que Jack- 
1. Serpell (1986).
PERROS 49 
son también anticipaba el regreso de su marido, que llegaba en momentos 
inesperados de su trabajo como capitán de una nave del servicio de boyas 
de la Coast Guard de los Estados Unidos, con asiento a más de 30 kilóme­tros, 
en Portsmouth: 
Llegaba a casa a horas extrañas. Cuando el barco había entrado en el puer­to, 
Jackson se excitaba, iba a la puerta y quería salir. La mayor parte del tiem­po 
iba a sentarse al final de la acera y se colocaba de manera de poder mirar en 
dirección a donde él «sabía» que aparecería el coche. Era tan infalible en esto 
—no podía yo dejar de percatarme— que a veces utilizaba su advertencia para 
retocarme el peinado y maquillarme antes de la llegada de mi marido. Si estaba 
preparando la comida y a punto de decidir para cuántas personas debía hacer­la, 
utilizaba la predicción de Jackson para adecuar la cantidad. 
O tal vez los perros capten señales de anticipación procedentes de las 
personas que esperan en la casa. En algunos casos, la gente telefonea para 
decir que vuelve y la persona que está en la casa puede cambiar su estado 
emocional al saber que aquella a la que espera está en camino. Pero la anti­cipación 
de ciertos perros se produce incluso cuando la persona que está en 
la casa ignora por completo cuándo llegará el miembro de la familia ausen­te. 
Me han llegado muchos informes de familiares de abogados, taxistas, 
personal militar, periodistas, comadronas, etc., que no trabajan con horarios 
fijos, según los cuales el perro es el que les hace saber cuándo el miembro 
ausente de la familia está de camino a su casa. 
Un ejemplo es John Batabyal, de Stretford, Lancashire. Su mujer, Glo­ria, 
trabajaba en un hospital con horario flexible, de modo que a menudo 
regresaba a su casa en momentos inesperados y, sin embargo, siempre la es­peraba 
con un té recién hecho. Ella se sintió desconcertada por esto hasta 
que descubrió que, en el preciso momento en que abandonaba la sala del 
hospital para montarse a su coche y regresar a su casa, los dos perros salta­ban 
al antepecho de la ventana, con lo que indicaban al marido que era hora 
de encender la tetera. 
En Manhattan, la niñera irlandesa de la familia West se servía de un sis­tema 
similar de advertencia canina, que en este caso proporcionaba un blue 
terrier llamado Kerry. El general Charles West tenía su base en Governor’s 
Island, en el puerto de Nueva York, y su mujer era vicepresidenta de Time 
Inc. En palabras del propio general West: 
Vivíamos en la cuarta planta de un edificio de apartamentos y cada uno de 
nosotros llegaba a casa en distintos momentos y con diferentes orientaciones. 
Ni la niñera ni nuestro hijo pequeño sabían cuándo llegaríamos, pero diez o
50 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
quince minutos antes de nuestro retorno, Kerry se excitaba enormemente, co­rría 
a una de las ventanas del frente y se quedaba allí mirando hacia la calle 
mientras emitía gemidos de alegría y movía la cola como un loco. La niñera 
siempre sabía que uno de nosotros estaba a punto de llegar y nunca dejaba de 
bromear acerca de la utilidad de esa advertencia para limpiar al niño antes de que 
llegaran el padre o la madre. Y no era un acontecimiento ocasional, sino que así 
ocurrió día tras día y semana tras semana durante varios años. 
No cabe duda de que hay perros que acostumbran a esperar el retorno 
de sus amos en horarios rutinarios, pero casi nadie encuentra en ello nada 
particularmente notable. En la mayoría de los 585 informes que he recogi­do, 
como en estos ejemplos, la conducta del perro no es explicable en sim­ples 
términos de rutina. 
¿ P o d r ía n l o s p e r r o s o l e r la p r o x im id a d d e su s a m o s ? 
La mayoría de los perros tienen un olfato mucho mejor que el nuestro, 
y es probable que puedan oler a sus amos, o los vehículos de sus amos, des­de 
mucho más lejos de lo que sería capaz una persona. Pero ¿cuánto más 
lejos? 
Los perros usan normalmente el olfato para seguir rastros o huellas ol­fateando 
el suelo. Pero para oler a alguien que vuelve a su casa tendrían que 
olfatear el aire. Suponiendo que el viento sople en la dirección adecuada y 
que el animal esté fuera de la casa, o dentro pero con las ventanas abiertas, 
¿a qué distancia sería capaz de oler una persona o un coche que se acerca? 
La mejor estimación que he podido obtener sugiere que esta distancia 
es considerablemente menor que una milla (unos mil seiscientos metros), 
aun con la raza más sensible, la de los sabuesos. Malcolm Fish, de la Sección 
de Perros de Policía de Essex, está actualmente realizando pruebas con sa­buesos 
para el Ministerio del Interior con el fin de averiguar si para cierto 
tipo de trabajo policiaco no serían más adecuados que los pastores alema­nes, 
que es la raza que se usa actualmente. Dice Fish que si alguien se es­conde 
en un cercado, a veces un sabueso puede detectar el olor de esa per­sona 
hasta a media milla, pero a condición de tener el viento a favor y de 
que la persona no se mueva. Le parece muy improbable que un perro, in­cluso 
un sabueso, pueda oler a alguien que viaja a su casa desde el lugar de 
trabajo. «Imagínese a alguien que viajara en su coche con una cajita que des­pide 
humo y con las ventanillas abiertas. El humo se iría hacia atrás. El olor 
no viaja hacia adelante como el sonido. Además, hoy la mayoría de los co­
PERROS 51 
ches son herméticos, de modo que no sería mucho el olor que saliera de 
ellos, y las puertas de las casas son herméticas para no dejar pasar el viento, 
así que me parecería imposible que un perro pudiera oler a su amo cuando 
éste se encuentra a una milla.» 
Hay perros que sólo reaccionan uno o dos minutos antes de la llegada 
de sus amos y en estos casos sí que el olfato podría explicar su conducta. 
Pero muchos reaccionan con diez minutos o más de anticipación, cuando la 
persona se encuentra todavía a varios kilómetros. Además, lo hacen con to­tal 
independencia de la dirección del viento y no es necesario que las venta­nas 
estén abiertas. Su anticipación no puede explicarse razonablemente en 
términos de olfato. 
¿ P o d r ía n o ír l o s p e r r o s q u e su s am o s s e a c e r c a n ? 
La mayoría de los perros tienen un oído mucho más sensible que el 
nuestro. Pueden oír sonidos demasiado agudos para que nosotros los de­tectemos, 
como los silbatos «silenciosos» para perros, que emiten sonidos 
por encima de la banda de frecuencia audible para nosotros. También pue­den 
oír mucho más lejos. Se estima que «un perro puede oír a aproxima­damente 
cuatro veces la distancia a que puede oír el hombre».2 Pero esto 
tal vez sea excesivamente generoso para los perros. Celia Cox, veterinaria 
británica especializada en cirugía otorrinolaringológica, ha probado el 
oído de miles de perros y calcula que su sensibilidad al nivel de ruido es se­mejante 
a la de los seres humanos. Celia Cox duda que puedan oír a sus 
amos acercarse desde muy lejos: «Hay personas que me han dicho que 
sus perros saben cuándo vuelven ellas a su casa incluso antes de haber gi­rado 
en su calle, pero me parece muy improbable que esto se deba exclusi­vamente 
al oído».. 
Análogamente, Kevin Munro, del Centro de Audición y Equilibrio de la 
Universidad de Southampton, ha comparado la capacidad auditiva de per­sonas 
y de perros utilizando una sofisticada técnica llamada Audiometría de 
Respuesta Evocada.3 Esperaba encontrar que los perros oyeran mucho me­jor 
que los seres humanos, puesto que se trata de una creencia tan común. 
«Cuando me encontré con los resultados, me llevé una gran sorpresa al 
comprobar que, dejando de lado la capacidad canina para oír sonidos más 
agudos, no había diferencias sustanciales.» 
2. Fogle (1995), pág. 41. 
3. Shiu, Munro y Cox (1997); Munro, Paul y Cox (1997).
52 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
Pero en aras de la argumentación, supongamos que efectivamente los 
perros oyen a una distancia aproximadamente cuatro veces mayor que el al­cance 
máximo del oído humano. Si se acerca a casa un coche familiar o una 
persona a pie, ¿a qué distancia lo oímos? 
Yo vivo en Londres y, con todo el ruido de fondo y la enorme cantidad 
de coches y de gente que pasa, probablemente oigo los coches y las perso­nas 
que se acercan a casa cuando están a menos de veinte metros, y eso sólo 
si me encuentro en alguna de las habitaciones del frente y con las ventanas 
abiertas. Por el contrario, la gente que vive en el campo, en lugares aislados, 
con poco y nada de tráfico, podría oír un vehículo que se acerca cuando to­davía 
se halla a ochocientos metros o más, sobre todo de noche. Pero cal­culo 
que en la mayoría de los medios urbanos y suburbanos, la mayoría de 
la gente no sería capaz de reconocer los sonidos familiares de un coche o 
de una persona a más de unos pocos cientos de metros, y en general a mucho 
menos. Cada uno puede realizar su propio cálculo y luego ponerlo a prueba 
con ayuda de familiares y amigos. ¿Puede el lector detectar realmente cuán­do 
un coche o una persona en particular se aproximan cuando se hallan a 
esa distancia? 
Multipliqúese la estimación por cuatro y se tendrá una indicación apro­ximada, 
en el supuesto más favorable posible, de la distancia a la que un pe­rro 
puede oír que su amo está en camino de regreso. Mi conjetura sería que 
en medios urbanos y suburbanos esta distancia no llega a ochocientos me­tros, 
incluso en las condiciones más favorables posibles, con el viento en la 
dirección adecuada. Con el viento en otras direcciones, el alcance se vería 
muy reducido. Y sería menor todavía si el perro estuviera dentro de la casa 
y con las ventanas cerradas. 
Todo esto parte del supuesto de que la persona viaja a pie o en un coche 
familiar, pero ¿qué ocurre si la persona viaja en taxi, en el coche de un ami­go 
o en cualquier otro vehículo con el que el perro no está familiarizado? A 
pesar de la falta de sonidos familiares que reconocer, muchos amos han en­contrado 
que la anticipación de los perros se mantenía. 
Por ejemplo, cuando Louise Gavit, de Morrow, Georgia, se dispone a 
regresar a su casa, el perro de la familia, BJ, va a la puerta. Su marido ob­servó 
que BJ hacía esto una y otra vez, de modo que, controlando la hora, 
marido y mujer comprobaron que las reacciones de BJ solían comenzar 
cuando ella decidía volver a su casa y comenzaba a caminar hacia cualquier 
vehículo con el que tuviera pensado regresar, aun cuando estaba a muchos 
kilómetros de distancia. «Mi manera de -viajar es irregular, pues uso mi co­che, 
el de mi marido, un camión o distintos coches conducidos por extraños 
a BJ, o bien vuelvo andando. De algún modo, la respuesta de BJ a mi pen­
PERROS 53 
samiento/acción es la misma. Reacciona incluso cuando ha visto mi coche 
todavía dentro del garaje.» 
R e g r e so e n a u t o b ú s , t r en y avión 
La idea de que las reacciones de los perros podrían explicarse en fun­ción 
de los ruidos lejanos de un coche choca también con la refutación que 
representa el hecho de que estos animales reaccionen de la misma manera 
cuando los amos respectivos viajan en autobús o en tren. Por supuesto que, 
si vuelven siempre en el mismo autobús, como un autobús escolar, por 
ejemplo, el animal podría reconocer sonidos característicos antes de la lle­gada 
del vehículo. Pero cuando la gente viaja tanto en autobús como por fe­rrocarril, 
no hay manera de que el animal pueda saber por el sonido si su 
amo está en un autobús o en un tren en particular. 
Helen Meither, por ejemplo, viajaba cada día 24 kilómetros en autobús 
para ir a Liverpool a trabajar y dejaba a su terrier Cairn con su familia. Se­gún 
la hora a la que terminaba su trabajo, o bien regresaba a su casa en un 
autobús que llegaba a las seis de la tarde, o bien en uno que llegaba a las 
ocho. «La parada del autobús se hallaba a cerca de medio kilómetro de dis­tancia, 
detrás de un bosquecillo. Yo nunca sabía si terminaría el trabajo a 
tiempo para coger el primer autobús, pero el perro siempre sabía si yo esta­ba 
o no en él. En caso afirmativo, iba a la puerta más o menos entre las 17.45 
y las 17.50 horas, cualesquiera fueran las condiciones climáticas, y cruzaba 
el bosquecillo para venir a mi encuentro. Si me retrasaba, no se movía has­ta 
las 19.45 y venía a buscarme al autobús que llegaba más tarde.» 
En la base de datos hay más de sesenta informes acerca de animales que 
reaccionan a la llegada de personas a su casa, informes que muestran que de 
alguna manera el animal sabe cuándo la persona está de camino a su casa de 
un modo que excluye la explicación en términos de rutina, ruidos u olores. 
Lo mismo vale para más de 50 casos que implican el viaje en tren. He aquí 
un ejemplo: 
Cuando va a Londres al teatro o a visitar amigos, Carole Barlett, de Chi-selhurst, 
Kent, deja en casa, con su marido, a Sam, cruce de perro labrador 
y galgo. Regresa en tren desde la estación de Caring Cross, un viaje de vein­ticinco 
minutos más otros cinco a pie. El señor Barlett no sabe en qué tren 
regresará su mujer, cosa que puede ocurrir en cualquier momento entre las 
seis de la tarde y las once de la noche. «Mi marido dice que Sam abandona 
mi cama, donde se pasa el día cuando salgo, baja la escalera media hora an­tes 
de mi regreso y espera en la puerta de entrada.» En otras palabras, el pe­
54 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
rro comienza a esperarla alrededor del momento en que ella empieza su via­je 
de regreso. 
En algunos casos, la persona ausente le dice a la que se queda en casa 
que cogerá un tren en particular y luego coge otro. Esto ocurrió cuando 
Sheila Brown, de Westbury, Wiltshire, fue a Londres a una boda y dejó a su 
perra Tina con una vecina, a la que dijo que regresaría en un tren que llega­ba 
a las 22.30. En realidad, regresó cinco horas antes y se sorprendió al en­contrar 
que la esperaba una taza de té. Tina había saltado de repente y ha­bía 
ido a la puerta, donde se sentó agitando la cola. La vecina sabía que a 
menudo Tina anticipaba los regresos de Sheila y concluyó correctamente 
que había cogido un tren anterior. 
Más notable aún que el hecho de que los perros sepan cuándo sus amos 
están de camino a su casa, ya en tren, ya en autobús, sea tal vez que lo sepan 
cuando los amos viajan en avión. Muchas historias de este tipo proceden de 
la Segunda Guerra Mundial, cuando se permitía a los pilotos dejar a sus pe­rros 
en los aeródromos. Por ejemplo, Max Aitken, comandante de escua­drón 
(y luego lord Beaverbrook), tenía su perro labrador en su base del Es­cuadrón 
n° 68. Edward Wolfe, que prestaba servicio a sus órdenes, me dijo: 
«Cuando el escuadrón estaba regresando de una operación de a uno o dos 
aviones, su labrador negro, que había estado echado tranquilamente, se le­vantaba 
y se lanzaba afuera, al encuentro de su amo. Siempre sabía si Max 
Aitken venía de regreso». 
Recibí un informe muy parecido de las reacciones de un perro a su amo, 
piloto de un escuadrón de planeadores, cuando los aviones que regresaban 
eran casi silenciosos. 
Al menos en un caso se puso a prueba la posibilidad de que la reacción 
de un perro pudiera estar desencadenada por el sonido de un avión parti­cular. 
El perro en cuestión también era un labrador, que reaccionaba al re­greso 
de su amo, un oficial de la RAF. «Observó a su amo cuando despega­ba 
en un avión y se echó a esperarlo. Cuando ese mismo avión regresó, el 
perro ni siquiera se levantó. Los hombres pensaron que el perro no había 
pasado la prueba. Pero se equivocaron. El perro, en cambio, tenía razón. Su 
amo no venía en ese avión. Más tarde se acercó otro avión desde la dirección 
contraria. El perro, excitado, se levantó de un salto sacudiendo la cola. Su 
amo había regresado» (J. Greany). 
Igualmente impresionantes son las anticipaciones de los perros pertene­cientes 
al personal de líneas aéreas. Muchas personas que trabajan para lí­neas 
aéreas comerciales han comprobado que sus perros saben cuándo están 
en camino de regreso, incluso si nadie más lo sabe en la casa. Un ejemplo es 
Elizabeth:
PERROS 55 
Toda mi vida laboral he sido miembro de la tripulación de cabina con base 
en el aeropuerto de Gatwick. Durante diez años, mi perro Rusty saltaba y la­draba 
al mismo tiempo que yo aterrizaba y luego se sentaba tranquilamente a 
observar desde la puerta hasta que yo llegaba a casa. Lo asombroso es que, a 
pesar de que ni mis llegadas ni mis salidas se producían de manera rutinaria, 
pues podía estar fuera tanto un día como catorce, y de que no tenía horario re­gular 
de aterrizaje, el perro nunca fallaba. 
Análogamente, algunas personas cuyo trabajo las lleva muy lejos de su 
casa como pasajeros de avión tienen perros que saben cuándo están en via­je 
de regreso. Ian Fraser Ker, de Wescott, se dio cuenta por primera vez de 
este fenómeno cuando telefoneó a su mujer al llegar al aeropuerto de Hea-throw. 
La mujer le dijo que ya había pensado que estaría regresando porque 
el perro, un bóxer, estaba muy excitado. «Esto se desarrolló a tal punto que 
los días que mi perro daba señales de excitación y se sentaba junto a la puer­ta 
de entrada con el morro pegado contra el buzón, mi mujer me preparaba 
la comida y al cabo de un rato llamaba yo del aeropuerto para decir que es­taba 
de vuelta.» 
En casos de este tipo, el perro no tenía posibilidad de reconocer sonido 
ni olor familiar alguno, ni su reacción podía ser rutinaria. Y cuando las per­sonas 
que estaban en la casa no sabían cuándo esperar el regreso del ausen­te, 
el perro tampoco podía captar de ellos su expectativa. Por un proceso de 
eliminación, la explicación más plausible parece ser la telepatía. 
La alternativa, como se apresurarán a señalar los escépticos, es que la 
evidencia basada en experiencias con animales de compañía no es fiable, ya 
sea por trampas de la memoria, ya por la mentira y el engaño, ya por la ilu­sión 
y el deseo. Tras hablar con muchos dueños de animales de compañía 
acerca de sus experiencias y tras haber entrevistado a miembros de sus res­pectivas 
familias, no tengo razones para dudar de la fiabilidad general de 
sus informaciones acerca de la conducta de sus perros. Y, en ausencia de cual­quier 
investigación científica anterior, estos informes son el único punto de 
partida de que disponemos si queremos explorar este fenómeno. 
Es correcto mantener una actitud escéptica, formular nuevas preguntas 
y tomar en cuenta que la gente puede cometer errores. Pero hay personas 
que desprecian por principio toda evidencia procedente de dueños de pe­rros. 
Esta clase de escepticismo compulsivo surge del dogma de que la tele­patía 
es imposible. En mi opinión, esos prejuicios son barreras a la investi­gación 
científica con mentalidad abierta. No son científicos, sino, por el 
contrario, anticientíficos. Personalmente, me interesan más los perros que 
los dogmas.
56 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
No hay duda de que es preciso prolongar con investigaciones experi­mentales 
el estudio de casos particulares de conducta anticipatoria en pe­rros, 
como se describe más adelante en este mismo capítulo. Pero antes es 
importante encontrar más material sobre la historia natural de los perros 
que saben cuándo su gente está de camino a su casa. Y dado que la eviden­cia 
que tenemos hasta ahora apunta a un cierto tipo de conexión telepática, 
necesitamos explorar con más detalle qué podría llevar implícita la idea de 
telepatía. 
D if e r e n t e s m o d e l o s d e r e s pu e st a t e l e p á t ic a 
Telepatía significa literalmente «sentimiento a distancia», de dos pala­bras 
griegas: tele, como en teléfono y televisión, y pathé, como en simpatía y 
empatia. Si los perros responden telepáticamente a sus amos es porque de 
alguna manera captan los pensamientos o los sentimientos de sus amos re­lativos 
a regresar a casa. Esto podría ocurrir de tres maneras principales: 
1. Hay perros que tal vez reaccionen sólo cuando sus amos están cerca de 
la casa y, por supuesto, están al tanto de su inminente regreso. Dicho 
de otra manera, podría ser que los perros sintieran la presencia cada vez 
más próxima de sus amos. Los perros reaccionarían, digamos, dos minu­tos 
o diez minutos antes del regreso efectivo de sus amos, con indepen­dencia 
del momento en que hayan iniciado el viaje de regreso. 
2. Hay personas que tal vez piensen o sientan muy poco acerca del hecho 
de estar regresando a su casa; es posible que estén plenamente atentas a 
una conversación o a otra actividad. Pero hay en los viajes momentos en 
que los pensamientos y los sentimientos se dirigen con acrecentada in­tensidad 
a la casa: por ejemplo, al desembarcar de un avión o de un bar­co, 
o al apearse de un tren o un autobús. Tal vez haya perros que capten 
los pensamientos y los sentimientos ligados al hogar de esos momentos 
especiales. 
3. La manifestación más extrema de telepatía se daría si los perros fueran 
capaces de captar la intención de regresar de sus amos y reaccionaran 
cuando éstos comienzan el viaje o incluso cuando se preparan para ini­ciarlo. 
En realidad, los tres tipos de anticipación son comunes. Hay perros que 
anticipan el regreso de sus amos sólo con unos pocos minutos de antelación. 
Tal vez el animal haya oído u olido a su amo y la telepatía no tenga en esto
PERROS 57 
nada que ver. Pero, cuando los perros reaccionan con más de cinco minutos 
de anticipación, es preciso tomar en serio la hipótesis telepática, sobre todo 
si el perro reacciona incluso cuando las ventanas están cerradas y sus reac­ciones 
no dependen de la dirección del viento, lo que habría podido influir 
enormemente en la transmisión de los olores y los sonidos. Y hay muchos 
casos en que los perros reaccionan regularmente diez minutos o más antes 
de que la persona esperada llegue a su casa, con independencia de la direc­ción 
del viento. Un ejemplo es el de Peter Edwards y sus setters irlande­ses. 
Otros ejemplos son los perros de los aeródromos (caso ya expuesto) que 
reaccionaban cuando el avión de su amo estaba a punto de aterrizar, o los 
perros que van al encuentro de sus amos en las paradas de autobús, pero 
que salen de la casa cuando el autobús todavía está en camino. 
En segundo lugar, hay perros que reaccionan cuando la gente se apea de 
embarcaciones, aviones, trenes y autobuses e inicia la parte final de su viaje 
de regreso al hogar. Ya hemos visto ejemplos de perros que reaccionan 
cuando los miembros de la tripulación y los pasajeros de vuelos comerciales 
llegan al aeropuerto; y hay muchos otros que reaccionan cuando la gente se 
apea de embarcaciones, trenes y autobuses. 
Por último, hay perros que parecen reaccionar a las intenciones de las 
personas de volver a su casa, incluso antes de que comiencen realmente el 
viaje de regreso. BJ, el perro de Louise Gavit, es un ejemplo (véase supra, 
pág. 52). Louise no tiene un horario regular de llegadas ni de salidas. Con 
ayuda de su marido, que observaba a BJ en su casa, llegó a comprobar que 
la reacción típica del perro es la siguiente: 
Cuando me marcho del sitio en donde he estado y camino hacia mi coche 
con la intención de volver a casa, nuestro perro BJ sale de su sueño, se dirige a 
la puerta, se echa en el suelo cerca de ella y con el morro orientado a la misma. 
Allí espera. Cuando me acerco al callejón de entrada intensifica la atención, 
empieza a moverse y da muestras de excitación a medida que me acerco a casa. 
Siempre está allí para meter el morro por la abertura, en señal de saludo, cuan­do 
abro la puerta. Esta sensibilidad no parece limitarse con la distancia. No pa­rece 
responder en absoluto al hecho de que me vaya de un sitio y me dirija a 
otro, sino que su respuesta resulta visible en el momento en que surge en mí el 
pensamiento de regresar a casa y emprendo la acción de caminar hacia el coche 
para hacerlo efectivamente. 
Naturalmente, no hay ninguna novedad en este tipo de conducta, que se 
ha observado y sobre el que se ha llamado la atención durante muchos años. 
En su conocido libro Kinship With All Life, J. Alien Boone describe cómo 
su perro Strongheart anticipaba su regreso cuando almorzaba en su club de
58 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 
Los Ángeles, a casi veinte kilómetros de distancia. Un amigo observó a 
Strongheart mientras su amo estaba fuera. «Nunca hubo una hora preesta­blecida 
para mi regreso, pero en el preciso momento en que decidía mar­charme 
del club y regresar a casa, Strongheart abandonaba cualquier cosa 
que estuviera haciendo, se iba a su punto de observación preferido y allí 
aguardaba pacientemente que cogiera yo la curva del camino y subiera la 
colina.»4 
El mismo modelo de respuesta se ha mostrado en experimentos. Por 
ejemplo, Monika Sauer, que vive cerca de Munich, Alemania, accedió a rea­lizar 
algunos tests con su perro Pluto, cuyas reacciones fueron observadas 
por su compañero. Pluto no sólo reaccionaba cuando ella partía de regreso 
en su coche, sino también cuando lo hacía en el coche de un amigo que el 
perro no conocía. Luego le pedí que probara regresando en taxi. Cuando lo 
hizo, la reacción de Pluto se produjo cuarenta minutos antes de su llegada. 
El viaje llevó treinta minutos. Ella pidió un taxi por teléfono y esperó unos 
diez minutos hasta iniciar el viaje. El perro no reaccionó cuando su ama su­bió 
al taxi, sino cuando lo pidió. 
Es probable que este tipo de reacciones adelantadas pase inadvertido, a 
menos que las personas implicadas presten mucha atención a la hora en que 
comienzan un viaje y la hora en que el perro reacciona. Entre quienes pres­tan 
atención se encuentran Catherine y John O’Driscoll, cuyo cobrador do­rado, 
de nombre Samson, es particularmente sensible a los regresos de 
John. Por ejemplo, un día John estaba en el teatro, en Northampton, Ingla­terra, 
cuando Samson se abalanzó a la puerta con excitación, mucho antes 
del momento en que aquél iniciara su regreso a casa. Catherine me dijo: 
«Pregunté a John qué hacía a esa hora y él me dijo que miraba el reloj de­seando 
volver a casa». En otra ocasión, en que John estaba en una reunión: 
«Miraba su reloj y cerraba su portafolios justo en el mismo momento en que 
Samson se lanzaba a la puerta y ladraba excitado». 
Hay muchos otros ejemplos de este tipo. De los 585 informes de la base 
de datos acerca de perros que saben cuándo sus amos están de camino a su 
casa, en 97 (el 17 %) se dice que reaccionan cuando la persona inicia el re­greso 
o se prepara para iniciarlo. 
Tal vez los perros que parecen reaccionar sólo unos pocos minutos an­tes 
de la llegada de su amo sepan cuándo comenzó éste el viaje de regreso, 
pero sólo muestren signos evidentes de excitación cuando la persona se 
acerca. Antes pudieron haber pasado inadvertidas respuestas más sutiles. 
4. Boone (1954), capítulo 7.
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa
Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa

