1. TEMA 15. LA SEGUNDA REPÚBLICA
15.1. La Segunda República: La Constitución de 1931 y el bienio reformista.
- El nuevo sistema político republicano
a) Las primeras reformas del Gobierno Provisional
El establecimiento del nuevo régimen fue recibido con esperanza, júbilo y entusiasmo
por la mayoría de los españoles, que abarrotaron las calles y plazas de todas las ciudades
para celebrar la caída de la monarquía. Este imprevisible y revolucionario cambio
político se consumó con sorprendente rapidez y apenas se registraron enfrentamientos
de importancia. Así, el 14 de abril de 1931 fue proclamada la Segunda República
española como consecuencia inmediata de los resultados de las elecciones municipales
y de forma más profunda por la crisis política de la dictadura y del sistema de la
Restauración. El primer lugar en que se declaró fue en Eibar, luego en Barcelona y,
finalmente, en Madrid, cuando el Comité Revolucionario se hizo cargo del poder y
formó un Gobierno Provisional de carácter interino durante ocho meses. Este gobierno,
presidido por Niceto Alcalá Zamora (un veterano político conservador católico durante
la Restauración pero líder ahora de la Derecha Liberal Republicana), era heterogéneo,
de concentración, en el que estaban dentro todos los partidos republicanos además del
PSOE: Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (Partido Radical), Manuel Azaña
(Acción Republicana), Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana), Marcelino
Domingo y Álvaro de Albornoz (Partido Radical Socialista), Indalecio Prieto, Francisco
Largo Caballero y Fernando de los Ríos (PSOE), Luis Nicolau d’Olwer (Acción
Catalana Republicana), Santiago Casares Quiroga (Organización Republicana Gallega
Autónoma, ORGA).
En su calidad de nuevo gobierno, el Gobierno Provisional llevó a cabo las siguientes
primeras medidas y reformas:
- Dirigió la toma del poder por parte de los comités republicanos en todas las
instituciones locales y provinciales.
- Dicto las primeras medidas de carácter político, como la amnistía para todos los
delitos políticos, sociales y de imprenta.
- Se confiscaron todos los bienes particulares de Alfonso XIII, quien fue
acusado de enriquecimiento ilegítimo y otros delitos contra el Estado español.
- En cuanto a política social, el ministro de Trabajo, Largo Caballero, promulgó
una legislación de carácter social:
a) El Decreto de Términos Municipales con el que prohibió la
contratación de jornaleros fuera del municipio.
b) Se aprobó la jornada laboral de ocho horas.
c) La Ley de Jurados Mixtos. Medida para el ámbito local que
trató de satisfacer las aspiraciones de los jornaleros y los
pequeños arrendatarios rurales, los cuales también se vieron
favorecidos por un decreto que impedía su desahucio.
- En cuanto, al Ejército, el ministro de la Guerra, Azaña, empezó una reforma
debido al atraso técnico del mismo y al excesivo número de mandos militares en
relación con la tropa. Su objetivo era modernizarlo y adecuarlo al nuevo poder
civil. Así, aprobó las siguientes medidas:
2. a. La Ley de Retiro. Logró que cerca de un 40% de la oficialidad
abandonara el ejército (unos 7500 oficiales).
b. Se suprimió la Academia General de Zaragoza.
c. Se derogó la vieja Ley de Jurisdicciones.
d. Se redujo el número de capitanías generales.
e. Se revisaron todos los ascensos obtenidos durante la dictadura de
Primo de Rivera para comprobar la ausencia de favoritismos.
Los objetivos que buscaba Azaña, no fueron conseguidos del todo debido a la
resistencia que opusieron muchos mandos militares de origen africanista y por
las limitaciones presupuestarias. Asimismo, estas reformas militares no se vieron
acompañadas de una política de orden público pese a la creación de una policía
urbana como fue la Guardia de Asalto para la cuestión del orden público (cuyo
objetivo era sustituir, a la hora de imponer el orden público en las ciudades, a la
Guardia Civil y al Ejército). Es decir, algo que propició que el ejército con sus
“métodos” tuviese que intervenir con frecuencia en la represión de los conflictos
sociales y huelgas.
- En cuanto a la cuestión autonómica, el Gobierno Provisional, pactó con
Francesc Macià (quien había proclamado el 14 de abril el Estado Catalán) la
creación de un gobierno provisional de Cataluña (la Generalitat) que fue
aprobado por decreto el 21 de abril.
Además de estas primeras medidas adoptadas por el Gobierno Provisional, los
elementos básicos que componían el sistema político de la II República fueron los
partidos y la Constitución de 1931.
b) Los partidos políticos
Los partidos republicanos de izquierda.
Destacaron dos:
. Partido Republicano Radical Socialista (PRRS). De inspiración francesa, era un
partido reformista, federal y anticlerical que sufrió varias rupturas por cuestiones de
liderazgo. Sus dirigentes principales fueron Marcelino Domingo (que fue ministro
en diferentes gobiernos del primer bienio y de 1936 de instrucción Pública y de
Agricultura) y Álvaro de Albornoz (ministro de Fomento y de Justicia en gobiernos
del primer bienio).
