Los países subdesarrollados no están realmente en vías de desarrollo, sino que tienen economías distorsionadas que dependen del imperialismo de países poderosos como Estados Unidos. Practican el monocultivo de uno o dos productos cuyos precios son determinados por los compradores extranjeros, no tienen revolución agraria para explotar sus tierras fértiles, y lidian con altos niveles de analfabetismo, desempleo, pobreza y criminalidad. El subdesarrollo es una realidad cruda y fría para estos países, no un