Más contenido relacionado

Similar a Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa

Cuaderno1 actividades evolucion
Cuaderno1 actividades evolucionCuaderno1 actividades evolucion
Cuaderno1 actividades evolucion
geopaloma
 
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
MyrellaHuamn
 
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
franco973892
 
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓNEL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
cristinasanchezcsw
 
Morris Desmond El Mono Desnudo
Morris Desmond El Mono DesnudoMorris Desmond El Mono Desnudo
Morris Desmond El Mono DesnudoRa Mon
 
2° año origen de la vida y primeras teorías evolutivas
2° año  origen de la vida y primeras teorías evolutivas2° año  origen de la vida y primeras teorías evolutivas
2° año origen de la vida y primeras teorías evolutivasFernanda Marino
 

Similar a Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa (20)

Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Portafolio de biologia
Portafolio de biologiaPortafolio de biologia
Portafolio de biologia
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Contenido
ContenidoContenido
Contenido
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Portafolio biologia
Portafolio biologiaPortafolio biologia
Portafolio biologia
 
Portafolio
PortafolioPortafolio
Portafolio
 
Cuaderno1 actividades evolucion
Cuaderno1 actividades evolucionCuaderno1 actividades evolucion
Cuaderno1 actividades evolucion
 
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
Clase 2. Teoría celular. Clasificación de los seres vivos. Microscopia.-2ffc0...
 
Elizabeth
ElizabethElizabeth
Elizabeth
 
Portafolio de Biologia
Portafolio de BiologiaPortafolio de Biologia
Portafolio de Biologia
 
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
1. HISTORIA DE LA ANATOMIA DE LA UTO.pptx
 
Portafolio biologia
Portafolio biologiaPortafolio biologia
Portafolio biologia
 
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓNEL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
EL ORIGEN DE LA VIDA - IES GRIÑÓN
 
Morris Desmond El Mono Desnudo
Morris Desmond El Mono DesnudoMorris Desmond El Mono Desnudo
Morris Desmond El Mono Desnudo
 
2° año origen de la vida y primeras teorías evolutivas
2° año  origen de la vida y primeras teorías evolutivas2° año  origen de la vida y primeras teorías evolutivas
2° año origen de la vida y primeras teorías evolutivas
 
Portafolio de Biologia
Portafolio de BiologiaPortafolio de Biologia
Portafolio de Biologia
 

Más de cienciaspsiquicas

Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdfDiario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº 37
Diario de ciencias psíquicas nº 37Diario de ciencias psíquicas nº 37
Diario de ciencias psíquicas nº 37
cienciaspsiquicas
 
El misterio de la psicofonía
El misterio de la psicofoníaEl misterio de la psicofonía
El misterio de la psicofonía
cienciaspsiquicas
 
Podemos recordar el futuro
Podemos recordar el futuroPodemos recordar el futuro
Podemos recordar el futuro
cienciaspsiquicas
 
La muerte, el nacimiento de una nueva vida
La muerte, el nacimiento de una nueva vidaLa muerte, el nacimiento de una nueva vida
La muerte, el nacimiento de una nueva vida
cienciaspsiquicas
 
La historia de Katie King
La historia de Katie KingLa historia de Katie King
La historia de Katie King
cienciaspsiquicas
 
Magnetismo, hipnotismo y sugestión
Magnetismo, hipnotismo y sugestiónMagnetismo, hipnotismo y sugestión
Magnetismo, hipnotismo y sugestión
cienciaspsiquicas
 
En los confines de la parapsicología
En los confines de la parapsicologíaEn los confines de la parapsicología
En los confines de la parapsicología
cienciaspsiquicas
 
Voces de ultratumba
Voces de ultratumbaVoces de ultratumba
Voces de ultratumba
cienciaspsiquicas
 
Como potenciar sus poderes paranormales
Como potenciar sus poderes paranormalesComo potenciar sus poderes paranormales
Como potenciar sus poderes paranormales
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº10 - diciembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº10 - diciembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº10 - diciembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº10 - diciembre 2017
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº9 - noviembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº9 - noviembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº9 - noviembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº9 - noviembre 2017
cienciaspsiquicas
 
Introducción a la telepatía
Introducción a la telepatíaIntroducción a la telepatía
Introducción a la telepatía
cienciaspsiquicas
 
El enigma de los milagros
El enigma de los milagrosEl enigma de los milagros
El enigma de los milagros
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº8 - octubre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº8 - octubre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº8 - octubre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº8 - octubre 2017
cienciaspsiquicas
 
Los fantasmas
Los fantasmasLos fantasmas
Los fantasmas
cienciaspsiquicas
 
La edad de la razón - Paine
La edad de la razón - PaineLa edad de la razón - Paine
La edad de la razón - Paine
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº7 - septiembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº7 - septiembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº7 - septiembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº7 - septiembre 2017
cienciaspsiquicas
 
En la frontera del otro mundo
En la frontera del otro mundoEn la frontera del otro mundo
En la frontera del otro mundo
cienciaspsiquicas
 
