El documento describe los cinco sectores principales del sistema financiero mexicano: 1) la banca, que transforma depósitos en financiamiento para proyectos; 2) las empresas auxiliares de crédito como casas de cambio y arrendadoras; 3) el mercado de valores, que canaliza recursos de inversionistas a prestatarios; 4) el mercado de derivados como futuros y opciones; 5) el sector de seguros que ofrece cobertura contra pérdidas.