Un niño se subió al escenario durante un concierto y comenzó a tocar el piano inocentemente. En ese momento, el gran pianista Paderewski subió al escenario, susurró al niño que continuara tocando y luego acompañó al niño tocando una hermosa melodía juntos. Este encuentro transformó una situación embarazosa en algo maravilloso que dejó al público emocionado.