Diario de ciencias psíquicas nº6 - agosto 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº6 - agosto 2017Diario de ciencias psíquicas   nº6 - agosto 2017
Diario de ciencias psíquicas nº6 - agosto 2017
cienciaspsiquicas
 

Más de cienciaspsiquicas (20)

Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdfDiario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
Diario de Ciencias Psíquicas Nº 40.pdf
 
Diario de ciencias psíquicas nº 37
Diario de ciencias psíquicas nº 37Diario de ciencias psíquicas nº 37
Diario de ciencias psíquicas nº 37
 
El misterio de la psicofonía
El misterio de la psicofoníaEl misterio de la psicofonía
El misterio de la psicofonía
 
Podemos recordar el futuro
Podemos recordar el futuroPodemos recordar el futuro
Podemos recordar el futuro
 
La muerte, el nacimiento de una nueva vida
La muerte, el nacimiento de una nueva vidaLa muerte, el nacimiento de una nueva vida
La muerte, el nacimiento de una nueva vida
 
La historia de Katie King
La historia de Katie KingLa historia de Katie King
La historia de Katie King
 
Magnetismo, hipnotismo y sugestión
Magnetismo, hipnotismo y sugestiónMagnetismo, hipnotismo y sugestión
Magnetismo, hipnotismo y sugestión
 
En los confines de la parapsicología
En los confines de la parapsicologíaEn los confines de la parapsicología
En los confines de la parapsicología
 
Voces de ultratumba
Voces de ultratumbaVoces de ultratumba
Voces de ultratumba
 
Como potenciar sus poderes paranormales
Como potenciar sus poderes paranormalesComo potenciar sus poderes paranormales
Como potenciar sus poderes paranormales
 
Diario de ciencias psíquicas nº10 - diciembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº10 - diciembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº10 - diciembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº10 - diciembre 2017
 
Diario de ciencias psíquicas nº9 - noviembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº9 - noviembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº9 - noviembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº9 - noviembre 2017
 
Introducción a la telepatía
Introducción a la telepatíaIntroducción a la telepatía
Introducción a la telepatía
 
El enigma de los milagros
El enigma de los milagrosEl enigma de los milagros
El enigma de los milagros
 
Diario de ciencias psíquicas nº8 - octubre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº8 - octubre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº8 - octubre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº8 - octubre 2017
 
Los fantasmas
Los fantasmasLos fantasmas
Los fantasmas
 
La edad de la razón - Paine
La edad de la razón - PaineLa edad de la razón - Paine
La edad de la razón - Paine
 
Diario de ciencias psíquicas nº7 - septiembre 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº7 - septiembre 2017Diario de ciencias psíquicas   nº7 - septiembre 2017
Diario de ciencias psíquicas nº7 - septiembre 2017
 
En la frontera del otro mundo
En la frontera del otro mundoEn la frontera del otro mundo
En la frontera del otro mundo
 
Diario de ciencias psíquicas nº6 - agosto 2017
Diario de ciencias psíquicas   nº6 - agosto 2017Diario de ciencias psíquicas   nº6 - agosto 2017
Diario de ciencias psíquicas nº6 - agosto 2017
 

Último

Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
Monseespinoza6
 
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
https://gramadal.wordpress.com/
 
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPNPortafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
jmorales40
 
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docxEl fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
Alejandrino Halire Ccahuana
 
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptxAutomatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
GallardoJahse
 
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
AracelidelRocioOrdez
 
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
20minutos
 
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdfHABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
DIANADIAZSILVA1
 
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
MauricioSnchez83
 
Introducción a la ciencia de datos con power BI
Introducción a la ciencia de datos con power BIIntroducción a la ciencia de datos con power BI
Introducción a la ciencia de datos con power BI
arleyo2006
 
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdfSesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
https://gramadal.wordpress.com/
 
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
FelixCamachoGuzman
 
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES Junio 2024
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES  Junio 2024UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES  Junio 2024
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES Junio 2024
EdwardYumbato1
 
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIAFICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
JavierMontero58
 
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdfcorpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
YolandaRodriguezChin
 
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividadesJunio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
cintiat3400
 
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptxSemana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
LorenaCovarrubias12
 
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de PamplonaProceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Edurne Navarro Bueno
 
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
JAVIER SOLIS NOYOLA
 
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del ArrabalConocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Profes de Relideleón Apellidos
 

Último (20)

Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
Productos contestatos de la Séptima sesión ordinaria de CTE y TIFC para Docen...
 
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
 
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPNPortafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
Portafolio de servicios Centro de Educación Continua EPN
 
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docxEl fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
 
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptxAutomatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
Automatización de proceso de producción de la empresa Gloria SA (1).pptx
 
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
Septima-Sesion-Ordinaria-del-Consejo-Tecnico-Escolar-y-el-Taller-Intensivo-de...
 
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
Horarios y fechas de la PAU 2024 en la Comunidad Valenciana.
 
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdfHABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
HABILIDADES MOTRICES BASICAS Y ESPECIFICAS.pdf
 
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
Mauricio-Presentación-Vacacional- 2024-1
 
Introducción a la ciencia de datos con power BI
Introducción a la ciencia de datos con power BIIntroducción a la ciencia de datos con power BI
Introducción a la ciencia de datos con power BI
 
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdfSesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
Sesión: El fundamento del gobierno de Dios.pdf
 
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
 
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES Junio 2024
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES  Junio 2024UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES  Junio 2024
UNIDAD DE APRENDIZAJE DEL MES Junio 2024
 
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIAFICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
FICHA DE EJERCICIOS GRECIA 1º DE LA ESO HISTORIA
 
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdfcorpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
corpus-christi-sesion-de-aprendizaje.pdf
 
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividadesJunio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
Junio 2024 Fotocopiables Ediba actividades
 
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptxSemana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
Semana 10-TSM-del 27 al 31 de mayo 2024.pptx
 
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de PamplonaProceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
 
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...
 
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del ArrabalConocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
 

