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Rev. Soc. Esp. Dolor
9: 328-337, 2002
Técnicas e indicaciones del bloqueo del ganglio estrellado
para el tratamiento del dolor
E. Freire* y M. A. Camba**
328 REVISIÓN
Freire Vila E and Camba Rodríguez MA. Técnicas e
indicaciones del bloqueo del ganglio estrellado para
el tratamiento del dolor. Rev Soc Esp Dolor 2002; 9:
328-337.
SUMMARY
The popularity of neural blockade as a diagnostic, treat-
ment and prevention tool in painful conditions is due to
special characteristics of chronic pain. These conditions
are, in most cases, inexactly defined and with unknowned
pathophysiology. To clarify these challenging situations, nowa-
days the diagnostic blocks are used to determine the pa-
thophysiology of clinical pain, the site of nociception and
the pain afferent neural pathways. In this way the informa-
tion gained from these neural blocks may be applied to the
choice of medicines, sort therapeutic blocks, approaching
pathways, surgical procedures and may also be used to anti-
cipate the response to neuroablative therapies (1).
Next review tries to be an evaluation of the published
support for the anatomy, indications, approaching techni-
ques, clinical signs and complications about the stellate gan-
glion blockade for the chronic pain management in patients
with sort of pain like complex regional pain syndrom and
other sympathetically mediated pain states. © 2002 Socie-
dad Española del Dolor. Published by Arán Ediciones, S.L.
Key words: Chronic pain. Anesthetic techniques. Sym-
pathetic blockade. Stellate ganglion blockade.
RESUMEN
La popularidad del bloqueo nervioso como herramienta
diagnóstica, de tratamiento y prevención para el dolor se de-
be a las especiales características en dolor crónico. Estas con-
diciones son, en la mayoría de los casos, definidas sin exacti-
tud y de fisiopatología desconocida. Para clarificar estas
situaciones cambiantes, los bloqueos diagnósticos se utilizan
hoy en día para determinar la fisiopatología clínica del dolor,
lugar de nocicepción y las vías neurológicas aferentes del do-
lor. En este sentido la información obtenida gracias a los blo-
queos nerviosos podría ser aplicada para la elección de medi-
camentos, tipo de bloqueos terapéuticos, vías de abordaje,
procedimientos quirúrgicos y también podría utilizarse para
anticipar respuestas en terapias neuroablativas (1).
La siguiente revisión intenta ser una evaluación de los
trabajos publicados sobre anatomía, indicaciones, técnicas
de aproximación, signos clínicos y complicaciones para la
técnica de Bloqueo del Ganglio Estrellado en el manejo del
dolor crónico en pacientes con síndromes dolorosos del ti-
po complejo regional y otros estados dolorosos mediados
simpáticamente. © 2002 Sociedad Española del Dolor.
Publicado por Arán Ediciones, S.L.
*Adjunto Servicio
**Jefe de Servicio
Servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor.
Complexo Hospitalario Arquitecto Marcide / Profesor Novoa Santos. Ferrol.
La Coruña
Recibido: 17-04-02.
Aceptado: 19-04-02.
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. RECUERDO HISTÓRICO
3. DESCRIPCIÓN ANATÓMICA
4. INDICACIONES PRINCIPALES
5. REALIZACIÓN TÉCNICA
5.1. Preparación del paciente
5.2. Posicionamiento del paciente
5.3. Abordaje “paratraqueal” (anterior)
5.4. Abordajes alternativos
5.5. Otras técnicas
6. CONTRAINDICACIONES
7. FÁRMACOS ANESTÉSICOS
Palabras clave: Dolor crónico. Técnicas anestésicas. Blo-
queo simpático. Bloqueo ganglio estrellado.
1. INTRODUCCIÓN
Los bloqueos nerviosos con anestésicos locales o
con agentes neurolíticos han sido empleados desde la
primera comunicación al respecto en el año 1881. En
la actualidad son varias las aplicaciones de este tipo
de bloqueos en relación con el tratamiento del dolor
crónico y sus distintas manifestaciones clínicas (2).
Los bloqueos nerviosos se han utilizado con dis-
tintos fines desde las primeras investigaciones anató-
micas y clínicas iniciadas ya desde finales del siglo
XIX. Con fines diagnósticos, para determinar la gé-
nesis del dolor; con fines pronósticos (bloqueos se-
lectivos de raíces nerviosas), con fines terapéuticos
para el alivio del dolor a largo plazo (bloqueos neu-
rolíticos, ablación por radiofrecuencia) y en la última
década, incluso con fines profilácticos para ayudar a
prevenir memoria relacionada con el dolor.
Aunque no hay uniformidad en las indicaciones
para los bloqueos neurales, sí se acepta que entre un
50 y un 80% de los pacientes reciben beneficios de
su terapéutica.
Revisaremos a continuación uno de los procedi-
mientos regionales: el bloqueo del ganglio estrellado
(cervicotorácico), su técnica principal de bloqueo,
sus indicaciones principales (4) y complicaciones de
la técnica.
2. RECUERDO HISTÓRICO
Las primeras descripciones de la anatomía del sis-
tema nervioso simpático datan de 1528 cuando el
anatomista Galeno describió un tronco nervioso que
discurría a lo largo de las cabezas costales y que co-
municaba con la médula espinal. Estableció ya en-
tonces el concepto de simpatía entre diferentes partes
del cuerpo.
Estudios anatómicos posteriores describieron el
vago y el tronco simpático como unidad funcional
única hasta que Estienne (1545) los identificó como
estructuras anatómicas individuales. Winslow (1732)
fue el primer autor que denominó la cadena paraver-
tebral “el gran nervio simpático”, y posteriormente
Whytt (1765) escribió que toda la simpatía debía es-
tar inicialmente referida al sistema nervioso central
(SNC) ya que aparecía entre diferentes partes del or-
ganismo que no tenían nervios interconectados.
Durante el siglo XIX se realizaron disecciones
anatómicas meticulosas con gran número de publica-
ciones científicas que ayudaron a completar el cono-
cimiento sobre el sistema nervioso autónomo y la di-
ferenciación sobre los aspectos funcionales de las
eferencias toracolumbares y craneosacra, a las que se
las denominó sistema parasimpático.
Con el inicio del siglo pasado diversos autores rea-
lizaron investigaciones sobre el papel de los nervios
simpáticos y la transmisión del dolor visceral a tra-
vés de los mismos. Jonnesco fue el primero en de-
mostrar que el dolor visceral en el hombre se trans-
mitía por el sistema nervioso simpático cuando
resecaba el ganglio estrellado y aliviaba satisfacto-
riamente un caso de angina de pecho.
Otros autores continuaron con las investigaciones
sobre la utilización del bloqueo simpático como ar-
ma terapéutica contra dolores intensos para síndro-
mes dolorosos viscerales de difícil control. Koller
fue primero en demostrar las propiedades anestésicas
de la cocaína en 1884. Sellheim el primero en utili-
zar el abordaje paravertebral en 1905 y Kapis y otros
comenzaron a utilizar el bloqueo paravertebral sim-
pático en 1923 para este tipo de dolores.
Los avances en la investigación anatómica sobre
la cadena simpática hicieron posible que desde el
primer tercio del siglo XX se practicase, como técni-
ca habitual, el bloqueo del ganglio estrellado. Leri-
che estudió la función del ganglio estrellado y su re-
lación con el control del dolor en procesos como
causalgia y distrofia simpático refleja, procesos que
fueron ya tratados en un gran número de heridos du-
rante la Segunda Guerra Mundial (3).
Progresivamente desde los últimos años se han
mejorado las técnicas de abordaje, los materiales em-
pleados, los diseños de las agujas y el descubrimien-
to de nuevos anestésicos locales que ha promovido
en conjunto un renovado interés en el conocimiento,
aprendizaje y la utilización de estas técnicas para el
tratamiento del dolor en sus múltiples facetas.
3. DESCRIPCIÓN ANATÓMICA
El tronco cervical simpático o cadena simpática
cervical es una continuación cefálica del tronco sim-
pático torácico que se encuentra en un espacio fasci-
culado y limitado; por detrás por la fascia de los
músculos paravertebrales y por delante por la vaina
de la carótida (5). Está formado por tres ganglios: el
TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO
ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 329
57
ganglio cervical superior, el más voluminoso de los
tres, fusiforme, de 2 a 5 cm de longitud y que gene-
ralmente está situado enfrente de la primera vértebra
cervical y que se asocia con los cuatro niveles cervi-
cales superiores; el ganglio cervical medio, irregular,
nunca excede de 10 mm de longitud y situado por de-
bajo y enfrente del tubérculo carotídeo a nivel de la
sexta vértebra cervical, que cuando está presente, se
relaciona con C5 y C6; y el ganglio (inferior) estre -
llado, es constante, por lo general situado enfrente
de las vértebras séptima cervical y primera torácica,
fusionado con el primer ganglio torácico forma una
masa irregular (aspecto de araña) (6).
El ganglio estrellado es la fusión (7-9) del ganglio
cervical inferior y el primer ganglio torácico, de aquí
el nombre de ganglio cervicotorácico. La porción
cervical de la cadena simpática y los ganglios se si-
túan en la superficie anterior y de modo separado de
las apófisis transversas de las vértebras cervicales
por entre la delgada musculatura paravertebral. Dado
que el abordaje anterior del ganglio estrellado se rea-
liza frecuentemente a nivel de la sexta vértebra cer-
vical a nivel del tubérculo de Chaussignac (o tubér-
culo carotídeo), es evidente que el término de
“bloqueo estrellado”, no es en realidad un nombre
adecuado. Para conseguir un bloqueo del ganglio es-
trellado (cervicotorácico) los anestesiólogos deben
confiar en la difusión del anestésico local a lo largo
de los músculos paravertebrales.
Para obtener los mejores resultados posibles, la
solución de anestésico local debe rellenar el espacio
anterior a la fascia prevertebral, al menos hasta el ni-
vel de D4, confiando en la descripción anatómica
que hemos realizado admitiremos como mejor deno-
minación la de “bloqueo simpático cervicotorácico”
frente a la actual y de frecuente uso de “bloqueo del
ganglio estrellado”.
La inervación simpática de la cabeza, cuello y ex-
tremidad superior depende de la cadena simpática
cervical y torácica superior. Aunque las fibras pre-
ganglionares simpáticas destinadas a la cabeza, el
cuello y la extremidad superior proceden de segmen-
tos medulares dispersos, desde D1 a D6, las vías
conductoras simpáticas convergen y cruzan por de-
lante de la primera costilla. La cadena simpática des-
cansa en la región cervical en la porción anterolate-
ral del cuerpo vertebral. Los ganglios simpáticos
cervical inferior y primero torácico pueden estar se-
parados o fusionados (formando entonces el llamado
ganglio estrellado o cervicotorácico).
