El documento describe las dificultades para establecer el sufragio femenino en España debido a los roles de género tradicionales. Aunque la llegada de feministas como Clara Campoamor, Margarita Nelken y Victoria Kent facilitó el debate, Nelken y Kent se mostraron reticentes a aprobar el sufragio femenino por temor a que las mujeres votaran por fuerzas conservadoras. Sin embargo, Clara Campoamor defendió incansablemente los derechos de la mujer y logró que se aprobara el sufragio femenino en las Cortes Constituyentes de 1931