Sheldrake Rupert -De perros que saben que sus amos estan camino de casa

  • 1.
  • 2.
  • 3. DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA
  • 4. RUPERT SHELDRAKE DSEA BPEENRR QOUSE Q SUUES AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA y otras facultades inexplicadas de los animales PAIDÓS il
  • 5. Título original: Dogs That Know Whert Tbeir Owners Are Corning Home Publicado en inglés, en 1999, por Hutchinson, Londres Traducción de Marco Aurelio Galmarini Cubierta de Ferran Cartes y Montse Plass Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de ios titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. © 1999 Rupert Sheldrake © 2001 de la traducción, Marco Aurelio Galmarini © 2001 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidós, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires http://www.paidos.com ISBN: 84-493-1001-6 Depósito legal: B-49.709/2000 Impreso en Gráfíques 92, S.A., Avda. Can Sucarrats, 91 - 08191 Rubí (Barcelona)
  • 6. Con mi agradecimiento a todos los animales de los que he aprendido
  • 7.
  • 8.
  • 9. Sumario Prefacio a la edición norteamericana..................................................... 11 Introducción............................................................................................. 17 Primera parte VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 1. La domesticación de animales........................................................... 29 Segunda parte ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA 2. Perros................................................................................................... 47 3. Gatos ................................................................................................... 83 4. Loros, caballos y seres humanos....................................................... 95 Tercera parte EMPATÍA ANIMAL 5. Animales que reconfortan y curan ................................................... 115 6. Muertes y accidentes a distancia..................... ................................. 129
  • 10. 10 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA Cuarta parte INTENCIONES, LLAMADAS Y TELEPATÍA 7. Captación de intenciones ............................................................... 143 8. Llamadas y órdenes telepáticas....................................................... 157 9. Telepatía de animal a animal........................................................... 181 Quinta parte SENTIDOS DE ORIENTACIÓN 10. Viajes increíbles................................................................................ 199 11. Migraciones y memoria.................................................................... 223 12. Animales que saben cuándo se acercan al destino....................... 239 13. Animales de compañía que encuentran a su gente a grandes distancias .......................................................................... 247 Sexta parte PREMONICIONES ANIMALES 14. Premoniciones de ataques, comas y muertes repentinas ............. 263 15. Presentimientos de seísmos y otros desastres................................ 279 Séptima parte CONCLUSIONES 16. Poderes animales y mente humana................................................. 303 A p én d ic e s A. Cómo participar en la investigación................................................. 321 B. Experimentos con Jaytee ................................................................. 327 C. Campos mórficos................................................................................ 341 Bibliografía ............................................................................................... 361 índice de nombres .................................................................................. 373 índice analítico......................................................................................... 377
  • 11. Prefacio a la edición norteamericana Este libro es un libro de reconocimiento. En efecto, en él se reconoce que los animales tienen capacidades que los seres humanos hemos perdido. Una parte de nosotros lo ha olvidado, pero otra parte siempre lo supo. En mi infancia, lo mismo que muchos otros niños, me interesaban los animales y las plantas. Mi familia tenía una gran variedad de animales do­mésticos. Además de nuestro perro —Scamp—, teníamos un conejo, hams-ters, palomas, una corneja, un periquito australiano, tres tortugas, varios pe-cecillos de colores y renacuajos y orugas que criaba yo cada primavera. Mi padre, Reginald Sheldrake, farmacéutico y aficionado al microscopio, esti­muló mis intereses y potenció mi fascinación por el mundo natural al ha­cerme ver los millares de formas de vida que contenía una gota de agua y el aspecto de las escamas de las alas de las mariposas. Me intrigaba especialmente la manera en que las palomas regresaban a casa. Los sábados por la mañana mi padre me llevaba a una gran suelta de palomas. En la estación de ferrocarril local de Newark-on-Trent, en las Midlands inglesas, aves de carrera de toda Gran Bretaña aguardaban en ces­tos, unos encima de otros, cuyas puertas los guardianes me permitían que les ayudara a abrir en el momento señalado. Con una gran conmoción de aire y de plumas, centenares de palomas salían al mismo tiempo de su en­
  • 12. 12 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA cierro. Se elevaban en el cielo, volaban en círculo y partían en diversas di­recciones hacia sus hogares lejanos. Mi pregunta era: ¿cómo lo hacen? Na­die parecía saberlo. Aún hoy sigue sin explicación su capacidad para volver a su casa. En la escuela, mi preferencia por la biología y otras ciencias fue com­pletamente natural, así que continué mi educación científica en la Universi­dad de Cambridge, donde estudié en el último curso botánica, fisiología, química y bioquímica, tras lo cual me doctoré en bioquímica. Pero, dado que nunca abandoné mi formación de biólogo, comenzó a abrirse un gran abismo entre mi experiencia personal con animales y plantas y el enfoque científico que se me enseñaba. La teoría mecanicista de la vida, que todavía hoy constituye la ortodoxia dominante, afirma que los organismos vivos no son más que máquinas com­plejas programadas genéticamente. Se los supone inanimados, literalmente desalmados. Por regla general, lo primero que hacíamos cuando estudiába­mos organismos vivos era matarlos o seccionarlos. He pasado muchas horas de trabajo de laboratorio diseccionando y más adelante viviseccionando. Por ejemplo, una parte esencial de mi currículum de biología consistía en disecar los nervios de patas amputadas de ranas y estimularlos eléctrica­mente para que los músculos se contrajeran. Nunca oí decir nada acerca de cómo volvían las palomas a su casa. Estos ejercicios de estudiante eran juegos de niños en comparación con mi experiencia en calidad de técnico temporal de laboratorio en el departa­mento farmacéutico de una compañía farmacéutica multinacional, donde se desarrollaban y se ponían a prueba nuevos medicamentos. Trabajé allí seis meses desde que terminé la escuela secundaria hasta que ingresé en la uni­versidad. Tenía entonces diecisiete años. Había habitaciones llenas de ratas, conejillos de India, ratones y otros animales a la espera de convetirse en ob­jetos de experimentación. Al final de cada día se mataba con gas a docenas de animales que habían sobrevivido a diversas pruebas y se los arrojaba a un recipiente para incinerarlos. El amor a los animales me había inducido a estudiar biología y eso era lo que me había deparado. Algo fallaba. Comencé a preguntarme qué ocu­rría y a tratar de descubrirlo. Una vez terminados mis cursos en Cambridge, se me otorgó una beca Frank Knox en Harvard, donde, en busca de una perspectiva más amplia, estudié filosofía e historia de la ciencia. Luego re­gresé a Cambridge para empezar a investigar en bioquímica. Unos años después me encontré por casualidad con un grupo de cientí­ficos y filósofos llamado Epiphany Philosophers, con sede en Cambridge, formado por distinguidos filósofos de la ciencia, físicos cuánticos y visiona-
  • 13. PREFACIO A LA EDICIÓN NORTEAMERICANA 13 ríos, que exploraban áreas a medio camino entre la ciencia, la filosofía y la comprensión espiritual. En este grupo había consenso en que la ciencia me-canicista de antiguo cuño era demasiado limitada y en que la física cuántica desbrozaba el camino hacia una visión más amplia de la naturaleza. Poco des­pués me incorporé al grupo y descubrí que bajo la superficie aparentemen­te convencional de la ciencia había un fermento de ideas que apuntaban a una nueva comprensión del mundo. Durante diez años estuve en Cambridge investigando en biología del desarrollo, mientras continuaba reflexionando sobre las líneas generales de una ciencia más holista. Como profesor del Clare College de Cambridge, fui director de estudios en bioquímica y biología celular. Se me eligió miembro investigador de la Royal Society, con cuyo auspicio trabajé en la Universidad de Malaya sobre plantas de bosques tropicales. Luego fui fisiólogo principal de plantas en ICRISAT —International Crops Research Institute for the Semi- Arid Tropics— en Hyderabad, India, donde colaboré en la mejora del cre­cimiento y el rendimiento de cosechas que constituyen un elemento vital de la dieta de centenares de millones de personas. Sobre la base de mi experiencia en investigación biológica y en años de discusiones con colegas, en 1981 publiqué un libro, A New Science ofLife, en el que esbozaba una nueva hipótesis que pudiera servir como base para un tipo más amplio de biología, la hipótesis de los campos mórficos, que de­sarrollé más tarde, en un libro de 1988 que llevaba por título The Presence o/Past. En este libro que ahora presento describo nuevas maneras de poner a prueba esta hipótesis, que resumo en el Apéndice C. Llevo más de veinticinco años como científico profesional, publicando artículos en revistas científicas y hablando en congresos científicos, y hace ya mucho tiempo que pertenezco a sociedades científicas, como la Society for Experimental Biology, y que soy miembro de la Zoological Society. Creo firmemente en el valor de la investigación científica, pero estoy más con­vencido que nunca de que la teoría mecanicista de la naturaleza es demasia­do estrecha. He descubierto que la escisión que he experimentado en mi propia persona, el abismo entre la experiencia personal de la vida y la teo­ría según la cual los organismos vivos, incluso nosotros, son meros autóma­tas sin alma, está muy extendida dentro y fuera de la comunidad científica. He llegado a advertir que esta división no es inevitable y que es posible un tipo de ciencia más abarcador, así como más barato. Pero esto es inelu­diblemente controvertido. Para ciertos científicos, la teoría mecanicista de la naturaleza no es una mera hipótesis a comprobar, sino más bien un credo religioso. Para otros, la investigación con mentalidad abierta es más impor­tante que la defensa de dogmas tan celosamente defendidos durante tanto
  • 14. 14 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA tiempo. Estos últimos han prestado una gran colaboración en mis investiga­ciones y me han brindado su valiosísimo estímulo personal a la vez que su sostén práctico. En 1994 publiqué un libro titulado Seven Experiments That Could Chan-ge the World, en el cual exploraba siete fenómenos muy conocidos, pero es­casamente comprendidos, y sugería cómo una investigación de bajo coste podía conducir a descubrimientos importantes. Uno de esos experimentos se refería a las posibles capacidades telepáticas de perros y gatos y me cen­traba en especial en la capacidad de algunos perros para saber cuándo sus amos están de camino a su casa. De esta suerte, tratando de encontrar maneras en que fuera posible de­sarrollar científicamente una visión más amplia de la vida, volví a los ani­males domésticos. Me llevó mucho tiempo reconocer que son los animales que mejor conocemos. Lo supe cuando era niño. Para mucha gente esto es una evidencia flagrante, pero para mí tenía toda la fuerza de un descubri­miento nuevo. Estos animales pueden ayudar a ensanchar nuestra com­prensión de la vida; no son simplemente bonitos, cariñosos, reconfortantes y divertidos. Durante los últimos cinco años he investigado acerca de la capacidad de percepción de los animales domésticos, con ayuda de más de dos mil propie­tarios y entrenadores de animales. He inspeccionado a más de mil propietarios de animales domésticos, elegidos al azar, y he descubierto que hay varios ti­pos de comportamiento comunes, pero que no tienen explicación. Mi equi­po y yo hemos entrevistado a centenares de personas con mucha experiencia en animales, incluso entrenadores de perros, usuarios de perros de busca y rescate y de perros de la policía, personas ciegas con perros lazarillos, vete­rinarios, propietarios de perreras y caballerizas, entrenadores de caballos y jinetes, granjeros, pastores, guardias de zoológicos, propietarios de tiendas de animales domésticos, criadores de reptiles y amos de animales domésticos. Si hubiera citado todos los relatos y entrevistas de las que he tenido in­formación, este libro habría sido por lo menos diez veces más grueso. En al­gunos casos, cientos de personas me relataron pautas de conducta muy similares en sus animales domésticos, como perros que saben cuándo sus amos están regresando a su casa. He tenido que condensar esta información y dar sólo unos cuantos ejemplos de cada clase de comportamiento percep­tivo. Aunque es mucha la gente que ha contribuido al cuadro de conjunto, sólo puedo reconocer por nombre a una pequeña minoría. Sin toda esta colaboración de personas conocidas y de gente anónima hubiera sido im­posible escribir este libro. Soy deudor de todos aquellos que han colaborado conmigo, así como de sus animales.
  • 15. PREFACIO A LA EDICIÓN NORTEAMERICANA 15 Inicialmente, este proyecto de investigación fue financiado por el difun­to Ben Webster, de Toronto, Canadá, y contó con la gran ayuda de los sub­sidios de la Lifebridge Foundation de Nueva York; el Institute of Noetic Sciences de Sausalito, California; Evelyn Hancock de Oíd Greenwich, Con-necticut, y el Ross Institute de Nueva York. También he disfrutado de apo­yo organizativo: en Estados Unidos, del Institute of Noetic Sciences; en los países de lengua alemana, de la Schweisfurth Foundation de Munich; y en Gran Bretaña, de la Scientífic and Medical NetWork. Estoy muy agradecido por toda esta generosidad y aliento. Mucho debo a mis compañeros de investigación, Pamela Smart en Lan-cashire, Jane Turney en Londres, Susanne Seiler en Zurich y David Brown en Santa Cruz, California, así como también a mi secretaria, Cathy Lawlor, quienes me han ayudado de distintas maneras: con la realización de encues­tas y entrevistas, la producción de experimentos y la recogida de datos. To­dos han contribuido a crear una gran base de datos informatizada acerca de la capacidad de percepción de los animales domésticos, pero Pam Smart ha tenido la responsabilidad principal de su mantenimiento y ampliación. Agra­dezco también a Anna Rigano y a la doctora Amanda Jacks su colaboración en la investigación y a Helmut Lasarcyk su amosoro trabajo de traducción de centenares de informes de países de lengua alemana para agregarlos a nuestra base de datos. Debo un agradecimiento especial a Matthew Clapp por el regalo de sus servicios en la instalación y mantenimiento de mi sitio en la World Wide Web (www.sheldrake.org), con los que comenzó antes de graduarse en la Universidad de Georgia. En mi investigación y en la redacción de este libro he contado con la ayuda de muchas discusiones, comentarios, sugerencias y críticas, así como de gran asistencia práctica. Vaya mí agradecimiento en particular a Ralph Abraham, Shir-ley Barry, Patrick Bateson, John Beloff, John Brockman, Sigrid Detschey, Lindy y Ava Dufferin, Peter Fenwick, David Fontana, Matthew Fox, Winston Franklin, Robert Freeman, Edward Goldsmith, Franz-Theo Gottwald, el di­funto Willis Haman, Myles Hildyard, Rupert Hizig, Nícholas Humphrey, Tom Hurley, Francis Huxley, Montague Keene, David Lorimer, Betty Markwick, Katinka Matson, Robert Matthews, Terence McKenna, John Michell, Michael Morgan, Robert Morris John O ’Donohue, d difunto Brendan O’Reagan, Bar­bara y Charles Overby, Erik Pigani, Anthony Podberscek, Jill Purce (mi mujer), Anthony Ramsay, John Roche, Miriam Rothschild, MarÜyn Schlitz, Merlin y Cosmo Sheldrake, Paul Sieveking, Amaud de St. Simón, Martin Speich, Den-nis Stillings, Dennis Turner, Varena Walterspiel, Ian y Victoria Watson, Ale-xandra Webster, Richard Wiseman y Sandra Wright.
  • 16. 16 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA En mis pedidos de información he contado con la colaboración de mu­chos diarios y revistas de Europa y de América del Norte, así como de una amplia variedad de programas de televisión y de radio. Agradezco a todos los que han hecho posible tal cosa. También agradezco a todas las personas que me han aportado sus co­mentarios y sugerencias a diferentes borradores del libro: Letty Beyer, Da­vid Brown, Ann Dochery, Karl-Henz Loske, Anthony Podberscek, Jill Purce, Janis Rozé, Merlin Sheldrake, Pam Smart, Mary Stewart, Peggy Taylor y Jane Turney. He tenido la fortuna de contar con editores tan simpáticos y cons­tructivos como Steve y Kristin Kiser en Nueva York y Susan Freestone en Londres, a cuyas útiles sugerencias debe mucho la forma final de este libro. Finalmente, agradezco a Phil Starling su permiso para reproducir las fo­tografías de las figuras 2.1, 4.1 y 8.1; a Gary Taylor, la figura 2.2 y a Sydney King, los dibujos y los diagramas. Londres, febrero de 1999
  • 17. Introducción Kate Laufer, comadrona y trabajadora social de Solbergmoen, Noruega, trabaja con un horario extraño y regresa a su casa de manera inesperada. Sin embargo, siempre que Walter, su marido, está en casa, la recibe con una taza de té recién hecho. ¿Qué es lo que explica este misterioso sentido del tiem­po de Walter? El terrier de la familia, Tiki: «Esté donde esté y haga lo que haga —dice el doctor Laufer—, cuando Tiki se lanza a la ventana y se queda en el antepecho, sé que mi mujer está de camino a casa». Siempre que suena el teléfono en la casa de un conocido profesor de la Universidad de California en Berkely, su mujer sabe si en el otro extremo de la línea está su marido. ¿Cómo? Porque Wishkins, el gato plateado de la fa­milia, se lanza al teléfono y manotea el receptor. «Muchas veces consigue descolgarlo y emite apreciables maullidos, claramente audibles para mi ma­rido, al otro lado de la línea —dice la señora—. Pero si llama cualquier otra persona, Wishkins no se inmuta.» Julia Orr creía que sus caballos se habían instalado con toda felicidad en su nueva caballeriza cuando se mudó de Skirmet, Buckinghamshire, a una granja situada a unos quince kilómetros de distancia. Pero Badger, una ye­gua galesa de veinticuatro años, y Tango, de veintidós, simplemente espera­ban su oportunidad. Seis semanas después, una noche en que la tormenta