. Acción Republicana (AR). Partido también reformista pero más moderado que el
PRRS. Su líder fue Manuel Azaña (ministro de Guerra y presidente del Consejo de
Ministros durante el primer bienio y Presidente de la República en 1936). Azaña era
un prestigioso intelectual y un notable literato que se convirtió además en uno de los
más extraordinarios y persuasivos oradores parlamentarios gracias a la calidad,
profundidad y expresividad de sus discursos parlamentarios. Sus objetivos eran
modernizar el país, consolidar las instituciones democráticas y buscar la
colaboración socialista para integrar al movimiento obrero en la democracia
apartándolo de tentativas revolucionarias. En 1934 AR se fusionó con disidentes del
antiguo PRRS y formó el partido de Izquierda Republicana.
Los partidos republicanos de centro.
3. . Aquí destacó el Partido Republicano Radical (PRR). Liderado por Alejandro
Lerroux (jefe de gobierno entre 1933 y 1935 y que ahora era un anciano setentón
que ya había abandonado su anticlericalismo de principios de siglo). Las señas
ideológicas de este partido eran: la defensa del orden, el temor al movimiento obrero
revolucionario, la desconfianza de la colaboración socialista en los gobiernos
republicanos y temor a los excesos reformistas en el ámbito socioeconómico.
. También destacó partidos republicanos de derechas como la Derecha Liberal
Republicana (DLR) de Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura y que fue un partido
conservador, católico, defensor del orden, de la propiedad, temeroso del movimiento
obrero y en contra también de excesivas medidas reformistas.
Los partidos obreros
. Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Fue la fuerza política más poderosa y
con un mayor número de votos durante la II República, ya que obtuvo 116 diputados
en las elecciones de 1931, 58 en 1933 y 99 en 1936. El sindicato socialista también
creció hasta alcanzar la cifra de 1.500.000 afiliados. Sin embargo, dentro del PSOE
aparecieron dos tendencias diferentes cuyas discrepancias fueron aumentando y que
fueron encabezadas por Largo Caballero (apodado el “Lenin español”) e Indalecio
Prieto. Así, la tendencia de Largo Caballero era más extremista y revolucionaria, se
acercó hacia los comunistas y pronto se sintió defraudada por las reformas de los
gobiernos republicanos. Por otra parte, la tendencia de Indalecio Prieto era más
moderada, siguió confiando en el sistema democrático y siempre defendió la
colaboración con los republicanos de Azaña.
. Partido Comunista de España (PCE). Fue un grupo revolucionario y prosoviético
cuyos dirigentes siempre demostraron una completa sumisión a las órdenes dictadas
desde Moscú por Stalin. A su frente, estaban Dolores Ibarruri (La Pasionaria) y
José Díaz. Este grupo nunca obtuvo un destacado peso parlamentario en todo el
periodo republicano y siempre mostraron gran hostilidad hacia los gobiernos
presididos por Azaña.
. Grupos Anarquistas. CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la FAI
(Federación Anarquista Ibérica). Rechazaban la democracia parlamentaria y
actuaron con la intención de derribar las instituciones republicanas y lograr el
triunfo de la revolución. Así desencadenaron un amplio movimiento insurreccional
con numerosas huelgas, manifestaciones y protestas que dejaron bastantes muertos
en los violentos choques contra las fuerzas del orden. Destacó Buenaventura
Durruti.
Los partidos nacionalistas y regionalistas
. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). Este partido izquierdista y nacionalista
tuvo importantes éxitos electorales desplazando a los conservadores de la Lliga. A
partir de 1933, tras la muerte de Macià, Lluis Companys pasó a ejercer la dirección
de ERC y la presidencia del gobierno autonómico de la Generalitat.
. Lliga Catalana. Perdió peso debido al empuje de la ERC, lo que hizo que
colaborase con partidos más derechistas como la CEDA, los tradicionalistas o el
Partido Radical.
. PNV (Partido Nacionalista Vasco). Era un partido católico y nacionalista. En 1931
la dirección peneuvista llegó a preparar un proyecto de autonomía que excluía el
sufragio universal y pretendía retirar el derecho al voto a todos los inmigrantes con
4. menos de diez años de residencia en las tres provincias vascas. Destacó su dirigente
José Antonio Aguirre que se convirtió en el primer lehendakari del gobierno
autónomo vasco en 1936, ya en guerra civil.
. Grupos Gallegistas. Destacaron la Organización Republicana Gallega Autónoma
(ORGA) cuyo dirigente más importante fue Santiago Casares Quiroga. Este grupo
era republicano de izquierdas y autonomista que derivó en la formación del Partido
Republicano Gallego (PRG). Asimismo, destacó pero en menor medida el Partido
Galerista que era un grupo político autonomista muy reducido creado en 1931 y
cuyo dirigente más destacado fue Alfonso Castelao.