La mayoría de los individuos tienen el ganglio
cervical inferior fusionado al primer ganglio toráci-
co. Si bien el ganglio en sí es inconstante, común-
mente mide 2,5 cm de largo; 1,0 cm de ancho y 0,5 cm
de espesor. Suele situarse por delante del cuello de la
primera costilla albergado en la fosilla suprarretro-
pleural (6) y se extiende hacia el espacio entre C7 y
D1 próximo a la apófisis transversa, quedando recu-
bierto por la cúpula pleural en su parte inferior. En
su parte superior, por la arteria vertebral. Posterior-
mente queda limitado por las apófisis transversas y
la fascia prevertebral. Lateral y externamente discu-
rren los músculos escalenos (10).
El ganglio estrellado (8) aporta la inervación simpá-
tica de la extremidad inferior a través de los ramos co-
municantes grises de C7, C8 y D1; y, ocasionalmente,
C5 y C6. Otras contribuciones más inconstantes para la
extremidad superior provienen de los ramos comuni-
cantes grises de D2 y D3. Son fibras implicadas algu-
nas veces en un alivio inadecuado del dolor mediado
simpáticamente, a pesar de los signos de un bloqueo
efectivo del ganglio. Estas vías anómalas se han deno-
minado nervios de Kuntz y pueden bloquearse única-
mente mediante abordaje posterior, que aunque técnica-
mente de mayor dificultad de realización, con las
técnicas modernas de formación de imagen (tomografía
computerizada, radioscopia portátil, etc.) se puede lle-
gar a prevenir el riesgo de complicaciones importantes.
4. INDICACIONES PRINCIPALES
El tratamiento del dolor no es uno de los motivos
principales de desconexión del simpático mediante
bloqueo o intervención quirúrgica. Si relacionamos
el problema del dolor directamente con la descone-
xión del simpático, encontramos cuatro causas prin-
cipales del origen del “dolor simpático”: relaciona-
do con la irrigación sanguínea, con el espasmo o
contracción de la musculatura estriada, dilatación ga-
seosa de los órganos huecos como causa evidente de
dolor y dolores vasculares producido por la inyec-
ción inadecuada en las arterias o debido a obstruc-
ciones mecánicas repentinas. Podría consecuente-
mente afirmarse que la eliminación del dolor por
interrupción del simpático depende de tres hechos: a)
los impulsos dolorosos procedentes de los vasos pa-
san por el tronco simpático antes de alcanzar la mé-
dula espinal; b) la vasoconstricción y la vasodilata-
ción son reguladas por el simpático; especialmente la
interrupción de la vasoconstricción en la región del
simpático es capaz de hacer desaparecer los dolores
vasculares por medio de una mejor irrigación y la
apertura de circulaciones colaterales; y c) en tercer
lugar, el tono de los órganos huecos quedaría modifi-
cado por la interrupción del simpático.
330 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002
58
Situaciones clínicas en las que puede ser
beneficioso el bloqueo cervicotorácico
Insuficiencia vascular en el brazo
—Oclusión vascular traumática o embólica o cir-
culatoria oclusiva “aguda o crónica” (11,12).
—Vasoespasmo post-embolectomía.
—Enfermedad de Raynaud.
—Esclerodermia.
—Arteriopatías.
—Congelaciones.
Dolor
—Síndrome regional complejo. Síndrome Hom-
bro-mano. Atrofia Südeck (13).
—Causalgia tras traumatismo abdominal (14).
—Herpes zoster facial o cervical.
—Neuralgia post-herpética temprana (15).
—Miembro fantasma en extremidad superior (16).
—Enfermedad de Paget.
—Neuritis post-radiación.
—Neoplasia.
—Cambios tróficos en la piel.
—Dolor secundario a lesiones del SNC (17).
—Angor pectoris intratable (18).
Otras
—Hiperhidrosis (19).
—Diversas situaciones clínicas que afectan la re-
gión de la cara y el cráneo: accidente vascular cere-
bral (enfermedad de Ménière, acúfenos).
—Cefaleas vasculares (20).
—Amblioplía por intoxicación quinidínica (tam-
bién provoca espasmo y trombosis de la arteria de la
retina) (21).
—Ceguera súbita.
Todas estas son indicaciones a las que además del
bloqueo diagnóstico inicial, se acompañó alguna de las
pruebas de valoración clínica, para el control de la abla-
ción simpática, el flujo sanguíneo y el grado de dolor.
Como indicaciones clínicas controvertidas hemos
de resaltar la utilización de este bloqueo en el dolor
del miembro fantasma, neuralgia post-herpética,
oclusión vascular de grandes vasos, epiplegía y en-
fermedad de Ménierè han tenido resultados cuestio-
nables. Otros problemas como la angina de pecho,
requieren el bloqueo de los cinco ganglios simpáti-
cos torácicos superiores, además del ganglio estrella-
do, para conseguir el alivio del dolor.
5. REALIZACIÓN TÉCNICA
Se han descrito numerosas técnicas para efectuar la
desconexión simpática del ganglio cervicotorácico.
Se han utilizado vías de acceso: anterior, lateral y
posterior, siendo hoy en día casi no empleadas más
que las vías de acceso anteriores para este tipo de blo-
queos. Han de mantenerse dos consideraciones técni-
cas-anatómicas principales. En primer lugar, la inser-
ción de la aguja a nivel de la vértebra cervical C7 o
C6 en el cuello, a nivel de la primera costilla con el
considerable riesgo de producción de neumotórax; y
en segundo lugar, el hecho de mantener el posiciona-
miento de la aguja para conseguir una correcta difu-
sión del anestésico local inyectado dado el importante
volumen del mismo inyectado a dicho nivel. Son és-
tas, bases del abordaje anterior descritas ya por Leri-
che en sus primeros trabajos a mitad del siglo pasado.
5.1. Preparación del paciente
Es menos probable que el paciente se frustre, de-
sespere o se muestre incómodo ante la realización de
la técnica si previamente se le ofrece una explicación
conveniente del procedimiento, los efectos secunda-
rios y de los riesgos potenciales. Además el paciente
ha de ser responsable de la decisión tomada y debe
comprender que existen riesgos y que pueden apare-
cer las complicaciones, recogiendo el consentimiento
informado del mismo para el procedimiento.
Igualmente se puede establecer en esta fase un sis-
tema de comunicación con el paciente ya que la posi-
bilidad de desplazamiento de la aguja una vez inser-
tada es alta. Evitaremos de esta manera que el
paciente hable mientras se lleva a cabo la técnica.
5.2. Posicionamiento del paciente
El paciente se coloca en decúbito supino con la ca-
beza ligeramente elevada o inclinada hacia atrás (hipe-
rextensión) para estirar el esófago contra las apófisis
transversas del lado izquierdo, con el cuello ligera-
mente extendido y la boca semiabierta para relajar la
musculatura del cuello. Esta postura se facilita con la
retirada de la almohada al paciente o bien permitiendo
una pequeña almohada antes de la realización de la
técnica. La colocación de una pequeña toalla o sábana
doblada debajo de los hombros facilita en la mayoría
de los pacientes la extensión del cuello y la palpación
de los puntos óseos. Se recomienda al paciente que no
hable ni degluta durante el procedimiento.
TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO
ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 331
59
5.3. Técnica “paratraqueal” (anterior)
Inicialmente la técnica estándar de Herget con re-
ferencias anatómicas sobre el borde inferior del car-
tílago cricoides y la zona articular esternoclavicular
y que sitúa el cuerpo de la segunda vértebra dorsal
fue una de las más popularizadas. Hoy en día las mo -
dificaciones técnicas realizadas por Nolte son las que
aluden a un bloqueo cervicotorácico más empleado y
que a continuación describiremos.
Técnica: palparemos entre el músculo esternoclei-
domastoideo (ECM) y la tráquea buscando la presen-
cia de pulso carotídeo entre los dedos índice y medio
de la mano. Encontraremos la apófisis transversa cer-
vical más prominente, C6 (tubérculo de Chaussignac),
situada a la altura del cartílago cricoides. Esperaremos
localizar este tubérculo en la cara medial del ECM y
en la mayoría de los pacientes aproximadamente a 1,5
cm de la línea media del cuello. Rechazaremos detrás
de las yemas de ambos dedos la arteria carótida y la
vena yugular interna. De esta manera, lateralizando
los vasos, dejaremos entre nuestros dedos el tubérculo
de C6. Realizaremos una fuerte presión con ambos de-
dos y con una aguja de calibre 22, 23 ó 25, de bisel
corto y 4-5 cm de longitud, recorreremos una mínima
distancia al atravesar la piel dirigiéndonos a la punta
del tubérculo de C6. Después de contactar con él (sin
penetrar en el periostio), aspiraremos repetidamente.
Retiraremos la presión del dedo más caudal de los dos
dedos que empleamos en la localización del punto
mientras mantenemos la presión del dedo superior.
Retirando de 1 a 2 (2-5) mm la aguja buscaremos que
el anestésico local inyectado (8-10 ml) difunda hacia
el ganglio. Posteriormente a la realización del bloqueo
colocaremos al paciente en posición semisentado, esto
hará que el anestésico local difunda caudalmente ha-
cia el ganglio simpático torácico superior.
El volumen total de la solución dependerá del blo-
queo deseado. Si se coloca adecuadamente, con 5 ml
de solución bloquearán correctamente el ganglio es-
trellado. Este volumen no bloqueará las posibles con-
tribuciones de D2 y D3. La inyección de hasta 10 ml
de solución bloqueará completamente toda la inerva-
ción simpática de la extremidad superior, incluso en
pacientes con vías anómalas de Kuntz. En caso de
que la administración de solución anestésica tenga
como objetivo el bloqueo de vísceras torácicas me-
diadas por el simpático, incluido el corazón, se deben
administrar de 15 a 20 ml de solución anestésica.
En raras ocasiones es necesario un habón anestési-
co en el punto de entrada si bien es aconsejable ex-
cepcionalmente cuando la técnica se prevee compli-
cada, en pacientes con cuellos cortos obesos o la
realización se lleva a cabo por médicos inexpertos
que requerirá de varias punciones. Se da por supuesto
la preparación de la piel con soluciones antisépticas y
la preparación de un campo quirúrgico adecuado.
El bloqueo puede realizarse de manera “ciega” pe-
ro se ha documentado un incremento de los porcenta-
jes de éxito de la técnica desde un 27-70% hasta un
90% al incorporar la utilización de la radioscopía
portátil (22) para la realización de la técnica.