  • 18. 18 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA arrancó la puerta de su campo, aprovecharon la ocasión. Al amanecer aguardaban pacientemente en la puerta de la antigua casa de la señora Orr. Habían encontrado el camino de regreso por pistas y senderos desconoci­dos, dejando a su paso reveladoras huellas de sus cascos en la hierba y en bancos de flores. El 17 de octubre de 1989, Tirzah Meek, de Santa Cruz, California, vio que su gata subía a toda prisa a la buhardilla y se escondía, cosa que nunca había hecho hasta entonces. Parecía aterrorizada y se negó a bajar. Tres ho­ras después se produjo el seísmo de Loma Prieta, que destruyó el centro de Santa Cruz. Perros que saben cuándo sus amos están regresando a su casa, gatos que responden al teléfono cuando llama una persona a la que están vinculados, caballos capaces de encontrar el camino de regreso a su casa en un terreno desconocido, gatos que anticipan terremotos: he aquí algunos de los aspec­tos del comportamiento animal que sugieren la existencia de formas de perceción que escapan a la comprensión científica actual. Tras cinco años de extensa investigación sobre las capacidades inexpli-cadas de los animales, he llegado a la conclusión de que muchos de los rela­tos de los amos de animales domésticos están bien fundados. Hay animales que parecen tener realmente poderes de percepción que trascienden con mucho los sentidos conocidos. Las misteriosas capacidades perceptivas de los animales no son ninguna novedad. Hace siglos que la gente las viene observando. Millones de dueños de animales domésticos las han experimentado personalmente. Pero, al mis­mo tiempo, hay mucha gente que se siente obligada a negar esas capacidades o a trivializarlas. La ciencia institucional las ignora. Los animales domésti­cos son los que mejor conocemos, pero su comportamiento más sorpren­dente e inquietante se trata como algo carente de auténtico interés. ¿A qué se debe esto? Una razón es el tabú que impide tomar en serio a los animales domésti­cos. 1 Este tabú no se limita a los científicos, sino que es resultado de la do­ble actitud que adopta el conjunto de nuestra sociedad en relación con los animales. Durante las horas de trabajo nos comprometemos con el progre­so económico, fomentado por la ciencia y la tecnología y basado en la visión mecanicista de la vida. Esta perspectiva, que se remonta a la revolución científica del siglo XVII, deriva de la teoría de Renato Descartes para la que el universo era una gran máquina. Aunque con otras metáforas (de asimilar el cerebro a la máquina hidráulica de la época de Descartes y al conmutador 1. Serpell (1986).
  • 19. INTRODUCCIÓN 19 telefónico de la generación que nos antecedió, se ha pasado, como hoy está en boga, a ver en él un ordenador), se sigue concibiendo la vida en térmi­nos de maquinaria.2 En las plantas y los animales se ven autómatas genéti­camente programados, a la vez que se da por supuesta la explotación de los animales. Pero, cuando volvemos a casa, nos encontramos con nuestros animales domésticos, que no pertenecen a la misma categoría que el resto de los ani­males. El mantenimiento de anímales domésticos se circunscribe al ámbito privado o subjetivo. Las experiencias con animales domésticos se han de sustraer al mundo «real» u «objetivo». Hay un abismo gigantesco entre los animales de compañía, a los que se trata como miembros de la familia, y los de las granjas fabriles y los laboratorios de investigación. Las relaciones que te­nemos con nuestros animales de compañía se basan en otra clase de actitud, más en una relación de tú a tú que en el enfoque de yo a eso, que es la que la ciencia estimula. Como he dicho en el prefacio, yo mismo he experimen­tado esta división de una manera particularmente intensa. Ya sea en el laboratorio, ya en el campo, es típico que los investigadores científicos traten de evitar conexiones emocionales con los animales con los que realizan la investigación. Aspiran a una objetividad distante. En conse­cuencia, no es probable que encuentren modalidades de conducta que de­pendan de las relaciones estrechas entre los animales y las personas. En este terreno, los amaestradores de animales y los amos de animales de compañía suelen tener mucho más conocimiento y experiencia que los investigadores profesionales del comportamiento animal, a menos que éstos sean también amos de animales domésticos. El tabú que impide tomar en serio los animales domésticos es sólo una de las razones por las que la ciencia no ha prestado atención al fenómeno que analizo en este libro. Otra es el tabú que impide tomar en serio fenó­menos «paranormales». No se llama paranormales a estos fenómenos —en el sentido de «allende lo normal»— porque sean raros o excepcionales. Al­gunos son incluso muy comunes. Se les llama paranormales porque no se los puede explicar en términos científicos convencionales; en efecto, no se ade­cúan a la teoría mecanicista de la naturaleza. 2. Para un análisis de la teoría mecanicista de la vida y de las alternativas a ella, véase Sheldrake (1988a; 1990).
  • 20. 20 DE PERROS QVE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA I n v e s t ig a c ió n c o n a n im a l e s d o m é s t ic o s La riqueza de la experiencia con animales entre amaestradores de caba­llos y de perros, veterinarios y dueños de animales domésticos se considera en general como anecdótica. Tan a menudo ocurre esto que he averiguado el origen de esta palabra y he descubierto su significado. Viene de las raíces griegas an + ekdotos, esto es, «no publicado». Una anécdota es una historia que no se ha hecho pública. Ciertos campos de investigación, como por ejemplo la medicina, des­cansan en gran medida en anécdotas, pero, cuando se las hace públicas, de­jan literalmente de ser tales para elevarse a la categoría de casos clínicos. En el curso de la investigación que se describe en este libro me he en­contrado con que hay muchas personas que tienen experiencias muy simi­lares en cuanto a la percepción de sus animales. Y cuando las informaciones de tanta gente apuntan de manera independiente a patrones coherentes y repetidos, las anécdotas se convierten en historia natural. Como mínimo, se trata de una historia natural de qué cree la gente acerca de sus animales. El paso siguiente es averiguar si estas creencias tienen o no fundamento. Por eso la investigación experimental constituye un aspecto esencial de esta in­dagación. Uno de mis libros preferidos de biología es Las variaciones de los ani­males y las plantas por efecto de la domesticación, de Charles Darwin, cuya primera edición data de 1868. Está lleno de información que Darwin reunió a partir de naturalistas, exploradores, administradores coloniales, misione­ros y otros, con quienes mantuvo correspondencia en todo el mundo. Estu­dió publicaciones como Poultry Chronicle y The Gooseberry Growe's Re-gister. Cultivó personalmente cincuenta y cuatro variedades de grosella silvestre. Se inspiró en la experiencia de aficionados a los gatos y los cone­jos, de los criadores de caballos y perros, cuidadores de abejas, granjeros, horticultores y otras personas experimentadas en animales y plantas. Se afi­lió a dos clubes de palomas de Londres, crió todas las variedades que pudo conseguir y visitó a los aficionados más destacados para observar sus aves. Los efectos de la crianza selectiva en animales domésticos y plantas, que hombres y mujeres prácticos observaban con tanta atención, proporciona­ron a Darwin su prueba más vigorosa del poder de la selección, ingrediente esencial de su teoría de la evolución por selección natural. Desde la época de Darwin la ciencia se ha ido separando cada vez más de la rica experiencia de quienes no son científicos profesionales. Todavía hay millones de personas con experiencia práctica en palomas, perros, ga­tos, caballos, loros, abejas y otros animales, como en manzanos, rosales, or­
  • 21. INTRODUCCIÓN 21 quídeas y otras plantas. Todavía hay decenas de miles de naturalistas aficio­nados. Pero, hoy en día, la investigación científica se limita casi por com­pleto a las universidades y los institutos de investigación y está a cargo de profesionales con título de doctor. Esta exclusividad ha empobrecido gra­vemente la biología moderna. ¿ P o r q u é n o s e h a r ea l iz a d o a n t e s e sta in v e s t ig a c ió n ? La investigación acerca de las capacidades inexplicadas de los animales que describo en este libro se ha visto facilitada por recursos técnicos mo­dernos, como los ordenadores y las cámaras de vídeo, pero en principio se trata de investigaciones que se podían haber llevado a cabo hace cien años o más. Que sólo se encuentren en una etapa inicial es el tributo que se co­bra la fuerza de los tabúes contra esas investigaciones. A mi juicio, si ignoramos esos tabúes obtendremos grandes ganancias. También creo que tenemos mucho que ganar de la aplicación de un enfoque científico. Pero la palabra «científico» puede tener diferentes significados. Con harta frecuencia se equipara la cientificidad a un dogmatismo obceca­do que trata de negar o desprestigiar lo que no se adapta a la visión meca-nicista del mundo. Por el contrario, tal como yo lo empleo, el término «científico» se refiere a un método de investigación con amplitud de miras, que presta atención a la evidencia y pone a prueba explicaciones posibles por medio del experimento. El camino de la investigación responde mejor al espíritu de la ciencia que el camino de la negación. Y no cabe duda de que es más divertido. Estas diferentes actitudes científicas encuentran ilustración en el relato acerca de Hans, el Caballo Inteligente, que suele emplearse para justificar el desprecio de los poderes animales aparentemente sin explicación. Por mi parte, extraigo de la historia la enseñanza contraria, a saber, que es un ejemplo de la necesidad de investigar los fenómenos inexplicados, no de negarlos. La h is t o r ia d e H a n s , e l c a b a l lo in t e l ig e n t e Antes o después, todo el que se interese por los poderes inexplicados de los animales se encontrará con la historia de Hans, el Caballo Inteligente. Para los científicos, esta historia cumple la función de advertirnos que he­mos de ser prudentes.
  • 22. 22 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA A comienzos del siglo XX hubo en Berlín un caballo, conocido como Hans, el Caballo Inteligente, del que se decía que era capaz de realizar ope­raciones matemáticas, leer alemán y deletrear palabras alemanas. Respondía golpeando con el casco. Su entrenador, Herr von Osten, ex profesor de ma­temáticas, estaba convencido de que Hans tenía capacidades mentales que se consideraban exclusivas de los seres humanos. El caballo causaba sensa­ción y se hicieron múltiples exhibiciones dedicadas a profesores, oficiales del ejército y otros públicos. Las habilidades de Hans, el Caballo Inteligente, fueron estudiadas por el profesor C. Stumpf, director del Instituto de Psicología de la Universidad de Berlín, y su asistente Otto Pfungst. Encontraron que el caballo podía res­ponder correctamente sólo cuando la persona que preguntaba conocía la respuesta y Hans podía verla. Concluyeron que Hans no tenía habilidades matemáticas y no sabía leer alemán. En cambio, leía pequeños movimientos corporales del interrogador, que le hacían saber cuándo había dado la can­tidad correcta de golpes con el casco. Esta historia de Hans, el Caballo Inteligente, se ha utilizado incluso para justificar el desprecio de las habilidades inexplicadas de los animales, que se atribuían a «sutiles señales» y no a poderes misteriosos de ningún tipo que el animal pudiera tener. En resumen, esta historia se ha utilizado para inhibir la investigación, para impedir la indagación antes que para es­timularla. Pero extraer esta conclusión de la historia de Hans, el Caballo Inteligente, no hace justicia a las investigaciones de Stumpf y Pfungst. En vez de negarla, éstos investigaron una afirmación discutible, lo que reque­ría valor, pues sus conclusiones se opusieron a las creencias de muchos de sus colegas. Las capacidades de Hans, el Caballo Inteligente, no eran discutibles porque se supusiera que implicaban poderes psíquicos, sino más bien por­que se suponía que aquéllas demostraban que los animales podían pensar. Muchos científicos, sobre todo darwinianos, se sentían felices de creer que Hans, el Caballo Inteligente, fuera capaz de realizar operaciones aritméticas y de entender alemán. Les agradaba la idea de que los animales fueran ca­paces de pensamiento racional porque eso minaba la creencia convencional de que el intelecto humano era único. Preferían la idea de evolución gra­dual, de diferencias de grado entre los seres humanos y los anímales no hu­manos, antes que la de diferencias de calidad. A la inversa, los tradicionalistas se mostraban muy escépticos respecto de Hans, el Caballo Inteligente, porque pensaban que las facultades menta­les superiores eran exclusivas del hombre. Los hallazgos de Stumpf y Pfungst apoyaban a los tradicionalistas y eran impopulares entre «los dar-
  • 23. INTRODUCCIÓN 23 winianos decepcionados que temían que los puntos de vista eclesiáticos y reaccionarios sacaran provecho de las conclusiones».3 Aunque a veces los biólogos se refieren al «efecto Hans, el Caballo Inte­ligente » como una razón para despreciar todas las habilidades inexplicadas en los animales, el efecto es completamente específico. Depende del len­guaje corporal, que en los caballos, lo mismo que en muchas otras especies, es un elemento importante en su comunicación recíproca. Si un animal puede responder a un ser humano cuando éste se halla fuera de su visión, eso no ejemplifica el efecto Hans, el Caballo Inteligente, sino que requiere otra explicación. En el curso de la investigación sobre los poderes inexplicados de los ani­males domésticos he descubierto que la mayoría de los amaestradores de animales y de los dueños de animales domésticos son muy conscientes de la importancia del lenguaje corporal. Pero, en cualquier caso, muchos de los fenómenos que aquí analizo, como la evidente capacidad de los animales para saber cuándo sus amos están regresando a casa, no pueden explicar­se en términos del efecto Hans, el Caballo Inteligente. Un animal no pue­de leer el lenguaje corporal de una persona que está a muchos kilómetros de distancia. T r e s t ipo s d e p e r c e p t iv id a d in e x p l ic a d o s En este libro analizo tres grandes categorías inexplicadas de perceptividad en los animales: la telepatía, el sentido de la orientación y las premoniciones. 1. Telepatía. Empiezo con la capacidad de algunos perros, gatos y otros animales para saber cuándo sus amos están de camino a su casa. En muchos casos, las anticipaciones que los animales realizan del regreso de las perso­nas resultan completamente inexplicables en términos de hábito, señales de la gente de la casa o audición de la aproximación de coches cuyo ruido les es familiar. En experimentos con cintas de vídeo se ha visto que hay perros capaces de anticipar el regreso de sus amos en momentos escogidos al azar, aun cuando estén viajando en taxis u otros vehículos extraños para el animal. De alguna manera, las personas comunican telepáticamente su intención de volver a casa. Hay animales de compañía que también responden telepáticamente a una variedad de otras intenciones humanas y reaccionan a llamadas y órde­3. Pfungst (1991), pág. 10.
  • 24. 24 DE PERROS QUE SABEN QUE SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA nes silenciosas. Algunos saben cuándo está al teléfono una persona determi­nada. Algunos reaccionan cuando su amo sufre o agoniza en un sitio lejano. Sugiero que la comunicación telepática depende de vínculos entre per­sonas y animales y que esos vínculos no son meras metáforas, sino conexiones reales. Se conectan a través de campos llamados campos mórficos. Presen­to estos campos en el capítulo I, en el que también analizo la evolución de los vínculos entre seres humanos y animales. 2. El sentido de orientación. Las palomas mensajeras pueden encontrar el camino de regreso a su palomar a través de centenares de kilómetros de te­rreno desconocido. Las golondrinas migratorias europeas viajan miles de kilómetros hasta sus fuentes de alimentación en África para regresar en pri­mavera a sus tierra nativas, incluso al mismísimo edificio donde previamen­te habían anidado. Su capacidad para navegar hacia destinos lejanos sigue aún sin explicación y es imposible explicarlo en función del olfato ni de nin­guno de los otros sentidos conocidos, ni siquiera de una suerte de brújula biológica. Algunos perros, gatos, caballos y otros animales domesticados también tienen un buen sentido de orientación y encuentran su camino a casa desde lugares que desconocen y a muchos kilómetros de distancia. Los animales parecen atraídos a su destino deseado como si una banda elástica invisible los mantuviera ligados a ese sitio. Estas conexiones podrían explicarse en términos de campos mórficos. A veces los animales no «vuelven» a lugares determinados, sino a deter­minadas personas. Hay perros capaces de encontrar a sus dueños, que se han marchado sin ellos, en lugares lejanos en los que nunca han estado. El rastreo olfativo de la persona podría explicar algunos casos, cuando las dis­tancias son cortas, pero en otros casos la única explicación viable parece ser una conexión invisible entre el animal y la persona a la que está ligado. Una vez más, cabe la comparación con una banda elástica estirada, que yo atri­buyo al campo mórfico que vincula al animal con su amo. 3. Premoniciones. Algunas premoniciones pueden explicarse en térmi­nos de estímulos físicos. Por ejemplo, las perturbaciones de algunos anima­les antes de un seísmo pueden ser reacciones a sutiles cambios eléctricos y los perros que alertan a sus amos epilépticos de un ataque inmediato pue­den advertir sutiles temblores musculares u olores insólitos. Pero hay otras premoniciones que parecen implicar misteriosos presentimientos que desa­fían nuestros supuestos usuales acerca de la separación entre pasado, pre­sente y futuro.
  • 25. INTRODUCCIÓN 25 La telepatía, los sentidos de orientación y la precognición son ejemplos de lo que algunos llaman percepción extrasensorial o PEE. Otros los califi­can de «sexto sentido» (o «séptimo sentido» o, en todo caso, un sentido o sentidos adicionales). Otros los denominan «paranormales». Otros, «pa-rapsicológicos ». Todos estos términos concuerdan en apuntar allende los lí­mites de la ciencia establecida. «Percepción extrasensorial» significa literalmente percepción más allá o al margen de los sentidos. A primera vista, la expresión «sexto sentido» pa­rece significar lo opuesto, porque implica una perceptividad en el marco de los sentidos, aunque mediante otro tipo de sentidos, que hasta ahora la cien­cia no reconoce. Este conflicto desaparece si se entiende «extrasensorial» en el sentido de «al margen de los sentidos conocidos». Ni la expresión «percepción extrasensorial», ni la de «sexto sentido», sugieren qué son estos fenómenos, ni cómo se producen. Simplemente nos dicen lo que no son. No se los puede explicar en términos de los sentidos conocidos. Los tres tipos de perceptividad —la telepatía, el sentido de orientación y las premoniciones— parecen mejor desarrollados en especies no humanas, como los perros, que en las personas. No obstante, también se producen en el dominio humano. Los poderes parapsicológicos humanos o «sexto sentido» parecen más naturales, más biológicos, cuando se los consi­dera a la luz de la conducta animal. Gran parte de lo que hoy se presenta como «paranormal» parece normal cuando se amplían nuestras ideas de normalidad. La ciencia sólo puede progresar si trasciende sus límites actuales. En este libro aliento la esperanza de mostrar que es posible investigar científi­camente habilidades inexplicadas de los animales y hacerlo de maneras no invasoras ni crueles. También sugiero una variedad de formas en que los dueños y los estudiosos de animales podrían realizar importantes contribu­ciones a este nuevo campo de investigación. Tenemos mucho que aprender de nuestros animales de compañía. Y ellos tienen mucho que enseñarnos sobre la naturaleza animal... y sobre no­sotros mismos.
