1. PERSONAS BUENAS, QUE SE VAN; ALGUNOS LO HACEN, LUEGO DE HABER
CUMPLIDO A CABALIDAD SU PAPEL.
BREVE TESTIMONIO DE UN EX “ALUMNO”.
En la web:
Muy lamentable la noticia. Si se trata del Sr. Ing. Luis Ernesto Erazo: una inmensa
pena. Fue un brillante académico; dirigente estudiantil, de los maestros
universitarios, de los trabajadores; y, una persona política progresista firme. Fue
un modelo para muchos de nosotros. Su persona vive en quienes fuimos formados
por el Maestro. Honraremos su memoria de la única forma posible: en el
pensamiento científico y en la acción política transformadora.
Unos 6 meses ah, en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Central del Ecuador,
luego de varios años, se tuvo la ocasión de encontrarse con el Sr. Ing. Luis Ernesto Erazo.
Jubilado a esa fecha (hecho dado en el primer período del Sr. Dr. Fernando Sempértegui O.
como Rector del Alma mater), visitaba la Facultad. Septuagenario; vestía un ternito
combinado plomo oscuro, bastante modesto: austero se diría, sin corbata. Su pelo ensortijado
y abundante, tenía el aspecto de una montaña nevada: de “sabiduría”, dijo el Sr. Ing. Fabián
Montesdeoca, con envidia. Su rostro, luego, reflejaba el avance de la vida. Estaba lúcido
como siempre; preocupado por los asuntos económico-agrícolas-académicos, departió con
algunos colegas profesores en esa ocasión, los cuales le escuchaban con atención.
Personas afectos a la racionalidad, tienen carácter flemático. Sin embargo, hay momentos en
que brota esa forma reprimida sensible de ser (como se dice en aquel sector de la creencia:
“Que Dios quiera que no se quede sensibilizado”). Quien escribe entusiasmado se acercó
presuroso a estrechar la mano del muy digno Maestro, pero la verdadera intención fue
abrasarle. No obstante, el señor ingeniero se portó distante, displicente conmigo (actitud:
¿denominador común en el último tramo de existencia?, ¿anuncio?); fue un golpe, puesto que
se pensó que el gesto personal, se asumía iba a ser recíproco. Como se dice de modo coloquial
y con afectación: “Quien iba a pensar, que esa sería, a la postre, la última vez que se le veía”
(con vida); en cierto modo se trató más bien, de una despedida. “Fue a la Institución …[´su
verdadera segunda casa´]… a recoger los pasos”.
El 23 de los corrientes (mes de diciembre del 2019) se conoció la infausta noticia: que el Sr.
Ing. Luis Ernesto había decesado. ¿Cómo? Si el Sr. Ing. “estaba duro todavía”. No se sabe si
es una reacción habitual, general en la conducta, pero en el caso personal hubo un bloqueo
en la conciencia, que se piensa es un preámbulo, la antesala de esa reacción crítica, que se
apodera de uno cuando se toma plena conciencia sobre el desate de hechos lamentables, sobre
los cuales no se tiene injerencia posible. Se desató la conmoción; literalmente, quién escribe
se dobló, muy dolido, golpeado. El Sr. Ing. Luis Ernesto (Netito, como le decían sus
allegados), había pasado al otro estado de la materia: al inerte, la muerte.
Fue en 1980, que quién escribe, en consuno con la promoción, tuvo la ocasión de conocer al
Sr. Ing. Luis Ernesto Erazo. Un profesional profesor; profesor profesional, más bien, como
diría el eximio ex Rector del Alma mater Dr. Manuel Agustín Aguirre, puesto que el Ing.
dominaba las artes pedagógicas, de modo que su clases siempre fueron magistrales. Joven,
alegre, ágil por entonces, de vida promisoria, que luego se desplegaría como tal. Sus cátedras
eran: Métodos y técnicas de la investigación científica, y Materialismo histórico. La
bibliografía a consultar era: Felipe Pardinas, Kopnin, el Maestro Mario Bunge, Tecla y Garza,
Spirkin, entre otros; la Economía Política de Nikitin, Konstantinov, la Academia de ciencias
de la URSS, Agustín Cueva. El Sr. Ing. estaba bien preparado, se desenvolvía con calidad,
2. pues, había sido dirigente estudiantil en la Facultad y Presidente de la FEUE, o sea, tenía ya
en su currículum inscriptos los primeros galardones.
El Sr. Ing. Luis Ernesto Erazo: tercero desde la derecha. Noroccidente de Pichincha, 1986 (Foto:
cortesía del Sr. Ing. René Alvarez T.).