Deben practicarse varias aspiraciones (23,14) antes
y después de variar el posicionamiento de la aguja
90º. Si no aparece sangre, se deben inyectar 1-2 ml de
anestésico local (p.e. lidocaína) como dosis prueba en
todos los casos. Esta pequeña dosis inyectada en arte-
ria podría desencadenar la pérdida de conciencia y una
actividad comicial (24). Una resistencia elevada a la
inyección del anestésico podría indicar una adminis-
tración perióstica, mientras que una inyección fácil
puede indicar la localización intramuscular en la zona
paravertebral. Un dolor irradiado indicaría la excesiva
introducción de la aguja que podría haber penetrado
en una raíz nerviosa. Una inyección intradural acci-
dental se manifestaría como anestesia raquídea alta
con dificultad ventilatoria del paciente.
5.3.1. Signos clínicos de bloqueo
La interrupción de la inervación simpática de la
cabeza, a cargo del ganglio estrellado, se comprueba
fácilmente por presencia de un síndrome de Horner
caracterizado por: ptosis (caída del párpado supe-
rior), miosis (pupila pequeña) y enoftalmus (hundi-
miento del globo ocular), indica un bloqueo simpáti-
co de la cara pero no necesariamente de la
extremidad superior, que en algún caso podrían reci-
bir aferencias simpáticas de zonas medulares más in-
feriores, por ejemplo desde D9.
Malmqvist y cols. encontraron que el 48% de pa-
cientes presentaron un incremento de 2º C o más en la
temperatura 20 min después del bloqueo, mientras que
el 87% desarrollaron síndrome de Horner (25). En otro
estudio similar Hogan y cols., a su vez refieren que un
60% de los pacientes tienen incremento de 1,5º C de
temperatura ipsilateral y que un 84% presentan síndro-
me de Horner. Se requiere un aumento térmico, vasodi-
latación y anhidrosis para confirmar el bloqueo.
En trabajos recientes, Stevens y cols. (26) conclu-
yeron como un buen parámetro de control de éxito en
la realización del bloqueo del ganglio estrellado la di-
ferencia de temperatura entre el miembro ipsilateral y
contralateral mayor de 2º C (Tªi-Tªc>2). En su estudio
fue un buen predictor pero de insuficiente garantía pa-
332 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002
60
ra evaluar el bloqueo simpático. La ingurgitación de
las venas del dorso de la mano y del antebrazo, el re-
flejo psicogalánico, la pletismografía, la termografía y
la prueba del sudor, son otras opciones para la com-
probación del correcto bloqueo del ganglio estrellado
con implicación de la extremidad superior.
Se han descrito otros signos asociados como blo-
queo unilateral de la nariz, secundario a la congestión
de la mucosa nasal (signo de Guttmann), enrojeci-
miento (inyección) conjuntival y cutáneo y anhidrosis
facial (ausencia de sudoración). Son estos signos que
podrían estar presentes sin una interrupción completa
de los nervios simpáticos de la extremidad superior.
La ptosis y la congestión conjuntival pueden aliviarse
con colirios de neosinefrina, agonista alfa.
5.3.2. Efectos secundarios y complicaciones
En primer lugar ha de hacerse evidente la diferen-
ciación de los efectos secundarios desagradables de-
bidos al síndrome de Horner (miosis, ptosis, enoftal-
mus) frente a las complicaciones.
Las complicaciones más frecuentes aparecen por
difusión del anestésico local en la proximidad de es-
tructuras nerviosas cercanas. Los nervios recurrente,
laríngeo y frénico pueden ser bloqueados si la posi-
ción de la aguja no es la ideal. Los pacientes deberán
ser advertidos de que pueden experimentar la sensa-
ción de un nudo o hinchazón en la garganta o de dis-
nea y permanecer, temporalmente roncos. General-
mente es suficiente con tranquilizarlos previa
información de estas eventualidades. Mientras estén
alterados los reflejos laríngeos, debe desaconsejarse
la ingesta líquida y sólida.
El bloqueo bilateral del ganglio estrellado raras
veces está indicado, dado que provoca un serio com-
promiso respiratorio y la pérdida de los reflejos la-
ríngeos. El bloqueo del nervio frénico provoca una
parálisis temporal del diafragma y puede llegar a
producir cierto compromiso respiratorio en los pa-
cientes cuya reserva respiratoria esté gravemente
comprometida.
Las dos complicaciones más temidas del bloqueo
del ganglio estrellado son la inyección intramedular
y las convulsiones secundarias a la inyección intra-
vascular (24,25,27).
El compromiso ventilatorio y la necesidad de venti-
lación mecánica pueden ser resultado de la inyección
en el espacio epidural (si se utilizan altas concentra-
ciones de anestésico local) o en el espacio intratecal.
No se necesitarán fármacos para la canulación orotra-
queal por la profunda anestesia de la laringe.
En muchas ocasiones ocurre la inyección intravas-
cular en la arteria vertebral. Pequeñas cantidades de
anestésico local provocan inconsciencia, parálisis res-
piratoria, convulsiones, y en ocasiones, hipotensión
arterial intensa. Puede ser necesaria la utilización de
abundantes líquidos intravenosos, vasopresores, oxí-
geno e intubación orotraqueal. Si el volumen de AL es
pequeño en episodio se resolverá con brevedad.
Otra complicación es el riesgo de neumotórax al
utilizar el abordaje anterior. La localización de es-
tructuras en base al tubérculo de C7 y la inserción
caudal de la aguja, incrementará los riesgos de pene-
trar en el vértice pulmonar. Suele ocurrir en sujetos
altos, delgados cuyo vértice pulmonar se encuentra
algo más arriba que en el resto de paciente.
—Resumen de las complicaciones más frecuentes:
Frecuentes:
1. Ronquera temporal y sensación de cuerpo extra-
ño en la garganta (bloqueo del nervio laríngeo recu-
rrente).
2. Efectos desagradables del síndrome de Horner
(miosis, ptosis, enoftalmus).
3. Hematomas (28).
4. Neuralgia en la caja torácica y la zona interior
del brazo.
Infrecuentes:
1. Afectación del plexo braquial.
2. Bloqueo del nervio frénico.
3. Neumotórax.
4. Osteítis de la apófisis transversa.
Severas:
1. Inyección intraarterial (27): efectos neurológi-
cos inmediatos, pérdida consciencia, convulsiones.
2. Inyección epidural / intradural (29) inicio lento
de sintomatología (30).
A tener en cuenta además que la inyección en la
fascia paravertebral podría difundir el anestésico lo-
cal hacia el plexo braquial y producir un bloqueo de
la extremidad superior (31).
Se desaconseja la inyección bilateral por el riesgo
de bloqueo bilateral del nervio laríngeo recurrente y
de los consiguiente problemas de la vía aérea (pérdi-
da del reflejo laríngeo).
Por otro lado la pérdida de la actividad cardioace-
leradora (32) puede favorecer la aparición de bradi-
cardias e hipotensión arterial.
Cuando se produce hematoma (28,33) puede ser
necesario inyectar por debajo de C6. Esto se consi-
gue habitualmente ya que es posible advertir la per-
foración de la fascia prevertebral y de los ligamen-
tos sobre C7; la aguja debe retirarse luego unos
milímetros antes de practicar el bloqueo en la forma
TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO
ESTRELLADO PARA ELTRATAMIENTO DEL DOLOR 333
61
descrita; no obstante, el riesgo de neumotórax au-
menta.
5.4. Abordajes alternativos (34)
5.4.1. Abordajes anteriores alternativos
—Abordaje anterior dirigido de Philipides. Des-
crito en torno a 1940 y que realizaba con la ayuda de
un “arco de puntería” basándose en muchas investi-
gaciones radiológicas que le llevaron a demostrar
que la cabeza de la 1ª costilla, se encuentra siempre a
2,5-3 cm del eje corporal, a la misma altura que la
apófisis espinosa de la vértebra dorsal primera.
—Abordaje alternativo C7. Respecto al abordaje
anterior C6, necesitaría menos volumen de anestésico
para provocar la interrupción total de la inervación
simpática de la extremidad superior. La aparición del
bloqueo del nervio laríngeo recurrente es menos fre-
cuente. Pero la técnica presenta un par de inconve-
nientes: la colocación de la aguja es más complicada
por las referencias anatómicas menos marcadas y es
riesgo de provocar neumotórax es mayor.
5.4.2. Técnica continua (paratraqueal anterior)
Se ha descrito una técnica continua (35) utilizando
un catéter radioopaco de teflón, introducido bajo
control radiológico, por la técnica paratraqueal ante-
rior. Ha de fijarse adecuadamente y debe tenerse en
cuenta la posible movilización del catéter en la zona
próxima a la arteria vertebral, la zona del manguito
dural y otras estructuras delicadas de la zona (36).
Se podría realizar esta punción sobre el tubérculo de
C6. Medial al pulso carotídeo se realiza una punción so-
bre la apófisis transversa y se podría dejar un catéter ca-
libre 16 para bloqueo prolongado, entre 3 a 7 días (37).
5.4.3. Abordaje lateral
—Anterolateral de Leriche y Fontaine
El paciente se posiciona horizontalmente con la
cabeza a medias hacia el lado sano. La inyección se
realiza en el borde posterior del ECM, exactamente a
2 cm por encima de la clavícula y en dirección a la
apófisis espinosa de D1. A una profundidad de 6-8 cm,
se alcanza hueso, es decir la 1ª costilla, delante de la
cual se encuentra el ganglio. Puede elegirse como
“blanco óseo” la apófisis espinosa de C7 pero es ne-
cesario modificar la dirección una vez realizado el
contacto óseo, más profundo y más lateralmente.
—Método lateral de Goinard y Pitkin
Se intenta alcanzar el ganglio por vía lateral, puncio-
nando el borde anterior del trapecio a media altura del
triángulo supraclavicular y siguiendo entonces el con-
tacto óseo de la cánula con la 1ª costilla hasta llegar al
ganglio estrellado. Es un método no generalizado ya que
no protege de los potenciales riesgos de lesión pleural.
5.4.4. Abordaje posterior
Reservado para pacientes que desarrollado un sín-
drome de Horner por vía anterior, no manifiestan
otros signos de denervación de la extremidad supe-
rior. Ocurre en pacientes en los que a pesar de blo-
queos repetidos y bien localizados, exista una barre-
ra fascial que evite la difusión caudal del fármaco.
Igualmente en pacientes con dificultades anatómicas
por heridas en el esternón, cicatrices, enfermedades
de la piel, etc.
El abordaje a nivel D2-D3 producirá una irrupción
simpática de la extremidad superior. El principal in-
conveniente es el alto riesgo de provocar un neumo-
tórax. El ápex del pulmón se encuentra muy cercano
a la cadena simpática a nivel de D2 y es muy difícil
evitarlo incluso para los médicos más experimenta-
dos. Con el apoyo visual de la tomografía computeri-
zada (TC) se puede situar la aguja más fácilmente.