  • 26.
  • 27. PRIMERA PARTE Vínculos entre animales y seres humanos
  • 28.
  • 29. CAPÍTULO __________________________1 La domesticación de animales V ín c u l o s c o n a n im a l e s Hay muchas personas que aman a sus animales domésticos y a las que éstos aman a su vez. Entre unas y otros se desarrollan vigorosos vínculos emocionales. En este capítulo exploro la evolución y la naturaleza de esos vínculos entre los seres humanos y los animales. Pero antes es importante reconocer que los vínculos emocionales entre personas y animales son más bien la excepción que la regla. Por cada perro o gato querido hay centenares de animales domesticados confinados entre rejas en sistemas de crianza intensiva y en laboratorios de investigación. En muchos países del tercer mundo, la brutalidad con que suele tratarse a las bestias de carga convierte a los seres humanos en auténticos brutos. Y las so­ciedades tradicionales no acostumbran a suscribir los ideales modernos de bienestar animal. Los esquimales, por ejemplo, tienden a tratar duramente a sus huskies. Luego están los animales que son víctimas de descuido irreflexivo y crueldad deliberada. En todo el mundo industrializado, las organizaciones para la prevención de la crueldad con los animales desvelan y publican con­tinuamente estremecedores sufrimientos de animales a manos del hombre:
  • 30. 30 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS caballos tan flacos que se les transparentar! las costillas bajo la piel; perros atados y descuidados; gatos torturados. Y a muchos animales simplemente se los abandona. Sólo en los Estados Unidos, las autoridades locales o las organizaciones voluntarias sacrifican alrededor de cinco millones de perros no deseados y una cantidad similar de gatos.1 Pero a pesar de toda esta explotación, este abuso y este abandono, hay mucha gente que crea vínculos con animales ya desde la infancia. Es común dar ositos de peluche y otros animales de juguete a los niños pequeños y que a éstos les guste oír relatos acerca de animales. Pero a la mayoría le gustan sobre todo los animales reales. La mayor parte de los animales domésticos vive en casas con niños.2 Oír relatos sobre animales temibles —incluso cuentos de hadas como el de Caperucita Roja— y crear relaciones con los amistosos parece ser un aspecto fundamental de la naturaleza humana. En verdad, a lo largo de su historia evolutiva, nuestra naturaleza se ha modelado a través de nuestras interacciones con animales y todas las culturas humanas tienen canciones, danzas, rituales, mitos y relatos acerca de animales. L a e v o l u c ió n d e l o s v ín c u lo s e n t r e se r e s h um a n o s y a n im a l e s Las primeras especies que reciben la denominación de homínidos, co­nocidas gracias a restos fósiles, son la de los australopithecus ramidus y la de los australopithecus anamensis, que se remontan a más de cuatro millo­nes de años. Las primeras herramientas de piedra se usaron hace alrede­dor de dos millones y medio de años y las señas de haber comido carne aparecen en torno a un millón de años después, más o menos cuando el homo erectus se expandió de África a Eurasia (fig. 1.1). El uso del fuego pudo haber comenzado hace alrededor de 700.000 años. Los humanos modernos se originaron en África hace más o menos 150.000 años. El pri­mer arte, las pinturas de las cavernas, que incluyen muchos animales, se realizaron hace alrededor de 30.000 años. La revolución agrícola comenzó hace unos 10.000 años; las primeras civilizaciones e inscripciones escritas, hace unos 5.000 años.3 Nuestros antepasados fueron recolectores y cazadores para quienes la recolección era mucho más importante que la caza. La vieja imagen del 1. Karsh y Turner (1988). 2. Godwin (1975); Marx y otros (1988). 3. Leakey y Lewin (1992); Mithen (1996).
  • 31. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 3 años transcurridos PRESENTE Revolución Industrial (150) Revolución agrícola (10.000) Primera manifestación de arte (30.000) 100.000 ■ Primera domesticación de perros 150.000 Orígenes, en Africa, de los humanos modernos í 7700.000 ■ Uso del fuego 1.000.000 - 2.000.000 Señales de ingesta de carne 3.000.000 — 4.000.000 - Expansión cerebral. Primeras herramientas de piedra m Primeras especies denominadas homínidos Figura 1.1. Esquema cronológico de la evolución humana.
  • 32. 32 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS Hombre Cazador que, lleno de confianza, se paseaba a grandes zancadas por la sabana africana, resultó ser un mito. Incluso entre los cazadores-re-colectores hoy existentes, sólo una pequeña proporción del alimento que comen proviene de la caza; la mayor parte es producto de la recolección, principalmente a cargo de las mujeres. (La excepción son los cazadores-re-colectores de las regiones árticas, pobres en plantas.)4 Los homínidos y el primer homo sapiens obtenían en general carne más bien de la limpieza de los esqueletos que dejaban depredadores más eficaces, como los grandes ga­tos, que de la caza propia.5 La caza mayor, en oposición a la actividad ca-rroñera, quizá se remonte sólo de 70.000 a 90.000 años. En las culturas de cazadores-recolectores, los seres humanos no se ven como algo separado del dominio de los otros animales, sino en íntima inter­conexión con ellos.6 Los especialistas en comunicación con el mundo no humano son chamanes que, gracias a sus espíritus guardianes o animales de poder, se conectan con los poderes de los animales. Hay una solidaridad misteriosa entre la gente y los animales. Los chamanes se sienten guiados por los animales o bien transformados ellos mismos en animales, cuyo len­guaje comprenden y cuya preciencia y poderes ocultos comparten.7 La d o m e s t ic a c ió n d e l o s p e r ro s Los primeros animales que se domesticaron fueron los perros. Sus ante­pasados, los lobos, cazaban en manadas como cazaban los hombres y ya en una etapa muy antigua se usaron perros en la caza, así como para la custodia de animales. Su domesticación es anterior al desarrollo de la agricultura.8 La opinión convencional afirma que la primera domesticación de lobos tuvo lugar hace entre diez y veinte mil años. Pero evidencias recientes a par­tir del estudio de ADN en perros y en lobos señalan una fecha mucho más lejana para la primera transformación del lobo en perro, unos cien mil años atrás. Esta nueva evidencia también sugiere que los lobos fueron domesti­cados varias veces, no sólo una, y que los perros siguieron cruzándose con lobos salvajes.9 4. Ehrenreich (1997). 5. Ibíd. 6. Eliade (1964); Burkert (1996). 7. Eliade (1964), pág. 94. 8. Masson (1997). 9. Morell (1997).
  • 33. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 33 Si este descubrimiento se confirmara, significaría que tal vez nuestra an­tigua compañía de perros haya desempeñado un papel importante en la evolución humana. Los perros pudieron haber cumplido una función capi­tal en los progresos de las técnicas humanas de caza que se produjeron hace entre 70.000 y 90.000 años. El veterinario australiano David Paxton llega a sugerir que más bien los lobos domesticaron a los humanos que éstos a aquéllos. Tal vez los lobos comenzaron a vivir en torno a la periferia de asen­tamientos humanos como una manera de parasitismo. Algunos aprendieron a vivir en una suerte de ayuda mutua y poco a poco se convirtieron en pe­rros. Como mínimo habrían protegido los asentamientos humanos y emitido advertencias con sus ladridos ante cualquiera que se aproximara.10 Los lobos que se convirtieron en perros tuvieron gran éxito en términos evolutivos. Se los encuentra por doquier en el mundo habitado y en cen­tenares de millones. Los descendientes de los lobos que siguieron siendo lobos están ahora muy dispersos y a menudo en poblaciones en peligro de extinción. La domesticación de perros precede con mucho a la domesticación de otros animales. En verdad, los perros pueden haber desempeñado un papel esencial en la domesticación de otras especies, tanto por su capacidad para pastorear animales, como las ovejas, como por su colaboración en la pro­tección de los rebaños del ataque de depredadores. Algunas razas de perro son muy antiguas. Ya en el antiguo Egipto ha­bía varias razas completamente distintas: galgos o de tipo Saluki, mastines, basenji, pointer y un perro pequeño parecido al terrier maltés (fig. 1.2).11 En Egipto se veneraba a los perros. A algunos incluso se los embalsama­ba y en todas las ciudades se dedicada un cementerio íntegramente a tum­bas de perros. El dios de los muertos era Anubis, con cabeza de perro o de chacal. En el mundo moderno de hoy, el modo de tratar a los perros varía mu­cho de una cultura a otra. En el mundo árabe, en general se los aborrece, en parte debido a la existencia de grandes poblaciones de perros extraviados o salvajes que son fuentes de peligrosas enfermedades, como la rabia. Incluso así, se admira y se mima a los perros individuales de caza. En otras regiones del mundo, como en zonas de Birmania, Indonesia y Polinesia, se mata a los perros para la alimentación humana y en general no se los considera bien.12 Pero en la mayoría de las culturas, sobre todo allí donde se usan los perros 10. Paxton (1994). 11. Fiennes y Fiennes (1968). 12. Serpell (1983).
  • 34. 34 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS Figura 1.2. Razas de perros egipcios, de las tumbas de Beni Assan (2200-2000 a.C.) (según Ash, 1927). para la caza o el pastoreo o se los mantiene sin motivo utilitario, se los trata en general con afecto.13 La d o m e s t ic a c ió n d e o t r a s e s p e c ie s Francis Galton, primo de Charles Darwin, fue pionero del pensamiento moderno sobre domesticación. Señaló que relativamente pocas especies se prestaban a ello. Para poder ser domesticadas, las especies han de satisfacer las siguientes condiciones: Deben ser fuertes y sobrevivir con poco cuidado y escasa atención, te­ner un gusto intrínseco por el hombre, amar la comodidad, cruzarse libre­mente, ser gregarias y, por tanto, fáciles de controlar en grupos. Las ovejas, las cabras, el ganado ovino, los caballos, los cerdos, las galli­nas, los patos y los gansos satisfacen estos criterios. Pero otras especies, 13. Ibíd.
  • 35. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 35 como los ciervos y las cebras, aunque son gregarias, no los satisfacen y, a pe­sar de muchos intentos de domesticación, permanecen demasiado «salva­jes » como para manejarlas con comodidad.14 Los gatos son la única especie domesticada que no es gregaria, pero de­bido a su naturaleza territorial y su amor a la comodidad crean relaciones simbióticas con las personas aunque preservan algo de su independencia de cazadores solitarios. Se pasan con relativa facilidad a una existencia libre, salvaje.15 Los gatos fueron domesticados hace mucho menos tiempo que los pe­rros, probablemente no más de cinco mil años atrás. Los primeros registros de gatos se encuentran en el antiguo Egipto, donde se los consideraba sa­grados y estaba prohibido matarlos. Se los momificó en tal cantidad que a principios del siglo XX se extraían momias de gatos por toneladas, se las mo­lía y se las vendía como fertilizante.16 También es relativamente reciente la domesticación de los caballos, que con toda probabilidad ocurrió hace alrededor de cinco mil años en la región que rodea al Turquestán. Tal vez se los usara primero como animales de tracción. El primer registro de un caballo montado se halla en Egipto, alre­dedor del 1500 a.C.17 Muy pronto, una vez que fueron más bien camaradas que esclavos, los caballos resultaron importantes en la guerra y en la caza. En las primeras civilizaciones, aunque los animales domesticados eran explotados al servicio del hombre, ya había un sentido de conexión hom­bre/ animal que impregnaba la relación. Eran varios los animales a los que se consideraba sagrados, como en India lo son actualmente las vacas, los ele­fantes y los monos. Muchos dioses y diosas adoptaban formas animales o tenían anímales como ayudantes. A primera vista, son escasas las huellas de este sentido de solidaridad con el reino animal en las sociedades industriales. Las bestias de carga han sido sustituidas por máquinas; los caballos, los asnos, las muías y los bueyes ya no se utilizan como compañeros cotidianos. La íntima familiaridad del campesino con los animales ha sido sustituida por la gestión agrícola mo­derna, en que los animales permanecen en granjas fabriles e instalaciones alimentarias a escala industrial. No obstante, en nuestra vida privada se mantiene la afinidad antigua con otros animales. Hay muchos observadores aficionados de aves, natura­14. Galton (1865). 15. Kerby y Macdonald (1988). 16. Clutton-Brock (1981), pág. 110. 17. Kiley-Worthington (1987).
  • 36. 36 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS listas y fotógrafos de la vida salvaje. Las películas sobre la vida natural go­zan de permanente preferencia en la televisión, lo mismo que los relatos acerca de anímales, sobre todo acerca de perros como Lassie18 y Komissar Rex, el perro detective austríaco. Pero es en la tenencia de animales domés­ticos donde estos vínculos se conservan principalmente y de un modo más íntimo. Aun cuando la mayor parte de la gente de las ciudades modernas ya no necesite gatos para cazar ratones ni perros para cuidar el rebaño ni para cazar, se sigue manteniendo estos animales a millones, junto con una multi­tud de otras criaturas que no desempeñan ninguna función utilitaria: ponis, loros, periquitos australianos, conejos, cobayos, jerbos, hámsters, peces de colores, fásmidos y muchos otros tipos de animales domésticos. La mayor parte de nosotros parece necesitar a los animales como parte de nuestra vida. Nuestra naturaleza humana está íntimamente ligada a la na­turaleza animal; separados de ella, nos vemos disminuidos: perdemos una parte de nuestra herencia. E l m a n t e n im ie n t o d e a n im a l e s d e com pa ñ ía En todo el mundo se crían animales de compañía. Como observó Fran-cis Galton en 1865: «Es un hecho familiar a todos los viajeros que los salva­jes a menudo capturan animales jóvenes de distinto tipo y los crían como fa­voritos para luego venderlos o presentarlos como curiosidades».19 Galton sugirió que ese tipo de crianza de animales fue el modo principal en que se domaron muchas especies, junto con el mantenimiento de anima­les sagrados y la conservación de jardines zoológicos por jefes y reyes. En al­gunos casos, estos animales, siempre que satisficieran las condiciones necesa­rias (ya enunciadas), llegaron a ser domésticos. Me agrada la idea de Galton de que el mantenimiento de animales de compañía precedió a la domestica­ción, y la encuentro muy plausible. Y, si los lobos se hicieron primero secua­ces de los hombres y sólo después se convirtieron en perros, la teoría de Gal­ton sugiere una manera simple en que este proceso pudo haberse acelerado a través de la adopción de cachorros como animales de compañía. En el antiguo Egipto, así como en muchos otros lugares del mundo, ade­más de los perros de gran tamaño que se usaban para la caza, la vigilancia y el pastoreo, había también razas más pequeñas que parecen haber vivido en 18. Para un interesante estudio sobre la evolución de las historias de Lassie, véase Gar-ber (1996). 19. Galton (1865).
  • 37. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 37 Figura 1.3. Pequeños perros domésticos de la Grecia antigua (según Keller, 1913). las casas en calidad de animales de compañía. Los griegos y los romanos an­tiguos también los tenían (fig. 1.3). Ciertamente, se han hallado perros pe­queños en todo el mundo y hay antepasados de muchos perros domésticos de hoy. En Tíbet y en China existía la costumbre de criar tanto perros guar­dianes como perros de hogar; los primeros eran grandes y feroces y vivían al aire libre, mientras que los últimos vivían en casas o monasterios.20 La tenencia de animales domésticos en oposición a su tenencia con fines utilitarios era en cierto modo un lujo. Hoy en día hay mucha más gente rica y, por tanto, más animales de este tipo. Y a menudo los animales domésticos 20. Fiennes y Fiennes (1968).
  • 38. 38 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS que viven en la casa en calidad de compañeros establecen una conexión más íntima con su familia humana que los que viven fuera de la casa, en la granja, el establo o el corral. En países industriaÜ2ados como Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos, la mayoría de las casas tienen al menos un animal de compañía. Y en las últimas décadas, con el incremento de la urbanización y la prosperidad, la cantidad de animales domésticos, lejos de disminuir, au­mentó. En el Reino Unido, por ejemplo, entre 1965 y 1990 la cantidad total de perros se elevó de 4,7 a 7,4 millones y la de gatos, de 4,1 a 6,9 millones. Es probable que los hábitos de mantenimiento de las diferentes naciones desempeñen un papel importante en la formación del «carácter nacional». Pero es ésta un área en la que no ha habido prácticamente investigación, pues sólo disponemos de estadísticas. En el cuadro 1 se dan las cifras corres­pondientes a dueños de perros y gatos en un abanico de países. Los porcentajes más elevados de casas con perros se encuentran en Po­lonia y los Estados Unidos, y luego en Francia, Bélgica e Irlanda. Algunos de los niveles porcentuales más bajos de propietarios de perros y gatos se hallan en Alemania. En la mayoría de los países son más las casas que tienen perros que las que tienen gatos, pero en algunos, sobre todo Suiza y Austria, es sorprendente el predominio de gatos sobre perros como animales de ho­gar preferidos. En los últimos años se han producido cambios asombrosos en la confi­guración de la propiedad de animales de compañía. En el Reino Unido, la cantidad de perros descendió, mientras que la de gatos siguió aumentando (fig. 1.4). A partir de 1992 hubo más gatos que perros, pero todavía hay más casas con perros que con gatos, porque en muchas hay dos gatos o más. Sólo en los Estados Unidos ha habido un incremento semejante de popularidad de los gatos en relación con los perros, pues hacia 1996 los primeros supe­raron a los segundos en cantidad, con poblaciones de 59 y 53 millones res­pectivamente. Pero, lo mismo que en el Reino Unido, sigue habiendo más casas con perros que con gatos.21 VÍNCULOS SOCIALES CON LOS ANIMALES Originariamente, la mayoría de los animales domesticados eran sociales, como señaló Francis Galton. También tienden a ser animales con jerarquías 21. En 1996 había en EE.UU. un promedio de 2,2 gatos por cada casa con gatos, en comparación con los 1,7 perros por cada casa con perros (fuente: Humane Society of Ame­rica, Washington, DC).