El Sr. Ing., por entonces ya educador de juventudes, cursaba la Maestría en Planificación en
la Ex Escuela de Planificación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central del
Ecuador. En esa Escuela, que había sido la pionera en instaurar el Tercer nivel de estudios
en el País. Como era el ambiente del momento, esos estudios eran rigurosos; no llegó a
graduarse en la Escuela del todo (no completo la realización de la Tesis, por razones de
ocuparse en tareas más importantes en el momento), pero aprovechó muy bien dicho
programa académico, puesto que luego como estudiante de posgrado en el ex IAEN (Instituto
de posgrado de las Fuerzas armadas ecuatorianas) se destacó, tanto, que quedó como
campeón de oratoria; proeza de la cual todos nos solazamos, nos enorgullecimos: “Ese es
nuestro Maestro y Camarada”, dijimos para nuestros adentros.
En la Universidad Central en general, en el primer curso se estudiaba asignaturas sociológico-
críticas; en la Facultad, por supuesto, se abordaba la historia con el enfoque althusseriano-
marxista. De modo “manualista” se revisaba la doctrina sobre los modos de producción:
comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo. En
verdad, no se había instalado en el “imaginario” de la intelligentzia de izquierda y colaterales
por entonces, ese relato formalista especulativo de periodización de la historia de progresión:
edades antigua, clásica, medieval, moderna, posmoderna e hípermoderna o transmoderna,
como asevera el Sr. Dussel, como su descubrimiento en el último caso. En una palabra, el
pensamiento clásico se desplegaba con toda majestad y rigor.
Aunque muy jóvenes, había inquietud política teórica y práctica; en realidad, la materia y el
momento histórico se prestaban para el desate de la inquietud y el debate sobre cuestiones
3. revolucionarias. Se recuerda que, luego de una clase, emplazados en el hall de la Facultad
(crítica, subersiva, por aquel entonces,), un grupo de estudiantes preguntaron al Sr. Ing. Luis
Ernesto: ¿qué venía luego del comunismo? El respondió con toda honestidad intelectual, que:
“no se sabe”. En realidad, luego de dos décadas, quién escribe, pudo ensayar un esbozo de
respuesta a dicha histórico-filosófica inquisición. En efecto, Kant, Hegel, Marx, Sagan entre
otros, han adelantado la solución al acertijo. La etapa que niega, supera y sucede al
capitalismo es el comunismo; ésta es la última forma de organización del Género, en la que
el súper ser humano liberado del trabajo se convierte en exclusivo sujeto de pensamiento y
se encarga de producir la idea.
El Sr. Ing. seguía de cerca por entonces la evolución de los devaneos especulativos de la
persona que borronea las presentes notas, a los cuales les alentaba. Con él se dialogaba sobre
esas tópicas en su oficina en el Departamento de Planificación de la Universidad Central del
Ecuador. Cuál sería la evolución geopolítica del Mundo luego de concluida la “segunda
Guerra fría” (lucha entre el imperialismo clásico y el imperialismo social por el dominio del
Mundo): la “globalización”, era la materia de diálogo. ¿Estado mundial?; ¿ciudades Estado?;
¿regionalización o balcanización del Mundo (multipolaridad) –S. Amín-? No estaba claro
aún el panorama, pues, todavía no aparecieron Huntington, Hart y Negry, Arrighi, incluso
Wallerstein o Fiori (aunque si se contaba con Toffler); tampoco con Lyotard, Bauman,
McLuhan (al menos no se habían traducido sus trabajos o no circulaban por aquí) o Harari.
El Sr. Ing., marxistaleninista, con ligera inclinación athusseriana, se comportada en ese
entonces de forma ideológico-teóricamente contemporánea; hoy se diría que, en términos
clásicos. Esa departición entre profesionales ya, puesto que quién escribe había sido
“alumno” del Sr. Ing. en el primer año como en el sexto, condujo a que él obsequiara el
primer tomo de Los grundrisse de Marx: los borradores de El capital, suele decirse. En la
formación intelectual personal, esa fue una inmensa ayuda (dicho sea de paso, se tuvo ocasión
de agradecerle comedidamente la facilitación de dicho Libro al Ing., el cual fue cedido al Sr.
Ing. Borja Vivero), puesto que en ese documento Marx pone por escrito las leyes que mueven
al capitalismo y a la historia toda: 1) la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que rige
al capitalismo y a su misión: pasar el trabajo a la máquina, la automatización; y, 2) la función
del ser humano en la historia, en el Universo: la producción del concepto.
La tarea de profesor, no fue la única realizada por el Sr, Ing. Luis Ernesto. Trabajó como
servidor público en la Universidad en el ya citado Departamento de Planificación
institucional; cumplió funciones de dirigente de los empleados y trabajadores; fue
representante ante el H. Consejo Universitario, particularmente cuando su principal fue el Sr.
Econ. José Moncada Sánchez (participó en el Cogobierno universitario: en la cumbre
estratégica de esa grandiosa e histórica Institución). Orador fecundo, excelente expositor;
tenía la rara condición de ser magnífico orador y escritor al mismo tiempo. Se destacaba
como dirigente universitario, sobre todo en épocas en que la Universidad pasaba por
dificultades: cuando, como efecto de la arremetida de los gobiernos reaccionarios de derecha,
retrasaban a propósito o inintencionalmente la transferencia de los dineros para atender los
pagos a profesores y empleados y trabajadores, y a las demás demandas del presupuesto.