(38).
La técnica se puede llevar a cabo con el paciente
en posición decúbito prono o lateral con el lado a
bloquear hacia arriba. La posición prono aporta ma-
yor nivel de información a las técnicas de imagen pa-
ra el posicionamiento correcto de la aguja.
5.4.4.1. Punción posterior de White y Mandl
Con el paciente sentado, debe arquear el dorso,
echar los hombros hacia delante y cruzar los brazos.
La punción se realiza a unos 4-6 cm por fuera de la
línea interespinosa a nivel de D1. Con un ángulo de
60º con el plano medio, según el espesor del panículo
adiposo y la musculatura, la cánula tropieza a 5 cm
con la resistencia de la apófisis transversa de D1. Se
pasa por encima o or debajo con una ligera modifica-
ción de la dirección hasta el segundo contacto óseo
que indica la cara lateral del cuerpo vertebral por de-
lante del ganglio estrellado.
334 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002
62
5.4.4.2. Bloqueo estándar posterior de Reischauer
El paciente se sienta sobre una mesa de exploración
o en una silla con la espalda dirigida hacia el médico y
se le pide que incline la cabeza lo más posible con ob-
jeto de localizar con mayor facilidad la apófisis trans-
versa de C7. Se introduce la cánula a unos 4 cm por
fuera de la línea media y en el centro de las líneas
transversales de las espinas de C6 y C7, completamen-
te perpendicular a la superficie de la piel paralela al
plano medio hasta alcanzar 3-3,5 cm con la punta las
masas laterales de los arcos vertebrales cervicales. En-
tonces se dirige la punta a lo largo del hueso y se incli-
na 45º hacia arriba y hacia fuera, en una dirección di-
vergente y craneal con relación al plano medio, hasta
los bordes externos de los arcos VI y VII con sensa-
ción de pérdida de resistencia ósea. La introducción de
la cánula en sentido sagital se marcará con 1 ml de so-
lución por mm de penetración hasta percibir el pacien-
te un dolor escapular (señal del ganglio estrellado).
Debe mantenerse la aguja lo más paramedial posible,
es decir, lo menos divergente que permita el hueso.
5.5. Otras técnicas
5.5.1. TENS
Con la aparición de serias complicaciones tras la
realización del bloqueo del ganglio estrellado (cervico-
torácico) algunos autores como Larsen y cols. (39) su-
girieron la posibilidad de realizar técnicas no invasivas
como la estimulación transcutánea (TENS) para la in-
terrupción exitosa de flujo de cadena simpática desde
el ganglio cervicotorácico. No se ha podido demostrar
la efectividad de este método para conseguir el propó-
sito de un bloqueo simpático diagnóstico ni terapéutico
en un estudio diseñado con voluntarios sanos en los
que se comparaba el bloqueo del ganglio estrellado
bien por método TENS bien por método tradicional
con anestésicos locales sin poder sustituir a este último
como método propósito diagnóstico para el dolor sim-
pático mediado desde el ganglio estrellado.
5.5.2. Radiofrecuencia (RF)
Las lesiones por radiofrecuencia (RF) sobre el gan-
glio estrellado surgen como una alternativa de trata-
miento para los síndromes de dolor crónicos durante
las últimas décadas. Diversos trabajos como en de
Forouzanfar y cols. (40) comparan y demuestran con
resultados similares, la efectividad de la RF en el tra-
tamiento del dolor crónico en pacientes afectos de do-
lor crónico del tipo distrofia simpático refleja tipos I
y II (41,42), dolores isquémicos (tipo fenómeno de
Raynaud), cervicobraquialgia o dolores post-toraco-
tomías. En el estudio de Forouzanfar se recoge una
amplia revisión de la literatura respecto al bloqueo
del ganglio estrellado por el método clásico y valora
las complicaciones de la técnica así como la introduc-
ción de la RF como técnica alternativa para el trata-
miento y control del dolor. Los estudios sobre el con-
trol del dolor por tratamiento con RF son buenos pero
carecen en parte de rigor científico por lo que la efi-
cacia terapéutica no puede ser juzgada. Encuentran
una reducción del dolor de más de un 50% en pobla-
ción seleccionada por un periodo medio de 52 sema-
nas pero que si se traslada a población general no se-
leccionada ofrece resultados de un 15,5% de eficacia
de la RF para el control del dolor. La revisión de la li-
teratura sobre el alivio del dolor tras bloqueo del gan-
glio estrellado se muestra de manera parcial en un
41,3% de pacientes de manera completa hasta en un
37,8% de pacientes tras realizar una media de 5 blo-
queos del ganglio por paciente. No se dispone de ci-
fras medias respecto a la duración media del efecto de
control del dolor por bloqueo farmacológico.
La lesión producida no interrumpirá todo el gan-
glio. Es una técnica que puede repetirse si la situación
clínica persiste. Es un tipo de lesión que no producirá
síndrome de Horner y si éste se presentara sería de
modo transitorio (una semana), resolviéndose de ma-
nera espontánea. Un dolor importante durante el pro-
ceso de estimulación podría orientarnos a incorrecta
localización de la cánula de estímulo y llevarnos a po-
sible lesión sobre el nervio recurrente laríngeo.
Recordaremos que la fase de estimulación es de su-
ma importancia en las lesiones por RF para evitar po-
sibles daño a nivel los nervios frénico y recurrente la-
ríngeo de manera principal. Una escala de 0-10
voltios; nivel sensorial: 50 Hz, con estimulación hasta
2 voltios. El paciente sentirá hormigueo en el brazo
por estimulación retrógrada. Estímulo motor: 2 Hz,
con estimulación hasta 2-2,5 voltios. No se obtendrá
contracción significativa. Es preciso que el paciente
diga “i”; si no puede hacerlo correctamente, sería un
dato de que la aguja de estimulación se encontrará
cercana al nervio laríngeo recurrente. Se debe com-
probar “manualmente”, situando una mano sobre la
caja torácica, que no exista contracción del diafragma.
La fase de lesión se realizará previa inyección de
0,5-1 ml de bupivacaína 0,25% antes de realizar la le-
sión. Se realizará durante 30-60 seg a 80º C y poste-
riormente se retirará la cánula para recolocarla y reali-
zar así las 2ª y 3ª lesiones. Siempre realizar un test de
TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO
ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 335
63
estimulación tras cada recolocación de cánulas. Para
interrumpir las fibras de la cadena simpática cervical,
se realizarán hasta 3 lesiones en “triángulo”. Poste-
riormente a la aplicación de RF no es necesario la ad-
ministración de anestésicos locales ni de corticoides.
6. CONTRAINDICACIONES
Se admiten como contraindicaciones absolutas las
siguientes:
1. El tratamiento con anticoagulantes, al igual que
para otras técnicas locorregionales.
2. La existencia de neumotórax o una resección
pulmonar en el lado contralateral, debido al peligro
potencial del mismo.
3. En los infartos cardiacos recientes, el bloqueo
del ganglio estrellado puede tener consecuencias fa-
tales, debido a la desconexión de las fibras simpáti-
cas del corazón (nervios aceleradores).
Puede considerarse como contraindicación relati -
va el glaucoma, ya que algunos autores han descrito
la provocación de un glaucoma por una serie de blo-
queos del estrellado. También los trastornos intensos
de la conducción del estímulo cardiaco (bloqueo A-
V), ya que el bloqueo del ganglio estrellado se inte-
rrumpen los ganglios simpáticos torácicos superiores
(fibras del corazón).
7. FÁRMACOS ANESTÉSICOS
En los bloqueos simpáticos de corta duración pue-
de utilizarse cualquiera de los anestésicos locales
convencionales. La asociación de adrenalina a las so-
luciones anestésicas provoca un leve incremento en
la duración del tiempo de acción que en pacientes
con patología vascular severa o vasoespasmo que
cuestionaría su utilización. La mepivacaína y la bu-
pivacaína como ejemplo, sin adrenalina, tendrían un
tiempo aproximado de duración de acción de 1,5-3
horas y de 3-10 horas respectivamente.
Incluso durante el uso diagnóstico del ganglio es-
trellado, con frecuencia, es deseable obtener un blo-
queo prolongado. Así, una solución de bupivacaína
al 0,25% con adrenalina al 1:200.000 suele ser nues-
tra primera elección. Una inyección de prueba de 1-2 ml
con lidocaína para posteriormente continuar con bu-
pivacaína (0,325 ó 0,25% en cantidad de 8-12 ml) es
una común y frecuente práctica en el bloqueo del
ganglio estrellado según la literatura revisada.
Recordaremos que el volumen de anestésico aplica-
do dependerá del tipo de bloqueo deseado y así, con 5 ml
de solución anestésica bloquearán correctamente el
ganglio estrellado. Hasta 10 ml bloquearán completa-
mente toda la extremidad superior e incuso, si nuestro
objetivo es el bloqueo de vísceras torácicas, se deben
administrar hasta 15-20 ml de solución anestésica.
Es útil el añadir un medio de contraste radiológico
(Conray –420) para confirmar la correcta difusión de
la solución inyectada. La inyección de 1-2 ml de so-
lución acuosa de fenol al 6 ó 10% en contraste radio-
lógico de Conray, a nivel de C6, interrumpiría la ca-
dena cervical pero no produciría un bloqueo
simpático cervicotorácico completo. Si se precisara
un bloqueo completo (simpatectomía química), pue-
den utilizarse soluciones acuosas de fenol al 6-7%,
soluciones de fenol al 7-10% en medios de contraste
radiológico o alcohol al 50-100%.
El brazo puede presentar un bloqueo parcial, en
cuyo caso puede utilizarse, como suplemento, la in-
yección de la cadena simpática en D2 y D3; no obs-
tante, esta técnica no es de habitual realización por la
proximidad de la pleura y de los nervios somáticos.
Puede también perforarse el manguito dural y, como
consecuencia, favorece la migración de la solución a
través del LCR hacia la médula espinal y sus impor-
tantes centros de control neurológico.
BIBLIOGRAFÍA
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336 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002
64
CORRESPONDENCIA:
Enrique Freire Vila
Servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor
Complexo Hospitalario Arquitecto Marcide.