  • 39. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 39 Cuadro 1. Porcentaje de casas que tienen perros y gatos, clasificadas por países (según Fogle, 1994). Porcentaje de casas con: perros gatos Polonia 50 33 Estados Unidos 38 30 Francia 36 25 Bélgica 36 25 Irlanda 36 20 Canadá 32 24 Portugal 30 14 República Checa 30 16 Reino Unido 27 21 Dinamarca 23 17 Holanda 22 24 Italia 20 22 Finlandia 20 18 Noruega 17 18 Suecia 16 19 España 16 8 Austria 15 26 Japón 12 5 Alemania 11 9 Suiza 10 26 Grecia 10 7 de dominación, lo que facilitó su control por parte de los seres humanos. In­cluso los gatos, a pesar de sus hábitos de caza independiente y en solitario, crecen con relaciones sociales estrechas entre las madres y su descendencia. La naturaleza social original de los animales domesticados se pone de manifiesto cuando vuelven a la vida salvaje. Charles Darwin, en su Variation of Animáis and Plants, se interesó particularmente por el retorno de los ani­males domesticados a sus hábitos ancestrales.22 En general, los animales no domesticados viven en grupos similares a los de sus parientes salvajes. Por ejemplo, los caballos no domesticados viven 22. Darwin (1875).
  • 40. 40 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 años -o - perros (cantidad) gatos (cantidad) -D- perros (casas con) gatos (casas con) Figura 1.4. Cambios en las poblaciones de perros y de gatos en el Reino Unido en­tre 1965 y 1997 (fuente: UK Pet Food Manufacturera’ Association). en general en grupos de alrededor de cinco, lo mismo que sus parientes sal­vajes. 23 Los perros no domesticados viven en manadas y construyen guari­das, al igual que los lobos.24 Los animales sociales se vinculan con otros miembros del grupo a través de lazos invisibles. Lo mismo vale para los vínculos sociales humanos. Nues­tros animales domesticados son sociales por naturaleza y nosotros también lo somos. Los vínculos entre las personas y los animales son una suerte de híbrido entre los tipos de vínculos que crean los animales entre sí y los que crean entre sí las personas. Una dificultad para comprender la naturaleza de estos vínculos estriba en la pobreza de nuestra comprensión de los vínculos entre seres humanos 23. Kiley-Worthington (1987). 24. Kerby y Macdonald (1988).
  • 41. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 41 y entre animales. Sabemos que existen conexiones emocionales invisibles entre miembros de una familia y sabemos que esas conexiones persisten con el tiempo y mantienen unidas a personas que se pueden encontrar incluso en distintos continentes. Sabemos que los animales tienen grupos sociales y que de alguna manera el grupo en conjunto está unido de tal manera que funciona como si se tratara de un superorganismo: es lo que analizo en el ca­pítulo 9. Esto resulta más claro en el caso de los insectos sociales, como las hormigas, las termitas, las abejas y las avispas. Es flagrante en las bandadas que giran y se inclinan prácticamente al mismo tiempo, sin molestarse en absoluto los individuos entre sí. Y lo mismo ocurre con un cardumen que nada en formación cerrada pero que cambia de dirección en cualquier mo­mento y responde con rapidez a la aproximación de un depredador. L a n a tu r a l e z a d e l o s v ín c u lo s so c ia l e s Hay muchos tipos de vínculos sociales en el seno de las especies, como las que existen entre la gata madre y sus mininos, una abeja y otros miem­bros de la colmena, un estornino y una bandada, un lobo y su manada, así como la gran variedad de vínculos sociales humanos. Además, hay vínculos sociales entre especies, como las que se dan entre los animales de compañía y sus amos. Todos estos vínculos conectan unos con otros a los miembros de un grupo e influyen en la manera de relacionarse. Mi propuesta es que estos vínculos no son meras metáforas, sino conexiones reales que siguen conectando a los individuos entre sí aun cuando estén separados, más allá de la comu­nicación sensorial. Estas conexiones a distancia podrían ser canales para la telepatía. Los vínculos entre animales existen dentro de un campo social. Al igual que los campos conocidos de la física, los campos sociales conectan cosas a distancia, pero se diferencian de los campos conocidos de la física en que evolucionan y tienen un tipo de memoria. En mi libro The Presence of the Past he sugerido que los campos sociales son ejemplos de una clase de cam­pos llamados campos mórficosP Los campos mórficos mantienen unidas y coordinan las partes de un sis­tema en el espacio y en el tiempo y tienen memoria de sistemas similares an­teriores. Los grupos sociales humanos tales como las tribus y las familias he­redan a través de sus campos mórficos una clase de memoria colectiva. Los 25. Sheldrake (1988a).
  • 42. 42 VÍNCULOS ENTRE ANIMALES Y SERES HUMANOS hábitos, las creencias y las costumbres de los antepasados influyen en el comportamiento actual, tanto consciente como inconscientemente. Todos sintonizamos memorias colectivas, semejantes al «inconsciente colectivo» que propuso el psicólogo C. G. Jung. Las colonias de termitas, los cardúmenes, las bandadas, los rebaños, las manadas y otros grupos de animales también se mantienen unidos y estruc­turados gracias a los campos mórficos, y todos estos campos están configu­rados por su propio tipo de memoria colectiva. Los animales individuales están unidos entre sí en el seno de campos sociales de su grupo y siguen modelos habituales de relaciones que se re­piten de una generación a otra. Los instintos son como hábitos colectivos de la especie, o de la raza, creados por experiencia a lo largo de muchas generaciones y sometidos a los rigores de la selección natural. Esta con­cepción de los instintos como efectos heredados del hábito y la experien­cia se aproxima mucho al pensamiento de Charles Darwin, que se expre­sa con la máxima claridad en La variación de animales y plantas bajo la acción de la domesticación y desempeña un papel capital en El origen de las especies.21' El proceso por el cual esta memoria se transfiere del pasado al presente se denomina resonancia mórfica e implica una influencia de lo semejante sobre lo semejante a través del espacio y el tiempo.27 En el capítulo 9 y en el Apéndice C expongo la naturaleza de los campos mórficos y de la resonancia mórfica. Los campos mórficos vinculan los miembros de un grupo social entre sí y el campo abarca en su seno a todos los miembros del grupo (fig. 1.5A). Si un miembro del grupo se desplaza a un lugar lejano, sigue conectado con el resto del grupo gracias al campo social, que es elástico (fig. 1.5B). Los campos mórficos permitirían que un abanico de influencias telepá­ticas pasara de un animal a otro dentro del grupo social, o de una persona a otra, o bien de una persona a un animal de compañía. La capacidad de estos campos para estirarse como bandas elásticas invisibles las habilita para actuar como canales de comunicación telepática, incluso a grandes distancias.28 En este momento no es preciso exponer en detalle la hipótesis del cam­po mórfico, del que sólo he dado un brevísimo resumen. Lo importante es 26. Francis Huxley ha señalado que sería más adecuado que el libro más famoso de Dar­win se titulara «El origen de los hábitos» (Huxley, 1959). 27. Sheldrake (1981; 1988a). 28. Para un modelo matemático de comunicación por medio del campo mórfico, véase Abraham (1996).
  • 43. LA DOMESTICACIÓN DE ANIMALES 43 A Figura 1.5. Diagrama que representa un campo mórfico del grupo social (A) y que ilustra la manera en que el campo se estira y sigue conectando a un individuo con otros miembros del grupo aun cuando se encuentre a gran distancia de éstos (B). que esta hipótesis no sólo hace posible la telepatía, sino incluso probable. Pero, una vez sentada su posibilidad teórica, cabe preguntarse si ocurre en realidad. Sobre la base de la evidencia disponible, que se expone en los ca­pítulos siguientes, llego a la conclusión de que la telepatía es ciertamente un fenómeno real.
  • 44.
  • 45. SEGUNDA PARTE Animales que saben cuándo sus amos están camino de casa
  • 46.
  • 47. CAPÍTULO __ 2 Perros La mayor evidencia de telepatía entre personas y animales procede del es­tudio de perros que saben cuándo sus amos están de camino a su casa. Este comportamiento anticipatorio es común. Muchos dueños de perros lo dan simplemente por supuesto, sin reflexionar acerca de sus vastas implicaciones. Cuando Peter Edwards llega a casa en su granja en Wickford, Essex, sus setters irlandeses están casi siempre en la puerta para saludarlo. Ivette, su mujer, dice que a menudo lo esperan entre diez y veinte minutos antes de su llegada, mucho antes de que Peter deje la carretera para entrar en el desvío privado de su casa. Durante más de veinte años, la mujer había dado esta conducta por supuesta, con este simple pensamiento: «Ya vuelve Peter; los perros han ido a la puerta». Sin embargo, después de leer un artículo en Sunday Telegraph acerca de mi investigación sobre perros que saben cuándo sus amos están camino de su casa, Ivette empezó a preguntarse: ¿cómo saben los setters que Peter está en camino? Peter trabaja con horario irregular en Londres y en general su mu­jer no tiene datos para saber cuándo esperarlo. Y los perros responden con independencia de la dirección del viento y del vehículo en el que llegue. La capacidad de los setters irlandeses para detectar el regreso de Peter con anticipación es típica de muchos otros perros. En respuesta a averigua­
  • 48. 48 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA ciones realizadas en Europa y en América del Norte he reunido más de 580 informes de perros que saben cuándo sus amos están camino de su casa. Al­gunos esperan en una puerta o una ventana diez minutos o más antes del re­greso del trabajo, la escuela, las compras y otras salidas. Otros salen a en­contrarse con sus amos en la calle o en una parada de autobús. Hay perros que exhiben esta conducta de manera casi cotidiana; otros, sólo cuando sus amos regresan de unas vacaciones u otra ausencia prolongada, en cuyo caso dan muestras de excitación durante horas o incluso días antes del regreso. Mientras algunos científicos se apresuran a atribuir este fenómeno a la ruti­na o la agudeza del olfato y el oído de estos animales, pronto se descubre, caso tras caso, que estas explicaciones no son suficientes. El contexto de esta conducta anticipatoria es el entusiasmo con que mu­chos perros dan la bienvenida a sus amos. A menos que estén muy bien edu­cados, tratan de saltar y lamer la cara de su amo, tal como los cachorrillos saludan a sus padres, sacudiendo la cola con tal vigor que el movimiento se transmite a las patas traseras. De modo parecido saludan los lobeznos. Cuando son destetadas, las crías comienzan a pedir alimento a sus padres o a otros miembros de la manada que regresan a la cueva. Cuando el adulto se aproxima con comida en la boca, se amontonan en torno a él con excitación, agitan la cola, adoptan gestos de sumisión y saltan para lamer los rincones de la boca. En los lobos adultos, la misma clase de conducta toma la forma de saludos ritualizados. La mayor parte de la atención se dirige a los animales de mayor jerarquía.1 Así, la conducta de saludo que despliegan los perros respecto de sus amos tiene antiguos antecedentes evolutivos, pues se remonta a los lobos, de los que descienden nuestros perros domésticos. Pero muchos perros van más allá del mero saludo a sus amos cuando éstos regresan, pues en verdad anticipan su llegada y parecen saber que se encuentran en camino cuando todavía están a muchos kilómetros de la casa. ¿ P o d r ía t ra ta r se d e m er a r u t in a ? Cuando una persona regresa todos los días a la misma hora, la conduc­ta de sus perros podría ser simple rutina. Teresa Preston, de Suffolk, Virgi­nia, supuso que esto era lo que ocurría cuando se dio cuenta de que el pe­rro de la familia, Jackson, esperaba el regreso de sus hijos en el autobús escolar. Pero tuvo que repensar la cuestión cuando se percató de que Jack- 1. Serpell (1986).
  • 49. PERROS 49 son también anticipaba el regreso de su marido, que llegaba en momentos inesperados de su trabajo como capitán de una nave del servicio de boyas de la Coast Guard de los Estados Unidos, con asiento a más de 30 kilóme­tros, en Portsmouth: Llegaba a casa a horas extrañas. Cuando el barco había entrado en el puer­to, Jackson se excitaba, iba a la puerta y quería salir. La mayor parte del tiem­po iba a sentarse al final de la acera y se colocaba de manera de poder mirar en dirección a donde él «sabía» que aparecería el coche. Era tan infalible en esto —no podía yo dejar de percatarme— que a veces utilizaba su advertencia para retocarme el peinado y maquillarme antes de la llegada de mi marido. Si estaba preparando la comida y a punto de decidir para cuántas personas debía hacer­la, utilizaba la predicción de Jackson para adecuar la cantidad. O tal vez los perros capten señales de anticipación procedentes de las personas que esperan en la casa. En algunos casos, la gente telefonea para decir que vuelve y la persona que está en la casa puede cambiar su estado emocional al saber que aquella a la que espera está en camino. Pero la anti­cipación de ciertos perros se produce incluso cuando la persona que está en la casa ignora por completo cuándo llegará el miembro de la familia ausen­te. Me han llegado muchos informes de familiares de abogados, taxistas, personal militar, periodistas, comadronas, etc., que no trabajan con horarios fijos, según los cuales el perro es el que les hace saber cuándo el miembro ausente de la familia está de camino a su casa. Un ejemplo es John Batabyal, de Stretford, Lancashire. Su mujer, Glo­ria, trabajaba en un hospital con horario flexible, de modo que a menudo regresaba a su casa en momentos inesperados y, sin embargo, siempre la es­peraba con un té recién hecho. Ella se sintió desconcertada por esto hasta que descubrió que, en el preciso momento en que abandonaba la sala del hospital para montarse a su coche y regresar a su casa, los dos perros salta­ban al antepecho de la ventana, con lo que indicaban al marido que era hora de encender la tetera. En Manhattan, la niñera irlandesa de la familia West se servía de un sis­tema similar de advertencia canina, que en este caso proporcionaba un blue terrier llamado Kerry. El general Charles West tenía su base en Governor’s Island, en el puerto de Nueva York, y su mujer era vicepresidenta de Time Inc. En palabras del propio general West: Vivíamos en la cuarta planta de un edificio de apartamentos y cada uno de nosotros llegaba a casa en distintos momentos y con diferentes orientaciones. Ni la niñera ni nuestro hijo pequeño sabían cuándo llegaríamos, pero diez o
  • 50. 50 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA quince minutos antes de nuestro retorno, Kerry se excitaba enormemente, co­rría a una de las ventanas del frente y se quedaba allí mirando hacia la calle mientras emitía gemidos de alegría y movía la cola como un loco. La niñera siempre sabía que uno de nosotros estaba a punto de llegar y nunca dejaba de bromear acerca de la utilidad de esa advertencia para limpiar al niño antes de que llegaran el padre o la madre. Y no era un acontecimiento ocasional, sino que así ocurrió día tras día y semana tras semana durante varios años. No cabe duda de que hay perros que acostumbran a esperar el retorno de sus amos en horarios rutinarios, pero casi nadie encuentra en ello nada particularmente notable. En la mayoría de los 585 informes que he recogi­do, como en estos ejemplos, la conducta del perro no es explicable en sim­ples términos de rutina. ¿ P o d r ía n l o s p e r r o s o l e r la p r o x im id a d d e su s a m o s ? La mayoría de los perros tienen un olfato mucho mejor que el nuestro, y es probable que puedan oler a sus amos, o los vehículos de sus amos, des­de mucho más lejos de lo que sería capaz una persona. Pero ¿cuánto más lejos? Los perros usan normalmente el olfato para seguir rastros o huellas ol­fateando el suelo. Pero para oler a alguien que vuelve a su casa tendrían que olfatear el aire. Suponiendo que el viento sople en la dirección adecuada y que el animal esté fuera de la casa, o dentro pero con las ventanas abiertas, ¿a qué distancia sería capaz de oler una persona o un coche que se acerca? La mejor estimación que he podido obtener sugiere que esta distancia es considerablemente menor que una milla (unos mil seiscientos metros), aun con la raza más sensible, la de los sabuesos. Malcolm Fish, de la Sección de Perros de Policía de Essex, está actualmente realizando pruebas con sa­buesos para el Ministerio del Interior con el fin de averiguar si para cierto tipo de trabajo policiaco no serían más adecuados que los pastores alema­nes, que es la raza que se usa actualmente. Dice Fish que si alguien se es­conde en un cercado, a veces un sabueso puede detectar el olor de esa per­sona hasta a media milla, pero a condición de tener el viento a favor y de que la persona no se mueva. Le parece muy improbable que un perro, in­cluso un sabueso, pueda oler a alguien que viaja a su casa desde el lugar de trabajo. «Imagínese a alguien que viajara en su coche con una cajita que des­pide humo y con las ventanillas abiertas. El humo se iría hacia atrás. El olor no viaja hacia adelante como el sonido. Además, hoy la mayoría de los co­
  • 51. PERROS 51 ches son herméticos, de modo que no sería mucho el olor que saliera de ellos, y las puertas de las casas son herméticas para no dejar pasar el viento, así que me parecería imposible que un perro pudiera oler a su amo cuando éste se encuentra a una milla.» Hay perros que sólo reaccionan uno o dos minutos antes de la llegada de sus amos y en estos casos sí que el olfato podría explicar su conducta. Pero muchos reaccionan con diez minutos o más de anticipación, cuando la persona se encuentra todavía a varios kilómetros. Además, lo hacen con to­tal independencia de la dirección del viento y no es necesario que las venta­nas estén abiertas. Su anticipación no puede explicarse razonablemente en términos de olfato. ¿ P o d r ía n o ír l o s p e r r o s q u e su s am o s s e a c e r c a n ? La mayoría de los perros tienen un oído mucho más sensible que el nuestro. Pueden oír sonidos demasiado agudos para que nosotros los de­tectemos, como los silbatos «silenciosos» para perros, que emiten sonidos por encima de la banda de frecuencia audible para nosotros. También pue­den oír mucho más lejos. Se estima que «un perro puede oír a aproxima­damente cuatro veces la distancia a que puede oír el hombre».2 Pero esto tal vez sea excesivamente generoso para los perros. Celia Cox, veterinaria británica especializada en cirugía otorrinolaringológica, ha probado el oído de miles de perros y calcula que su sensibilidad al nivel de ruido es se­mejante a la de los seres humanos. Celia Cox duda que puedan oír a sus amos acercarse desde muy lejos: «Hay personas que me han dicho que sus perros saben cuándo vuelven ellas a su casa incluso antes de haber gi­rado en su calle, pero me parece muy improbable que esto se deba exclusi­vamente al oído».. Análogamente, Kevin Munro, del Centro de Audición y Equilibrio de la Universidad de Southampton, ha comparado la capacidad auditiva de per­sonas y de perros utilizando una sofisticada técnica llamada Audiometría de Respuesta Evocada.3 Esperaba encontrar que los perros oyeran mucho me­jor que los seres humanos, puesto que se trata de una creencia tan común. «Cuando me encontré con los resultados, me llevé una gran sorpresa al comprobar que, dejando de lado la capacidad canina para oír sonidos más agudos, no había diferencias sustanciales.» 2. Fogle (1995), pág. 41. 3. Shiu, Munro y Cox (1997); Munro, Paul y Cox (1997).
