Pablo Silva inventó el spray para marcar la distancia de las barreras en el fútbol después de frustrarse por una falta que no pudo ejecutar correctamente. Desarrolló el producto y convenció a las asociaciones de fútbol de su uso, empezando en Argentina en 2008 y expandiéndose a nivel mundial. El spray usa una fórmula de agua, gas y surfactantes para crear una espuma blanca evanescente que marca la distancia correcta de 9.15 metros para las barreras sin ser dañino.