Profesor Novoa Santos
C/ Estrada de San Pedro–Catabois, s/n
15405 Ferrol, A Coruña
Tlf.: 981.33.40.00. Ext: 34.138
e-mail: enrique.freire.vila@sergas.es
TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO
ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 337
65
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Técnicas e indicaciones del bloqueo del ganglio estrellado

  • 1. 56 Rev. Soc. Esp. Dolor 9: 328-337, 2002 Técnicas e indicaciones del bloqueo del ganglio estrellado para el tratamiento del dolor E. Freire* y M. A. Camba** 328 REVISIÓN Freire Vila E and Camba Rodríguez MA. Técnicas e indicaciones del bloqueo del ganglio estrellado para el tratamiento del dolor. Rev Soc Esp Dolor 2002; 9: 328-337. SUMMARY The popularity of neural blockade as a diagnostic, treat- ment and prevention tool in painful conditions is due to special characteristics of chronic pain. These conditions are, in most cases, inexactly defined and with unknowned pathophysiology. To clarify these challenging situations, nowa- days the diagnostic blocks are used to determine the pa- thophysiology of clinical pain, the site of nociception and the pain afferent neural pathways. In this way the informa- tion gained from these neural blocks may be applied to the choice of medicines, sort therapeutic blocks, approaching pathways, surgical procedures and may also be used to anti- cipate the response to neuroablative therapies (1). Next review tries to be an evaluation of the published support for the anatomy, indications, approaching techni- ques, clinical signs and complications about the stellate gan- glion blockade for the chronic pain management in patients with sort of pain like complex regional pain syndrom and other sympathetically mediated pain states. © 2002 Socie- dad Española del Dolor. Published by Arán Ediciones, S.L. Key words: Chronic pain. Anesthetic techniques. Sym- pathetic blockade. Stellate ganglion blockade. RESUMEN La popularidad del bloqueo nervioso como herramienta diagnóstica, de tratamiento y prevención para el dolor se de- be a las especiales características en dolor crónico. Estas con- diciones son, en la mayoría de los casos, definidas sin exacti- tud y de fisiopatología desconocida. Para clarificar estas situaciones cambiantes, los bloqueos diagnósticos se utilizan hoy en día para determinar la fisiopatología clínica del dolor, lugar de nocicepción y las vías neurológicas aferentes del do- lor. En este sentido la información obtenida gracias a los blo- queos nerviosos podría ser aplicada para la elección de medi- camentos, tipo de bloqueos terapéuticos, vías de abordaje, procedimientos quirúrgicos y también podría utilizarse para anticipar respuestas en terapias neuroablativas (1). La siguiente revisión intenta ser una evaluación de los trabajos publicados sobre anatomía, indicaciones, técnicas de aproximación, signos clínicos y complicaciones para la técnica de Bloqueo del Ganglio Estrellado en el manejo del dolor crónico en pacientes con síndromes dolorosos del ti- po complejo regional y otros estados dolorosos mediados simpáticamente. © 2002 Sociedad Española del Dolor. Publicado por Arán Ediciones, S.L. *Adjunto Servicio **Jefe de Servicio Servicio de Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor. Complexo Hospitalario Arquitecto Marcide / Profesor Novoa Santos. Ferrol. La Coruña Recibido: 17-04-02. Aceptado: 19-04-02. ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN 2. RECUERDO HISTÓRICO 3. DESCRIPCIÓN ANATÓMICA 4. INDICACIONES PRINCIPALES 5. REALIZACIÓN TÉCNICA 5.1. Preparación del paciente 5.2. Posicionamiento del paciente 5.3. Abordaje “paratraqueal” (anterior) 5.4. Abordajes alternativos 5.5. Otras técnicas 6. CONTRAINDICACIONES 7. FÁRMACOS ANESTÉSICOS
  • 2. Palabras clave: Dolor crónico. Técnicas anestésicas. Blo- queo simpático. Bloqueo ganglio estrellado. 1. INTRODUCCIÓN Los bloqueos nerviosos con anestésicos locales o con agentes neurolíticos han sido empleados desde la primera comunicación al respecto en el año 1881. En la actualidad son varias las aplicaciones de este tipo de bloqueos en relación con el tratamiento del dolor crónico y sus distintas manifestaciones clínicas (2). Los bloqueos nerviosos se han utilizado con dis- tintos fines desde las primeras investigaciones anató- micas y clínicas iniciadas ya desde finales del siglo XIX. Con fines diagnósticos, para determinar la gé- nesis del dolor; con fines pronósticos (bloqueos se- lectivos de raíces nerviosas), con fines terapéuticos para el alivio del dolor a largo plazo (bloqueos neu- rolíticos, ablación por radiofrecuencia) y en la última década, incluso con fines profilácticos para ayudar a prevenir memoria relacionada con el dolor. Aunque no hay uniformidad en las indicaciones para los bloqueos neurales, sí se acepta que entre un 50 y un 80% de los pacientes reciben beneficios de su terapéutica. Revisaremos a continuación uno de los procedi- mientos regionales: el bloqueo del ganglio estrellado (cervicotorácico), su técnica principal de bloqueo, sus indicaciones principales (4) y complicaciones de la técnica. 2. RECUERDO HISTÓRICO Las primeras descripciones de la anatomía del sis- tema nervioso simpático datan de 1528 cuando el anatomista Galeno describió un tronco nervioso que discurría a lo largo de las cabezas costales y que co- municaba con la médula espinal. Estableció ya en- tonces el concepto de simpatía entre diferentes partes del cuerpo. Estudios anatómicos posteriores describieron el vago y el tronco simpático como unidad funcional única hasta que Estienne (1545) los identificó como estructuras anatómicas individuales. Winslow (1732) fue el primer autor que denominó la cadena paraver- tebral “el gran nervio simpático”, y posteriormente Whytt (1765) escribió que toda la simpatía debía es- tar inicialmente referida al sistema nervioso central (SNC) ya que aparecía entre diferentes partes del or- ganismo que no tenían nervios interconectados. Durante el siglo XIX se realizaron disecciones anatómicas meticulosas con gran número de publica- ciones científicas que ayudaron a completar el cono- cimiento sobre el sistema nervioso autónomo y la di- ferenciación sobre los aspectos funcionales de las eferencias toracolumbares y craneosacra, a las que se las denominó sistema parasimpático. Con el inicio del siglo pasado diversos autores rea- lizaron investigaciones sobre el papel de los nervios simpáticos y la transmisión del dolor visceral a tra- vés de los mismos. Jonnesco fue el primero en de- mostrar que el dolor visceral en el hombre se trans- mitía por el sistema nervioso simpático cuando resecaba el ganglio estrellado y aliviaba satisfacto- riamente un caso de angina de pecho. Otros autores continuaron con las investigaciones sobre la utilización del bloqueo simpático como ar- ma terapéutica contra dolores intensos para síndro- mes dolorosos viscerales de difícil control. Koller fue primero en demostrar las propiedades anestésicas de la cocaína en 1884. Sellheim el primero en utili- zar el abordaje paravertebral en 1905 y Kapis y otros comenzaron a utilizar el bloqueo paravertebral sim- pático en 1923 para este tipo de dolores. Los avances en la investigación anatómica sobre la cadena simpática hicieron posible que desde el primer tercio del siglo XX se practicase, como técni- ca habitual, el bloqueo del ganglio estrellado. Leri- che estudió la función del ganglio estrellado y su re- lación con el control del dolor en procesos como causalgia y distrofia simpático refleja, procesos que fueron ya tratados en un gran número de heridos du- rante la Segunda Guerra Mundial (3). Progresivamente desde los últimos años se han mejorado las técnicas de abordaje, los materiales em- pleados, los diseños de las agujas y el descubrimien- to de nuevos anestésicos locales que ha promovido en conjunto un renovado interés en el conocimiento, aprendizaje y la utilización de estas técnicas para el tratamiento del dolor en sus múltiples facetas. 3. DESCRIPCIÓN ANATÓMICA El tronco cervical simpático o cadena simpática cervical es una continuación cefálica del tronco sim- pático torácico que se encuentra en un espacio fasci- culado y limitado; por detrás por la fascia de los músculos paravertebrales y por delante por la vaina de la carótida (5). Está formado por tres ganglios: el TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 329 57
  • 3. ganglio cervical superior, el más voluminoso de los tres, fusiforme, de 2 a 5 cm de longitud y que gene- ralmente está situado enfrente de la primera vértebra cervical y que se asocia con los cuatro niveles cervi- cales superiores; el ganglio cervical medio, irregular, nunca excede de 10 mm de longitud y situado por de- bajo y enfrente del tubérculo carotídeo a nivel de la sexta vértebra cervical, que cuando está presente, se relaciona con C5 y C6; y el ganglio (inferior) estre - llado, es constante, por lo general situado enfrente de las vértebras séptima cervical y primera torácica, fusionado con el primer ganglio torácico forma una masa irregular (aspecto de araña) (6). El ganglio estrellado es la fusión (7-9) del ganglio cervical inferior y el primer ganglio torácico, de aquí el nombre de ganglio cervicotorácico. La porción cervical de la cadena simpática y los ganglios se si- túan en la superficie anterior y de modo separado de las apófisis transversas de las vértebras cervicales por entre la delgada musculatura paravertebral. Dado que el abordaje anterior del ganglio estrellado se rea- liza frecuentemente a nivel de la sexta vértebra cer- vical a nivel del tubérculo de Chaussignac (o tubér- culo carotídeo), es evidente que el término de “bloqueo estrellado”, no es en realidad un nombre adecuado. Para conseguir un bloqueo del ganglio es- trellado (cervicotorácico) los anestesiólogos deben confiar en la difusión del anestésico local a lo largo de los músculos paravertebrales. Para obtener los mejores resultados posibles, la solución de anestésico local debe rellenar el espacio anterior a la fascia prevertebral, al menos hasta el ni- vel de D4, confiando en la descripción anatómica que hemos realizado admitiremos como mejor deno- minación la de “bloqueo simpático cervicotorácico” frente a la actual y de frecuente uso de “bloqueo del ganglio estrellado”. La inervación simpática de la cabeza, cuello y ex- tremidad superior depende de la cadena simpática cervical y torácica superior. Aunque las fibras pre- ganglionares simpáticas destinadas a la cabeza, el cuello y la extremidad superior proceden de segmen- tos medulares dispersos, desde D1 a D6, las vías conductoras simpáticas convergen y cruzan por de- lante de la primera costilla. La cadena simpática des- cansa en la región cervical en la porción anterolate- ral del cuerpo vertebral. Los ganglios simpáticos cervical inferior y primero torácico pueden estar se- parados o fusionados (formando entonces el llamado ganglio estrellado o cervicotorácico). La mayoría de los individuos tienen el ganglio cervical inferior fusionado al primer ganglio toráci- co. Si bien el ganglio en sí es inconstante, común- mente mide 2,5 cm de largo; 1,0 cm de ancho y 0,5 cm de espesor. Suele situarse por delante del cuello de la primera costilla albergado en la fosilla suprarretro- pleural (6) y se extiende hacia el espacio entre C7 y D1 próximo a la apófisis transversa, quedando recu- bierto por la cúpula pleural en su parte inferior. En su parte superior, por la arteria vertebral. Posterior- mente queda limitado por las apófisis transversas y la fascia prevertebral. Lateral y externamente discu- rren los músculos escalenos (10). El ganglio estrellado (8) aporta la inervación simpá- tica de la extremidad inferior a través de los ramos co- municantes grises de C7, C8 y D1; y, ocasionalmente, C5 y C6. Otras contribuciones más inconstantes para la extremidad superior provienen de los ramos comuni- cantes grises de D2 y D3. Son fibras implicadas algu- nas veces en un alivio inadecuado del dolor mediado simpáticamente, a pesar de los signos de un bloqueo efectivo del ganglio. Estas vías anómalas se han deno- minado nervios de Kuntz y pueden bloquearse única- mente mediante abordaje posterior, que aunque técnica- mente de mayor dificultad de realización, con las técnicas modernas de formación de imagen (tomografía computerizada, radioscopia portátil, etc.) se puede lle- gar a prevenir el riesgo de complicaciones importantes. 