Era pues, un líder en el sentido del Sr. Comandante Fidel Castro: aquellas personas
sobresalientes, weberianamente carismáticas, que se ponen al frente de los colectivos cuando
estos sufren dificultades: que han extraviado el camino, para orientarlos y dirigirlos de modo
edificante. Ahora bien, cuando una persona integrante de una generación se va, el resto
empiezan también a hacerlo. La noticia corre. No obstante, en este caso, no se trata de una
promoción o personalidad cualesquiera, sino de unas muy selectas; actuación, que se
corresponde con la necesidad histórica o institucional de un momento, cuyo desempeño
respondió en coherencia.
4. Esa pléyade de pro seres humanos, que forjó esa inmensa Facultad de Ciencias Agrícolas,
como lo fuera sobre todo entre las décadas de 70 y del 90 del siglo pasado. De ese grupo fue
el Sr. Ing.; staff integrado por el Sr. Ing. Galo Verdesoto Alvarez (quien nos dejara hace ya
varios años), el Sr. Ing. Antonio Gaybor S. (actual Decano de la Facultad), el Sr. Ing. Jaime
Estrella, el Sr. Ing. Bolívar Navas, el Sr. Ing. Jorge Robayo, el Sr. Ing. Mario Lalama. De
esas manos salieron los colegas Pablo Granizo, Miguel Murillo, José Vázquez, Wilfrido
Román, Fabián Montesdeoca, nuestro joven colega: el Sr. Ing. Juan Borja Vivero y hasta
quien escribe, así como otros prominentes colegas como el Dr. Arana, Dr. Nieto, Ing. Peralta,
Ing. Pablo Velasco, Ing. Pumisacho, Ing. Andrade, Ing. Espín, Ing. Cañar, Ing. Atarihuana,
Ing. Alvarez, entre muchísimos otros.
El Sr. Ing. Luis Ernesto se hallaba orgulloso de la Alma Mater, de la Facultad, de su trabajo
como académico y sobre todo de su producto: los egresados. Ufano decía: “Nuestros
egresados se destacan allí donde se colocan, se hallan en los mejores puestos”. Y quién lo
dijo fue, nada más que un ex Presidente de la gloriosa FEUE, entidad gremial estudiantil
universitaria que realizara jornadas históricas en defensa de la Patria, del pueblo y de los
estudiantes universitarios; FEUE, frente a la que estuvieron muy destacados estudiantes; de
este lado se recuerdan al propio Sr. Ing. Luis Ernesto, al Sr. Ing. Galo Verdesoto, al Sr. Lcdo.
Carlos Carrillo, al Sr. Arq. Oswaldo Páez, al Ing. Mauricio Peña; y, como mención especial:
al camarada Milton reyes.
Inseparable del Sr. Ing. Galo Verdesoto: su compañero de ejecutorias (al cual admiraba
mucho), gestionó su vida con la norma del máximo “Proyecto de vida”: “Luchar y estudiar
junto al pueblo por la revolución”; en el plano político: por la transformación social (según
dice Marx: “Sólo los animales no se inmutan frente al dolor de sus semejantes”), y de cara a
la ciencia, para pasar al estado mineral de la materia, con la máxima comprensión de la
realidad vivida; siempre con la guía del gran ensayista soviético Nicolai Ostrosky y su genial:
Así se templó el acero. El Sr. Ing., llegó a ser realmente un “Prometeo” con conciencia y
práctica política, que incluso los prometeos importados caros de Correa, tendrían recelo.
Sólo las personas buenas merecen exaltación. El Sr. Ing. Luis Ernesto, por sobre sus
cualidades intelectuales y su adscripción política revolucionaria, era una persona masculina
sana, generosa, solidaria; en una palabra: era el arquetipo de un marxistaleninista. De este
maravilloso ser humano sus restos reposan ya en el cementerio Jardines del Valle, en Quito;
“… y sobre su tumba verdea la primera hierba”. Su familia debe estar orgullosa (pues, fue
también un correcto esposo y padre), con razón, como por acá lo estamos. En lo que queda
de vida, seguiremos sus pasos, alargaremos su sombra (su influjo positivo sobre el
pensamiento de las nuevas generaciones), no permitiremos que se borre su huella, pues,
tenemos la posta en nuestras manos. Adiós señor ingeniero Luis Ernesto: entrañable amigo,
Maestro, colega, camarada; pero: ¡no será para siempre!, pues, si “el olvido es la verdadera
muerte”, Ud. permanecerá en nuestra memoria, puesto que nosotros -en este caso-: la
tenemos buena.
SUBVERSIVOS DEL MUNDO, ¡UNIOS!
Justo Castillo Freire.
Quito, 25 de diciembre del 2019.