El silicio es el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre después del oxígeno. Cristaliza con la misma estructura que el diamante y se utiliza ampliamente en la industria electrónica como material semiconductor debido a que su conductividad eléctrica puede controlarse mediante la adición de pequeñas cantidades de impurezas. El silicio también se emplea en la producción de cemento, ladrillos y cerámica.