4. INDICACIONES PRINCIPALES El tratamiento del dolor no es uno de los motivos principales de desconexión del simpático mediante bloqueo o intervención quirúrgica. Si relacionamos el problema del dolor directamente con la descone- xión del simpático, encontramos cuatro causas prin- cipales del origen del “dolor simpático”: relaciona- do con la irrigación sanguínea, con el espasmo o contracción de la musculatura estriada, dilatación ga- seosa de los órganos huecos como causa evidente de dolor y dolores vasculares producido por la inyec- ción inadecuada en las arterias o debido a obstruc- ciones mecánicas repentinas. Podría consecuente- mente afirmarse que la eliminación del dolor por interrupción del simpático depende de tres hechos: a) los impulsos dolorosos procedentes de los vasos pa- san por el tronco simpático antes de alcanzar la mé- dula espinal; b) la vasoconstricción y la vasodilata- ción son reguladas por el simpático; especialmente la interrupción de la vasoconstricción en la región del simpático es capaz de hacer desaparecer los dolores vasculares por medio de una mejor irrigación y la apertura de circulaciones colaterales; y c) en tercer lugar, el tono de los órganos huecos quedaría modifi- cado por la interrupción del simpático. 330 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002 58
  • 4. Situaciones clínicas en las que puede ser beneficioso el bloqueo cervicotorácico Insuficiencia vascular en el brazo —Oclusión vascular traumática o embólica o cir- culatoria oclusiva “aguda o crónica” (11,12). —Vasoespasmo post-embolectomía. —Enfermedad de Raynaud. —Esclerodermia. —Arteriopatías. —Congelaciones. Dolor —Síndrome regional complejo. Síndrome Hom- bro-mano. Atrofia Südeck (13). —Causalgia tras traumatismo abdominal (14). —Herpes zoster facial o cervical. —Neuralgia post-herpética temprana (15). —Miembro fantasma en extremidad superior (16). —Enfermedad de Paget. —Neuritis post-radiación. —Neoplasia. —Cambios tróficos en la piel. —Dolor secundario a lesiones del SNC (17). —Angor pectoris intratable (18). Otras —Hiperhidrosis (19). —Diversas situaciones clínicas que afectan la re- gión de la cara y el cráneo: accidente vascular cere- bral (enfermedad de Ménière, acúfenos). —Cefaleas vasculares (20). —Amblioplía por intoxicación quinidínica (tam- bién provoca espasmo y trombosis de la arteria de la retina) (21). —Ceguera súbita. Todas estas son indicaciones a las que además del bloqueo diagnóstico inicial, se acompañó alguna de las pruebas de valoración clínica, para el control de la abla- ción simpática, el flujo sanguíneo y el grado de dolor. Como indicaciones clínicas controvertidas hemos de resaltar la utilización de este bloqueo en el dolor del miembro fantasma, neuralgia post-herpética, oclusión vascular de grandes vasos, epiplegía y en- fermedad de Ménierè han tenido resultados cuestio- nables. Otros problemas como la angina de pecho, requieren el bloqueo de los cinco ganglios simpáti- cos torácicos superiores, además del ganglio estrella- do, para conseguir el alivio del dolor. 5. REALIZACIÓN TÉCNICA Se han descrito numerosas técnicas para efectuar la desconexión simpática del ganglio cervicotorácico. Se han utilizado vías de acceso: anterior, lateral y posterior, siendo hoy en día casi no empleadas más que las vías de acceso anteriores para este tipo de blo- queos. Han de mantenerse dos consideraciones técni- cas-anatómicas principales. En primer lugar, la inser- ción de la aguja a nivel de la vértebra cervical C7 o C6 en el cuello, a nivel de la primera costilla con el considerable riesgo de producción de neumotórax; y en segundo lugar, el hecho de mantener el posiciona- miento de la aguja para conseguir una correcta difu- sión del anestésico local inyectado dado el importante volumen del mismo inyectado a dicho nivel. Son és- tas, bases del abordaje anterior descritas ya por Leri- che en sus primeros trabajos a mitad del siglo pasado. 5.1. Preparación del paciente Es menos probable que el paciente se frustre, de- sespere o se muestre incómodo ante la realización de la técnica si previamente se le ofrece una explicación conveniente del procedimiento, los efectos secunda- rios y de los riesgos potenciales. Además el paciente ha de ser responsable de la decisión tomada y debe comprender que existen riesgos y que pueden apare- cer las complicaciones, recogiendo el consentimiento informado del mismo para el procedimiento. Igualmente se puede establecer en esta fase un sis- tema de comunicación con el paciente ya que la posi- bilidad de desplazamiento de la aguja una vez inser- tada es alta. Evitaremos de esta manera que el paciente hable mientras se lleva a cabo la técnica. 5.2. Posicionamiento del paciente El paciente se coloca en decúbito supino con la ca- beza ligeramente elevada o inclinada hacia atrás (hipe- rextensión) para estirar el esófago contra las apófisis transversas del lado izquierdo, con el cuello ligera- mente extendido y la boca semiabierta para relajar la musculatura del cuello. Esta postura se facilita con la retirada de la almohada al paciente o bien permitiendo una pequeña almohada antes de la realización de la técnica. La colocación de una pequeña toalla o sábana doblada debajo de los hombros facilita en la mayoría de los pacientes la extensión del cuello y la palpación de los puntos óseos. Se recomienda al paciente que no hable ni degluta durante el procedimiento. TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 331 59
  • 5. 5.3. Técnica “paratraqueal” (anterior) Inicialmente la técnica estándar de Herget con re- ferencias anatómicas sobre el borde inferior del car- tílago cricoides y la zona articular esternoclavicular y que sitúa el cuerpo de la segunda vértebra dorsal fue una de las más popularizadas. Hoy en día las mo - dificaciones técnicas realizadas por Nolte son las que aluden a un bloqueo cervicotorácico más empleado y que a continuación describiremos. Técnica: palparemos entre el músculo esternoclei- domastoideo (ECM) y la tráquea buscando la presen- cia de pulso carotídeo entre los dedos índice y medio de la mano. Encontraremos la apófisis transversa cer- vical más prominente, C6 (tubérculo de Chaussignac), situada a la altura del cartílago cricoides. Esperaremos localizar este tubérculo en la cara medial del ECM y en la mayoría de los pacientes aproximadamente a 1,5 cm de la línea media del cuello. Rechazaremos detrás de las yemas de ambos dedos la arteria carótida y la vena yugular interna. De esta manera, lateralizando los vasos, dejaremos entre nuestros dedos el tubérculo de C6. Realizaremos una fuerte presión con ambos de- dos y con una aguja de calibre 22, 23 ó 25, de bisel corto y 4-5 cm de longitud, recorreremos una mínima distancia al atravesar la piel dirigiéndonos a la punta del tubérculo de C6. Después de contactar con él (sin penetrar en el periostio), aspiraremos repetidamente. Retiraremos la presión del dedo más caudal de los dos dedos que empleamos en la localización del punto mientras mantenemos la presión del dedo superior. Retirando de 1 a 2 (2-5) mm la aguja buscaremos que el anestésico local inyectado (8-10 ml) difunda hacia el ganglio. Posteriormente a la realización del bloqueo colocaremos al paciente en posición semisentado, esto hará que el anestésico local difunda caudalmente ha- cia el ganglio simpático torácico superior. El volumen total de la solución dependerá del blo- queo deseado. Si se coloca adecuadamente, con 5 ml de solución bloquearán correctamente el ganglio es- trellado. Este volumen no bloqueará las posibles con- tribuciones de D2 y D3. La inyección de hasta 10 ml de solución bloqueará completamente toda la inerva- ción simpática de la extremidad superior, incluso en pacientes con vías anómalas de Kuntz. En caso de que la administración de solución anestésica tenga como objetivo el bloqueo de vísceras torácicas me- diadas por el simpático, incluido el corazón, se deben administrar de 15 a 20 ml de solución anestésica. En raras ocasiones es necesario un habón anestési- co en el punto de entrada si bien es aconsejable ex- cepcionalmente cuando la técnica se prevee compli- cada, en pacientes con cuellos cortos obesos o la realización se lleva a cabo por médicos inexpertos que requerirá de varias punciones. Se da por supuesto la preparación de la piel con soluciones antisépticas y la preparación de un campo quirúrgico adecuado. El bloqueo puede realizarse de manera “ciega” pe- ro se ha documentado un incremento de los porcenta- jes de éxito de la técnica desde un 27-70% hasta un 90% al incorporar la utilización de la radioscopía portátil (22) para la realización de la técnica. Deben practicarse varias aspiraciones (23,14) antes y después de variar el posicionamiento de la aguja 90º. Si no aparece sangre, se deben inyectar 1-2 ml de anestésico local (p.e. lidocaína) como dosis prueba en todos los casos. Esta pequeña dosis inyectada en arte- ria podría desencadenar la pérdida de conciencia y una actividad comicial (24). Una resistencia elevada a la inyección del anestésico podría indicar una adminis- tración perióstica, mientras que una inyección fácil puede indicar la localización intramuscular en la zona paravertebral. Un dolor irradiado indicaría la excesiva introducción de la aguja que podría haber penetrado en una raíz nerviosa. Una inyección intradural acci- dental se manifestaría como anestesia raquídea alta con dificultad ventilatoria del paciente. 5.3.1. Signos clínicos de bloqueo La interrupción de la inervación simpática de la cabeza, a cargo del ganglio estrellado, se comprueba fácilmente por presencia de un síndrome de Horner caracterizado por: ptosis (caída del párpado supe- rior), miosis (pupila pequeña) y enoftalmus (hundi- miento del globo ocular), indica un bloqueo simpáti- co de la cara pero no necesariamente de la extremidad superior, que en algún caso podrían reci- bir aferencias simpáticas de zonas medulares más in- feriores, por ejemplo desde D9. Malmqvist y cols. encontraron que el 48% de pa- cientes presentaron un incremento de 2º C o más en la temperatura 20 min después del bloqueo, mientras que el 87% desarrollaron síndrome de Horner (25). En otro estudio similar Hogan y cols., a su vez refieren que un 60% de los pacientes tienen incremento de 1,5º C de temperatura ipsilateral y que un 84% presentan síndro- me de Horner. Se requiere un aumento térmico, vasodi- latación y anhidrosis para confirmar el bloqueo. En trabajos recientes, Stevens y cols. (26) conclu- yeron como un buen parámetro de control de éxito en la realización del bloqueo del ganglio estrellado la di- ferencia de temperatura entre el miembro ipsilateral y contralateral mayor de 2º C (Tªi-Tªc>2). En su estudio fue un buen predictor pero de insuficiente garantía pa- 332 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002 60