  • 52. 52 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA Pero en aras de la argumentación, supongamos que efectivamente los perros oyen a una distancia aproximadamente cuatro veces mayor que el al­cance máximo del oído humano. Si se acerca a casa un coche familiar o una persona a pie, ¿a qué distancia lo oímos? Yo vivo en Londres y, con todo el ruido de fondo y la enorme cantidad de coches y de gente que pasa, probablemente oigo los coches y las perso­nas que se acercan a casa cuando están a menos de veinte metros, y eso sólo si me encuentro en alguna de las habitaciones del frente y con las ventanas abiertas. Por el contrario, la gente que vive en el campo, en lugares aislados, con poco y nada de tráfico, podría oír un vehículo que se acerca cuando to­davía se halla a ochocientos metros o más, sobre todo de noche. Pero cal­culo que en la mayoría de los medios urbanos y suburbanos, la mayoría de la gente no sería capaz de reconocer los sonidos familiares de un coche o de una persona a más de unos pocos cientos de metros, y en general a mucho menos. Cada uno puede realizar su propio cálculo y luego ponerlo a prueba con ayuda de familiares y amigos. ¿Puede el lector detectar realmente cuán­do un coche o una persona en particular se aproximan cuando se hallan a esa distancia? Multipliqúese la estimación por cuatro y se tendrá una indicación apro­ximada, en el supuesto más favorable posible, de la distancia a la que un pe­rro puede oír que su amo está en camino de regreso. Mi conjetura sería que en medios urbanos y suburbanos esta distancia no llega a ochocientos me­tros, incluso en las condiciones más favorables posibles, con el viento en la dirección adecuada. Con el viento en otras direcciones, el alcance se vería muy reducido. Y sería menor todavía si el perro estuviera dentro de la casa y con las ventanas cerradas. Todo esto parte del supuesto de que la persona viaja a pie o en un coche familiar, pero ¿qué ocurre si la persona viaja en taxi, en el coche de un ami­go o en cualquier otro vehículo con el que el perro no está familiarizado? A pesar de la falta de sonidos familiares que reconocer, muchos amos han en­contrado que la anticipación de los perros se mantenía. Por ejemplo, cuando Louise Gavit, de Morrow, Georgia, se dispone a regresar a su casa, el perro de la familia, BJ, va a la puerta. Su marido ob­servó que BJ hacía esto una y otra vez, de modo que, controlando la hora, marido y mujer comprobaron que las reacciones de BJ solían comenzar cuando ella decidía volver a su casa y comenzaba a caminar hacia cualquier vehículo con el que tuviera pensado regresar, aun cuando estaba a muchos kilómetros de distancia. «Mi manera de -viajar es irregular, pues uso mi co­che, el de mi marido, un camión o distintos coches conducidos por extraños a BJ, o bien vuelvo andando. De algún modo, la respuesta de BJ a mi pen­
  • 53. PERROS 53 samiento/acción es la misma. Reacciona incluso cuando ha visto mi coche todavía dentro del garaje.» R e g r e so e n a u t o b ú s , t r en y avión La idea de que las reacciones de los perros podrían explicarse en fun­ción de los ruidos lejanos de un coche choca también con la refutación que representa el hecho de que estos animales reaccionen de la misma manera cuando los amos respectivos viajan en autobús o en tren. Por supuesto que, si vuelven siempre en el mismo autobús, como un autobús escolar, por ejemplo, el animal podría reconocer sonidos característicos antes de la lle­gada del vehículo. Pero cuando la gente viaja tanto en autobús como por fe­rrocarril, no hay manera de que el animal pueda saber por el sonido si su amo está en un autobús o en un tren en particular. Helen Meither, por ejemplo, viajaba cada día 24 kilómetros en autobús para ir a Liverpool a trabajar y dejaba a su terrier Cairn con su familia. Se­gún la hora a la que terminaba su trabajo, o bien regresaba a su casa en un autobús que llegaba a las seis de la tarde, o bien en uno que llegaba a las ocho. «La parada del autobús se hallaba a cerca de medio kilómetro de dis­tancia, detrás de un bosquecillo. Yo nunca sabía si terminaría el trabajo a tiempo para coger el primer autobús, pero el perro siempre sabía si yo esta­ba o no en él. En caso afirmativo, iba a la puerta más o menos entre las 17.45 y las 17.50 horas, cualesquiera fueran las condiciones climáticas, y cruzaba el bosquecillo para venir a mi encuentro. Si me retrasaba, no se movía has­ta las 19.45 y venía a buscarme al autobús que llegaba más tarde.» En la base de datos hay más de sesenta informes acerca de animales que reaccionan a la llegada de personas a su casa, informes que muestran que de alguna manera el animal sabe cuándo la persona está de camino a su casa de un modo que excluye la explicación en términos de rutina, ruidos u olores. Lo mismo vale para más de 50 casos que implican el viaje en tren. He aquí un ejemplo: Cuando va a Londres al teatro o a visitar amigos, Carole Barlett, de Chi-selhurst, Kent, deja en casa, con su marido, a Sam, cruce de perro labrador y galgo. Regresa en tren desde la estación de Caring Cross, un viaje de vein­ticinco minutos más otros cinco a pie. El señor Barlett no sabe en qué tren regresará su mujer, cosa que puede ocurrir en cualquier momento entre las seis de la tarde y las once de la noche. «Mi marido dice que Sam abandona mi cama, donde se pasa el día cuando salgo, baja la escalera media hora an­tes de mi regreso y espera en la puerta de entrada.» En otras palabras, el pe­
  • 54. 54 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA rro comienza a esperarla alrededor del momento en que ella empieza su via­je de regreso. En algunos casos, la persona ausente le dice a la que se queda en casa que cogerá un tren en particular y luego coge otro. Esto ocurrió cuando Sheila Brown, de Westbury, Wiltshire, fue a Londres a una boda y dejó a su perra Tina con una vecina, a la que dijo que regresaría en un tren que llega­ba a las 22.30. En realidad, regresó cinco horas antes y se sorprendió al en­contrar que la esperaba una taza de té. Tina había saltado de repente y ha­bía ido a la puerta, donde se sentó agitando la cola. La vecina sabía que a menudo Tina anticipaba los regresos de Sheila y concluyó correctamente que había cogido un tren anterior. Más notable aún que el hecho de que los perros sepan cuándo sus amos están de camino a su casa, ya en tren, ya en autobús, sea tal vez que lo sepan cuando los amos viajan en avión. Muchas historias de este tipo proceden de la Segunda Guerra Mundial, cuando se permitía a los pilotos dejar a sus pe­rros en los aeródromos. Por ejemplo, Max Aitken, comandante de escua­drón (y luego lord Beaverbrook), tenía su perro labrador en su base del Es­cuadrón n° 68. Edward Wolfe, que prestaba servicio a sus órdenes, me dijo: «Cuando el escuadrón estaba regresando de una operación de a uno o dos aviones, su labrador negro, que había estado echado tranquilamente, se le­vantaba y se lanzaba afuera, al encuentro de su amo. Siempre sabía si Max Aitken venía de regreso». Recibí un informe muy parecido de las reacciones de un perro a su amo, piloto de un escuadrón de planeadores, cuando los aviones que regresaban eran casi silenciosos. Al menos en un caso se puso a prueba la posibilidad de que la reacción de un perro pudiera estar desencadenada por el sonido de un avión parti­cular. El perro en cuestión también era un labrador, que reaccionaba al re­greso de su amo, un oficial de la RAF. «Observó a su amo cuando despega­ba en un avión y se echó a esperarlo. Cuando ese mismo avión regresó, el perro ni siquiera se levantó. Los hombres pensaron que el perro no había pasado la prueba. Pero se equivocaron. El perro, en cambio, tenía razón. Su amo no venía en ese avión. Más tarde se acercó otro avión desde la dirección contraria. El perro, excitado, se levantó de un salto sacudiendo la cola. Su amo había regresado» (J. Greany). Igualmente impresionantes son las anticipaciones de los perros pertene­cientes al personal de líneas aéreas. Muchas personas que trabajan para lí­neas aéreas comerciales han comprobado que sus perros saben cuándo están en camino de regreso, incluso si nadie más lo sabe en la casa. Un ejemplo es Elizabeth:
  • 55. PERROS 55 Toda mi vida laboral he sido miembro de la tripulación de cabina con base en el aeropuerto de Gatwick. Durante diez años, mi perro Rusty saltaba y la­draba al mismo tiempo que yo aterrizaba y luego se sentaba tranquilamente a observar desde la puerta hasta que yo llegaba a casa. Lo asombroso es que, a pesar de que ni mis llegadas ni mis salidas se producían de manera rutinaria, pues podía estar fuera tanto un día como catorce, y de que no tenía horario re­gular de aterrizaje, el perro nunca fallaba. Análogamente, algunas personas cuyo trabajo las lleva muy lejos de su casa como pasajeros de avión tienen perros que saben cuándo están en via­je de regreso. Ian Fraser Ker, de Wescott, se dio cuenta por primera vez de este fenómeno cuando telefoneó a su mujer al llegar al aeropuerto de Hea-throw. La mujer le dijo que ya había pensado que estaría regresando porque el perro, un bóxer, estaba muy excitado. «Esto se desarrolló a tal punto que los días que mi perro daba señales de excitación y se sentaba junto a la puer­ta de entrada con el morro pegado contra el buzón, mi mujer me preparaba la comida y al cabo de un rato llamaba yo del aeropuerto para decir que es­taba de vuelta.» En casos de este tipo, el perro no tenía posibilidad de reconocer sonido ni olor familiar alguno, ni su reacción podía ser rutinaria. Y cuando las per­sonas que estaban en la casa no sabían cuándo esperar el regreso del ausen­te, el perro tampoco podía captar de ellos su expectativa. Por un proceso de eliminación, la explicación más plausible parece ser la telepatía. La alternativa, como se apresurarán a señalar los escépticos, es que la evidencia basada en experiencias con animales de compañía no es fiable, ya sea por trampas de la memoria, ya por la mentira y el engaño, ya por la ilu­sión y el deseo. Tras hablar con muchos dueños de animales de compañía acerca de sus experiencias y tras haber entrevistado a miembros de sus res­pectivas familias, no tengo razones para dudar de la fiabilidad general de sus informaciones acerca de la conducta de sus perros. Y, en ausencia de cual­quier investigación científica anterior, estos informes son el único punto de partida de que disponemos si queremos explorar este fenómeno. Es correcto mantener una actitud escéptica, formular nuevas preguntas y tomar en cuenta que la gente puede cometer errores. Pero hay personas que desprecian por principio toda evidencia procedente de dueños de pe­rros. Esta clase de escepticismo compulsivo surge del dogma de que la tele­patía es imposible. En mi opinión, esos prejuicios son barreras a la investi­gación científica con mentalidad abierta. No son científicos, sino, por el contrario, anticientíficos. Personalmente, me interesan más los perros que los dogmas.
  • 56. 56 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA No hay duda de que es preciso prolongar con investigaciones experi­mentales el estudio de casos particulares de conducta anticipatoria en pe­rros, como se describe más adelante en este mismo capítulo. Pero antes es importante encontrar más material sobre la historia natural de los perros que saben cuándo su gente está de camino a su casa. Y dado que la eviden­cia que tenemos hasta ahora apunta a un cierto tipo de conexión telepática, necesitamos explorar con más detalle qué podría llevar implícita la idea de telepatía. D if e r e n t e s m o d e l o s d e r e s pu e st a t e l e p á t ic a Telepatía significa literalmente «sentimiento a distancia», de dos pala­bras griegas: tele, como en teléfono y televisión, y pathé, como en simpatía y empatia. Si los perros responden telepáticamente a sus amos es porque de alguna manera captan los pensamientos o los sentimientos de sus amos re­lativos a regresar a casa. Esto podría ocurrir de tres maneras principales: 1. Hay perros que tal vez reaccionen sólo cuando sus amos están cerca de la casa y, por supuesto, están al tanto de su inminente regreso. Dicho de otra manera, podría ser que los perros sintieran la presencia cada vez más próxima de sus amos. Los perros reaccionarían, digamos, dos minu­tos o diez minutos antes del regreso efectivo de sus amos, con indepen­dencia del momento en que hayan iniciado el viaje de regreso. 2. Hay personas que tal vez piensen o sientan muy poco acerca del hecho de estar regresando a su casa; es posible que estén plenamente atentas a una conversación o a otra actividad. Pero hay en los viajes momentos en que los pensamientos y los sentimientos se dirigen con acrecentada in­tensidad a la casa: por ejemplo, al desembarcar de un avión o de un bar­co, o al apearse de un tren o un autobús. Tal vez haya perros que capten los pensamientos y los sentimientos ligados al hogar de esos momentos especiales. 3. La manifestación más extrema de telepatía se daría si los perros fueran capaces de captar la intención de regresar de sus amos y reaccionaran cuando éstos comienzan el viaje o incluso cuando se preparan para ini­ciarlo. En realidad, los tres tipos de anticipación son comunes. Hay perros que anticipan el regreso de sus amos sólo con unos pocos minutos de antelación. Tal vez el animal haya oído u olido a su amo y la telepatía no tenga en esto
  • 57. PERROS 57 nada que ver. Pero, cuando los perros reaccionan con más de cinco minutos de anticipación, es preciso tomar en serio la hipótesis telepática, sobre todo si el perro reacciona incluso cuando las ventanas están cerradas y sus reac­ciones no dependen de la dirección del viento, lo que habría podido influir enormemente en la transmisión de los olores y los sonidos. Y hay muchos casos en que los perros reaccionan regularmente diez minutos o más antes de que la persona esperada llegue a su casa, con independencia de la direc­ción del viento. Un ejemplo es el de Peter Edwards y sus setters irlande­ses. Otros ejemplos son los perros de los aeródromos (caso ya expuesto) que reaccionaban cuando el avión de su amo estaba a punto de aterrizar, o los perros que van al encuentro de sus amos en las paradas de autobús, pero que salen de la casa cuando el autobús todavía está en camino. En segundo lugar, hay perros que reaccionan cuando la gente se apea de embarcaciones, aviones, trenes y autobuses e inicia la parte final de su viaje de regreso al hogar. Ya hemos visto ejemplos de perros que reaccionan cuando los miembros de la tripulación y los pasajeros de vuelos comerciales llegan al aeropuerto; y hay muchos otros que reaccionan cuando la gente se apea de embarcaciones, trenes y autobuses. Por último, hay perros que parecen reaccionar a las intenciones de las personas de volver a su casa, incluso antes de que comiencen realmente el viaje de regreso. BJ, el perro de Louise Gavit, es un ejemplo (véase supra, pág. 52). Louise no tiene un horario regular de llegadas ni de salidas. Con ayuda de su marido, que observaba a BJ en su casa, llegó a comprobar que la reacción típica del perro es la siguiente: Cuando me marcho del sitio en donde he estado y camino hacia mi coche con la intención de volver a casa, nuestro perro BJ sale de su sueño, se dirige a la puerta, se echa en el suelo cerca de ella y con el morro orientado a la misma. Allí espera. Cuando me acerco al callejón de entrada intensifica la atención, empieza a moverse y da muestras de excitación a medida que me acerco a casa. Siempre está allí para meter el morro por la abertura, en señal de saludo, cuan­do abro la puerta. Esta sensibilidad no parece limitarse con la distancia. No pa­rece responder en absoluto al hecho de que me vaya de un sitio y me dirija a otro, sino que su respuesta resulta visible en el momento en que surge en mí el pensamiento de regresar a casa y emprendo la acción de caminar hacia el coche para hacerlo efectivamente. Naturalmente, no hay ninguna novedad en este tipo de conducta, que se ha observado y sobre el que se ha llamado la atención durante muchos años. En su conocido libro Kinship With All Life, J. Alien Boone describe cómo su perro Strongheart anticipaba su regreso cuando almorzaba en su club de
  • 58. 58 ANIMALES QUE SABEN CUÁNDO SUS AMOS ESTÁN CAMINO DE CASA Los Ángeles, a casi veinte kilómetros de distancia. Un amigo observó a Strongheart mientras su amo estaba fuera. «Nunca hubo una hora preesta­blecida para mi regreso, pero en el preciso momento en que decidía mar­charme del club y regresar a casa, Strongheart abandonaba cualquier cosa que estuviera haciendo, se iba a su punto de observación preferido y allí aguardaba pacientemente que cogiera yo la curva del camino y subiera la colina.»4 El mismo modelo de respuesta se ha mostrado en experimentos. Por ejemplo, Monika Sauer, que vive cerca de Munich, Alemania, accedió a rea­lizar algunos tests con su perro Pluto, cuyas reacciones fueron observadas por su compañero. Pluto no sólo reaccionaba cuando ella partía de regreso en su coche, sino también cuando lo hacía en el coche de un amigo que el perro no conocía. Luego le pedí que probara regresando en taxi. Cuando lo hizo, la reacción de Pluto se produjo cuarenta minutos antes de su llegada. El viaje llevó treinta minutos. Ella pidió un taxi por teléfono y esperó unos diez minutos hasta iniciar el viaje. El perro no reaccionó cuando su ama su­bió al taxi, sino cuando lo pidió. Es probable que este tipo de reacciones adelantadas pase inadvertido, a menos que las personas implicadas presten mucha atención a la hora en que comienzan un viaje y la hora en que el perro reacciona. Entre quienes pres­tan atención se encuentran Catherine y John O’Driscoll, cuyo cobrador do­rado, de nombre Samson, es particularmente sensible a los regresos de John. Por ejemplo, un día John estaba en el teatro, en Northampton, Ingla­terra, cuando Samson se abalanzó a la puerta con excitación, mucho antes del momento en que aquél iniciara su regreso a casa. Catherine me dijo: «Pregunté a John qué hacía a esa hora y él me dijo que miraba el reloj de­seando volver a casa». En otra ocasión, en que John estaba en una reunión: «Miraba su reloj y cerraba su portafolios justo en el mismo momento en que Samson se lanzaba a la puerta y ladraba excitado». Hay muchos otros ejemplos de este tipo. De los 585 informes de la base de datos acerca de perros que saben cuándo sus amos están de camino a su casa, en 97 (el 17 %) se dice que reaccionan cuando la persona inicia el re­greso o se prepara para iniciarlo. Tal vez los perros que parecen reaccionar sólo unos pocos minutos an­tes de la llegada de su amo sepan cuándo comenzó éste el viaje de regreso, pero sólo muestren signos evidentes de excitación cuando la persona se acerca. Antes pudieron haber pasado inadvertidas respuestas más sutiles. 4. Boone (1954), capítulo 7.