  • 6. ra evaluar el bloqueo simpático. La ingurgitación de las venas del dorso de la mano y del antebrazo, el re- flejo psicogalánico, la pletismografía, la termografía y la prueba del sudor, son otras opciones para la com- probación del correcto bloqueo del ganglio estrellado con implicación de la extremidad superior. Se han descrito otros signos asociados como blo- queo unilateral de la nariz, secundario a la congestión de la mucosa nasal (signo de Guttmann), enrojeci- miento (inyección) conjuntival y cutáneo y anhidrosis facial (ausencia de sudoración). Son estos signos que podrían estar presentes sin una interrupción completa de los nervios simpáticos de la extremidad superior. La ptosis y la congestión conjuntival pueden aliviarse con colirios de neosinefrina, agonista alfa. 5.3.2. Efectos secundarios y complicaciones En primer lugar ha de hacerse evidente la diferen- ciación de los efectos secundarios desagradables de- bidos al síndrome de Horner (miosis, ptosis, enoftal- mus) frente a las complicaciones. Las complicaciones más frecuentes aparecen por difusión del anestésico local en la proximidad de es- tructuras nerviosas cercanas. Los nervios recurrente, laríngeo y frénico pueden ser bloqueados si la posi- ción de la aguja no es la ideal. Los pacientes deberán ser advertidos de que pueden experimentar la sensa- ción de un nudo o hinchazón en la garganta o de dis- nea y permanecer, temporalmente roncos. General- mente es suficiente con tranquilizarlos previa información de estas eventualidades. Mientras estén alterados los reflejos laríngeos, debe desaconsejarse la ingesta líquida y sólida. El bloqueo bilateral del ganglio estrellado raras veces está indicado, dado que provoca un serio com- promiso respiratorio y la pérdida de los reflejos la- ríngeos. El bloqueo del nervio frénico provoca una parálisis temporal del diafragma y puede llegar a producir cierto compromiso respiratorio en los pa- cientes cuya reserva respiratoria esté gravemente comprometida. Las dos complicaciones más temidas del bloqueo del ganglio estrellado son la inyección intramedular y las convulsiones secundarias a la inyección intra- vascular (24,25,27). El compromiso ventilatorio y la necesidad de venti- lación mecánica pueden ser resultado de la inyección en el espacio epidural (si se utilizan altas concentra- ciones de anestésico local) o en el espacio intratecal. No se necesitarán fármacos para la canulación orotra- queal por la profunda anestesia de la laringe. En muchas ocasiones ocurre la inyección intravas- cular en la arteria vertebral. Pequeñas cantidades de anestésico local provocan inconsciencia, parálisis res- piratoria, convulsiones, y en ocasiones, hipotensión arterial intensa. Puede ser necesaria la utilización de abundantes líquidos intravenosos, vasopresores, oxí- geno e intubación orotraqueal. Si el volumen de AL es pequeño en episodio se resolverá con brevedad. Otra complicación es el riesgo de neumotórax al utilizar el abordaje anterior. La localización de es- tructuras en base al tubérculo de C7 y la inserción caudal de la aguja, incrementará los riesgos de pene- trar en el vértice pulmonar. Suele ocurrir en sujetos altos, delgados cuyo vértice pulmonar se encuentra algo más arriba que en el resto de paciente. —Resumen de las complicaciones más frecuentes: Frecuentes: 1. Ronquera temporal y sensación de cuerpo extra- ño en la garganta (bloqueo del nervio laríngeo recu- rrente). 2. Efectos desagradables del síndrome de Horner (miosis, ptosis, enoftalmus). 3. Hematomas (28). 4. Neuralgia en la caja torácica y la zona interior del brazo. Infrecuentes: 1. Afectación del plexo braquial. 2. Bloqueo del nervio frénico. 3. Neumotórax. 4. Osteítis de la apófisis transversa. Severas: 1. Inyección intraarterial (27): efectos neurológi- cos inmediatos, pérdida consciencia, convulsiones. 2. Inyección epidural / intradural (29) inicio lento de sintomatología (30). A tener en cuenta además que la inyección en la fascia paravertebral podría difundir el anestésico lo- cal hacia el plexo braquial y producir un bloqueo de la extremidad superior (31). Se desaconseja la inyección bilateral por el riesgo de bloqueo bilateral del nervio laríngeo recurrente y de los consiguiente problemas de la vía aérea (pérdi- da del reflejo laríngeo). Por otro lado la pérdida de la actividad cardioace- leradora (32) puede favorecer la aparición de bradi- cardias e hipotensión arterial. Cuando se produce hematoma (28,33) puede ser necesario inyectar por debajo de C6. Esto se consi- gue habitualmente ya que es posible advertir la per- foración de la fascia prevertebral y de los ligamen- tos sobre C7; la aguja debe retirarse luego unos milímetros antes de practicar el bloqueo en la forma TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO ESTRELLADO PARA ELTRATAMIENTO DEL DOLOR 333 61
  • 7. descrita; no obstante, el riesgo de neumotórax au- menta. 5.4. Abordajes alternativos (34) 5.4.1. Abordajes anteriores alternativos —Abordaje anterior dirigido de Philipides. Des- crito en torno a 1940 y que realizaba con la ayuda de un “arco de puntería” basándose en muchas investi- gaciones radiológicas que le llevaron a demostrar que la cabeza de la 1ª costilla, se encuentra siempre a 2,5-3 cm del eje corporal, a la misma altura que la apófisis espinosa de la vértebra dorsal primera. —Abordaje alternativo C7. Respecto al abordaje anterior C6, necesitaría menos volumen de anestésico para provocar la interrupción total de la inervación simpática de la extremidad superior. La aparición del bloqueo del nervio laríngeo recurrente es menos fre- cuente. Pero la técnica presenta un par de inconve- nientes: la colocación de la aguja es más complicada por las referencias anatómicas menos marcadas y es riesgo de provocar neumotórax es mayor. 5.4.2. Técnica continua (paratraqueal anterior) Se ha descrito una técnica continua (35) utilizando un catéter radioopaco de teflón, introducido bajo control radiológico, por la técnica paratraqueal ante- rior. Ha de fijarse adecuadamente y debe tenerse en cuenta la posible movilización del catéter en la zona próxima a la arteria vertebral, la zona del manguito dural y otras estructuras delicadas de la zona (36). Se podría realizar esta punción sobre el tubérculo de C6. Medial al pulso carotídeo se realiza una punción so- bre la apófisis transversa y se podría dejar un catéter ca- libre 16 para bloqueo prolongado, entre 3 a 7 días (37). 5.4.3. Abordaje lateral —Anterolateral de Leriche y Fontaine El paciente se posiciona horizontalmente con la cabeza a medias hacia el lado sano. La inyección se realiza en el borde posterior del ECM, exactamente a 2 cm por encima de la clavícula y en dirección a la apófisis espinosa de D1. A una profundidad de 6-8 cm, se alcanza hueso, es decir la 1ª costilla, delante de la cual se encuentra el ganglio. Puede elegirse como “blanco óseo” la apófisis espinosa de C7 pero es ne- cesario modificar la dirección una vez realizado el contacto óseo, más profundo y más lateralmente. —Método lateral de Goinard y Pitkin Se intenta alcanzar el ganglio por vía lateral, puncio- nando el borde anterior del trapecio a media altura del triángulo supraclavicular y siguiendo entonces el con- tacto óseo de la cánula con la 1ª costilla hasta llegar al ganglio estrellado. Es un método no generalizado ya que no protege de los potenciales riesgos de lesión pleural. 5.4.4. Abordaje posterior Reservado para pacientes que desarrollado un sín- drome de Horner por vía anterior, no manifiestan otros signos de denervación de la extremidad supe- rior. Ocurre en pacientes en los que a pesar de blo- queos repetidos y bien localizados, exista una barre- ra fascial que evite la difusión caudal del fármaco. Igualmente en pacientes con dificultades anatómicas por heridas en el esternón, cicatrices, enfermedades de la piel, etc. El abordaje a nivel D2-D3 producirá una irrupción simpática de la extremidad superior. El principal in- conveniente es el alto riesgo de provocar un neumo- tórax. El ápex del pulmón se encuentra muy cercano a la cadena simpática a nivel de D2 y es muy difícil evitarlo incluso para los médicos más experimenta- dos. Con el apoyo visual de la tomografía computeri- zada (TC) se puede situar la aguja más fácilmente. (38). La técnica se puede llevar a cabo con el paciente en posición decúbito prono o lateral con el lado a bloquear hacia arriba. La posición prono aporta ma- yor nivel de información a las técnicas de imagen pa- ra el posicionamiento correcto de la aguja. 5.4.4.1. Punción posterior de White y Mandl Con el paciente sentado, debe arquear el dorso, echar los hombros hacia delante y cruzar los brazos. La punción se realiza a unos 4-6 cm por fuera de la línea interespinosa a nivel de D1. Con un ángulo de 60º con el plano medio, según el espesor del panículo adiposo y la musculatura, la cánula tropieza a 5 cm con la resistencia de la apófisis transversa de D1. Se pasa por encima o or debajo con una ligera modifica- ción de la dirección hasta el segundo contacto óseo que indica la cara lateral del cuerpo vertebral por de- lante del ganglio estrellado. 334 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002 62
  • 8. 5.4.4.2. Bloqueo estándar posterior de Reischauer El paciente se sienta sobre una mesa de exploración o en una silla con la espalda dirigida hacia el médico y se le pide que incline la cabeza lo más posible con ob- jeto de localizar con mayor facilidad la apófisis trans- versa de C7. Se introduce la cánula a unos 4 cm por fuera de la línea media y en el centro de las líneas transversales de las espinas de C6 y C7, completamen- te perpendicular a la superficie de la piel paralela al plano medio hasta alcanzar 3-3,5 cm con la punta las masas laterales de los arcos vertebrales cervicales. En- tonces se dirige la punta a lo largo del hueso y se incli- na 45º hacia arriba y hacia fuera, en una dirección di- vergente y craneal con relación al plano medio, hasta los bordes externos de los arcos VI y VII con sensa- ción de pérdida de resistencia ósea. La introducción de la cánula en sentido sagital se marcará con 1 ml de so- lución por mm de penetración hasta percibir el pacien- te un dolor escapular (señal del ganglio estrellado). Debe mantenerse la aguja lo más paramedial posible, es decir, lo menos divergente que permita el hueso. 5.5. Otras técnicas 5.5.1. TENS Con la aparición de serias complicaciones tras la realización del bloqueo del ganglio estrellado (cervico- torácico) algunos autores como Larsen y cols. (39) su- girieron la posibilidad de realizar técnicas no invasivas como la estimulación transcutánea (TENS) para la in- terrupción exitosa de flujo de cadena simpática desde el ganglio cervicotorácico. No se ha podido demostrar la efectividad de este método para conseguir el propó- sito de un bloqueo simpático diagnóstico ni terapéutico en un estudio diseñado con voluntarios sanos en los que se comparaba el bloqueo del ganglio estrellado bien por método TENS bien por método tradicional con anestésicos locales sin poder sustituir a este último como método propósito diagnóstico para el dolor sim- pático mediado desde el ganglio estrellado. 5.5.2. Radiofrecuencia (RF) Las lesiones por radiofrecuencia (RF) sobre el gan- glio estrellado surgen como una alternativa de trata- miento para los síndromes de dolor crónicos durante las últimas décadas. Diversos trabajos como en de Forouzanfar y cols. (40) comparan y demuestran con resultados similares, la efectividad de la RF en el tra- tamiento del dolor crónico en pacientes afectos de do- lor crónico del tipo distrofia simpático refleja tipos I y II (41,42), dolores isquémicos (tipo fenómeno de Raynaud), cervicobraquialgia o dolores post-toraco- tomías. En el estudio de Forouzanfar se recoge una amplia revisión de la literatura respecto al bloqueo del ganglio estrellado por el método clásico y valora las complicaciones de la técnica así como la introduc- ción de la RF como técnica alternativa para el trata- miento y control del dolor. Los estudios sobre el con- trol del dolor por tratamiento con RF son buenos pero carecen en parte de rigor científico por lo que la efi- cacia terapéutica no puede ser juzgada. Encuentran una reducción del dolor de más de un 50% en pobla- ción seleccionada por un periodo medio de 52 sema- nas pero que si se traslada a población general no se- leccionada ofrece resultados de un 15,5% de eficacia de la RF para el control del dolor. La revisión de la li- teratura sobre el alivio del dolor tras bloqueo del gan- glio estrellado se muestra de manera parcial en un 41,3% de pacientes de manera completa hasta en un 37,8% de pacientes tras realizar una media de 5 blo- queos del ganglio por paciente. No se dispone de ci- fras medias respecto a la duración media del efecto de control del dolor por bloqueo farmacológico. La lesión producida no interrumpirá todo el gan- glio. Es una técnica que puede repetirse si la situación clínica persiste. Es un tipo de lesión que no producirá síndrome de Horner y si éste se presentara sería de modo transitorio (una semana), resolviéndose de ma- nera espontánea. Un dolor importante durante el pro- ceso de estimulación podría orientarnos a incorrecta localización de la cánula de estímulo y llevarnos a po- sible lesión sobre el nervio recurrente laríngeo. Recordaremos que la fase de estimulación es de su- ma importancia en las lesiones por RF para evitar po- sibles daño a nivel los nervios frénico y recurrente la- ríngeo de manera principal. Una escala de 0-10 voltios; nivel sensorial: 50 Hz, con estimulación hasta 2 voltios. El paciente sentirá hormigueo en el brazo por estimulación retrógrada. Estímulo motor: 2 Hz, con estimulación hasta 2-2,5 voltios. No se obtendrá contracción significativa. Es preciso que el paciente diga “i”; si no puede hacerlo correctamente, sería un dato de que la aguja de estimulación se encontrará cercana al nervio laríngeo recurrente. Se debe com- probar “manualmente”, situando una mano sobre la caja torácica, que no exista contracción del diafragma. La fase de lesión se realizará previa inyección de 0,5-1 ml de bupivacaína 0,25% antes de realizar la le- sión. Se realizará durante 30-60 seg a 80º C y poste- riormente se retirará la cánula para recolocarla y reali- zar así las 2ª y 3ª lesiones. Siempre realizar un test de TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 335 63
  • 9. estimulación tras cada recolocación de cánulas. Para interrumpir las fibras de la cadena simpática cervical, se realizarán hasta 3 lesiones en “triángulo”. Poste- riormente a la aplicación de RF no es necesario la ad- ministración de anestésicos locales ni de corticoides. 6. CONTRAINDICACIONES Se admiten como contraindicaciones absolutas las siguientes: 1. El tratamiento con anticoagulantes, al igual que para otras técnicas locorregionales. 2. La existencia de neumotórax o una resección pulmonar en el lado contralateral, debido al peligro potencial del mismo. 3. En los infartos cardiacos recientes, el bloqueo del ganglio estrellado puede tener consecuencias fa- tales, debido a la desconexión de las fibras simpáti- cas del corazón (nervios aceleradores). Puede considerarse como contraindicación relati - va el glaucoma, ya que algunos autores han descrito la provocación de un glaucoma por una serie de blo- queos del estrellado. También los trastornos intensos de la conducción del estímulo cardiaco (bloqueo A- V), ya que el bloqueo del ganglio estrellado se inte- rrumpen los ganglios simpáticos torácicos superiores (fibras del corazón). 7. FÁRMACOS ANESTÉSICOS En los bloqueos simpáticos de corta duración pue- de utilizarse cualquiera de los anestésicos locales convencionales. La asociación de adrenalina a las so- luciones anestésicas provoca un leve incremento en la duración del tiempo de acción que en pacientes con patología vascular severa o vasoespasmo que cuestionaría su utilización. La mepivacaína y la bu- pivacaína como ejemplo, sin adrenalina, tendrían un tiempo aproximado de duración de acción de 1,5-3 horas y de 3-10 horas respectivamente. Incluso durante el uso diagnóstico del ganglio es- trellado, con frecuencia, es deseable obtener un blo- queo prolongado. Así, una solución de bupivacaína al 0,25% con adrenalina al 1:200.000 suele ser nues- tra primera elección. Una inyección de prueba de 1-2 ml con lidocaína para posteriormente continuar con bu- pivacaína (0,325 ó 0,25% en cantidad de 8-12 ml) es una común y frecuente práctica en el bloqueo del ganglio estrellado según la literatura revisada. Recordaremos que el volumen de anestésico aplica- do dependerá del tipo de bloqueo deseado y así, con 5 ml de solución anestésica bloquearán correctamente el ganglio estrellado. Hasta 10 ml bloquearán completa- mente toda la extremidad superior e incuso, si nuestro objetivo es el bloqueo de vísceras torácicas, se deben administrar hasta 15-20 ml de solución anestésica. Es útil el añadir un medio de contraste radiológico (Conray –420) para confirmar la correcta difusión de la solución inyectada. La inyección de 1-2 ml de so- lución acuosa de fenol al 6 ó 10% en contraste radio- lógico de Conray, a nivel de C6, interrumpiría la ca- dena cervical pero no produciría un bloqueo simpático cervicotorácico completo. Si se precisara un bloqueo completo (simpatectomía química), pue- den utilizarse soluciones acuosas de fenol al 6-7%, soluciones de fenol al 7-10% en medios de contraste radiológico o alcohol al 50-100%. El brazo puede presentar un bloqueo parcial, en cuyo caso puede utilizarse, como suplemento, la in- yección de la cadena simpática en D2 y D3; no obs- tante, esta técnica no es de habitual realización por la proximidad de la pleura y de los nervios somáticos. Puede también perforarse el manguito dural y, como consecuencia, favorece la migración de la solución a través del LCR hacia la médula espinal y sus impor- tantes centros de control neurológico. BIBLIOGRAFÍA 1. Breivik H, Cousin M, Löfström J. Sympathetic neural blockade of upper and lower extremity. In: Cousins MJ, Bridenbaugh PO. Neural Blockade in the clinical Anesthesia and Management of Pain. 3rd edition. Philadelphia: JB Lippincott, 1998. p. 411-47. 2. Raja SN. Nerve blocks in the evaluation of chronic pain. Anesthesiology 1997; 86: 4-6. 3. Hogan QH, Abram SE. Neural blockade for diagnosis and prognosis. A review. Anesthesiology 1997; 86: 216-41. 4. López Alarcón MD, Andrés JDE. Bloqueo del gan- glio estrellado: aplicaciones en el tratamiento del do- lor crónico. Rev Esp Anestesiol Reanim 1999; 6: 449-53. 5. Bannister LH, Berry MM, Dyson M, et al. Gray’s anatomy. New York: Churchill Livingstone, 1995. 6. Testud L, Latarjet A. Sistema organovegetativo cervi- 336 E. FREIRE y M. A. CAMBA Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 9, N.º 5, Junio-Julio 2002 64 CORRESPONDENCIA: Enrique Freire Vila Servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor Complexo Hospitalario Arquitecto Marcide. Profesor Novoa Santos C/ Estrada de San Pedro–Catabois, s/n 15405 Ferrol, A Coruña Tlf.: 981.33.40.00. Ext: 34.138 e-mail: enrique.freire.vila@sergas.es
  • 10. TÉCNICAS E INDICACIONES DEL BLOQUEO DEL GANGLIO ESTRELLADO PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR 337 65 cal, tronco y ganglios. Compendio de anatomía des- criptiva. Barcelona: Ed. Salvat Editores, S.A., 1987. p. 501-3. 7. Katz J. Stellate ganglion. Atlas of Regional Anesthe- sia. 2nd ed. Norwalk, Connecticut: Ed. Appleton & Lange. 1994: 50-1. 8. Bloqueo de los nervios simpáticos. Cabeza, cuello y tronco P. Prithvi Raj. Tratamiento práctico del Dolor. 2ª ed. Madrid: Ed. Mosby / Doyma libros, 1995. p. 765-78. 9. Brown David L. Bloqueo del ganglio estrellado. Atlas de Anestesia regional. 1.ª ed. Filadelfia (Pensil- vania). EEUU: Ed. Harcourt & Brace, 1998. 10. Moore DC. Stellate Ganglion Block. Springfield, Charles C. Thomas, 1954. 11. Muncunill GJ, Esteban MS, Vidal CV, Mañosa BJ, Díaz ZM. Infiltración del ganglio estrellado. Angio- logía, 1987; 39: 89-94. 12. Holthusen H, Stanton-Hicks M, Arndt JO. Sympathe- tic block does not reduce acute vascular pain in hu- mans. 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