Las fuerzas políticas de derecha
. Carlistas. Seguían fieles al tradicionalismo monárquico y al ultracatolicismo,
rechazaban la libertad religiosa, defendían el foralismo y no aceptaban el régimen
republicano. Durante la República reforzaron la preparación militar de sus grupos de
requetés para participar en un golpe violento contra la República. Destacó su
dirigente Manuel Fal Conde.
. Renovación Española. Partido creado en 1933 que reunía a los monárquicos,
aristócratas, latifundistas y a los poderosos sectores financieros e industriales más
ultraderechistas, tradicionalistas, ultracatólicos y antidemócratas del país.
Consideraban el liberalismo, la democracia, el socialismo, el racionalismo y el
individualismo como teorías falsas destructoras del orden tradicional y opuestas a
los valores católicos. Además, justificaban el recurso a la fuerza para derribar a la
República. Destacaron el político primorriverista José Calvo Sotelo y el intelectual
Ramiro de Maeztu.
. CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). Se fundó a principios
de 1933 y se convirtió en la fuerza política más poderosa y con mayor número de
votantes de toda la derecha. La CEDA fue un auténtico partido de masas que llegó a
contar con más de 700.000 afiliados. Estaba liderada por José María Gil Robles,
cuyos discursos contenían exaltadas afirmaciones antidemocráticas. Los tres puntos
esenciales de su programa eran la defensa del catolicismo, el antimarxismo y la
salvaguardia de la unidad nacional. Así, garantizar los intereses de la Iglesia frente
a la amenaza de las reformas republicanas y evitar cualquier reforma agraria que
pusiera en peligro la propiedad privada y el sistema capitalista siempre fueron sus
prioridades.
Los grupos fascistas
. JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista). Fue un pequeño partido fundado
en 1931 siguiendo el modelo de otros grupos fascistas europeos. Estaba dirigido por
Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Girón. Era un partido
de carácter totalitario y contrario a los partidos políticos. Propugnaba la acción
violenta contra la República y la supremacía del Estado, pretendiendo articularlo en
torno a un sindicato vertical. Asimismo, era extremadamente nacionalista de corte
imperialista concretando esta ideología en el denominado Nacional-sindicalismo.
. FE (Falange Española). Grupo político creado en 1933 y liderado por José
Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador fallecido), el cual consiguió que un
grupo de aristócratas y monárquicos ultraderechistas aportaran dinero para financiar
su partido. Muchos de sus afiliados eran estudiantes burgueses de buena posición
económica. Destacaron intelectuales como Rafael Sánchez Mazas. Sin embargo, al
5. contrario de lo que había ocurrido en Alemania e Italia fue un grupo minúsculo. La
ideología de Falange es el nacionalsindicalismo, la unidad nacional y el sindicato
vertical, tratándose de un fascismo a la italiana pero con componentes tomados del
catolicismo. Falange se unió a las JONS en 1934 pasando a ser el partido FE de las
JONS aunque nunca dejó de ser un grupúsculo.
d) La Constitución de 1931
El 28 de junio de 1931, se celebraron las elecciones a Cortes Constituyentes con una
nueva ley electoral de 8 de mayo de 1931. En esta ley, el cambio consistía, en hacer en
hacer de las circunscripciones plurinominales (las grandes ciudades con los pueblos de
su partido judicial), la demarcación electoral principal en detrimento de los pequeños
distritos uninominales (con el objetivo de evitar numerosos defectos y vicios
electorales). También con esta ley se implantaba el sufragio universal masculino, no
pudiendo votar todavía las mujeres pero con la novedad de poder ser elegibles (es decir,
las mujeres pudieron presentarse como candidatas. Posteriormente, en las elecciones de
noviembre de 1933 ya pudieron votar). Asimismo, se establecía un sistema de mayorías
y de minorías en cada circunscripción con listas abiertas, en el que a las mayorías venía
a corresponder, aproximadamente, el 80 % de los escaños y a las minorías por tanto, el
20%. Cabe destacar que este aspecto hacía necesaria la coalición de partidos e hizo que
el sistema tendiese al bipartidismo polarizándose progresivamente la sociedad. Pero
estos problemas no se percibieron tanto en las elecciones de diputados de 1931 como en
las de 1933 y 1936. Al fin y al cabo, en junio de 1931, el nuevo régimen republicano
todavía estaba viviendo su alborozada luna de miel.
Así, los resultados electorales dieron una victoria aplastante a la conjunción
republicano-socialista que estaba en el gobierno. La suma de los diputados de esta
tendencia representó casi el 90% de la cámara, aunque en el seno de seno de la coalición
convivían hasta 19 partidos diferentes. Hay que destacar en estos resultados que dentro
de la conjunción el PSOE consiguió 116 diputados, el Partido Radical de Lerroux 90, el
PRRS 56, la ERC 36 y AR 26. Por otra parte, la representación en la cámara de los
partidos conservadores o no republicanos fue muy escasa.
Asimismo, desde el punto de vista social, las Cortes Constituyentes incorporaron a la
vida política a las nuevas clases medias urbanas y, de forma muy señalada, a profesores
e intelectuales.
Durante los meses siguientes hasta su aprobación el 9 de diciembre de 1931, se elaboró
una Constitución (con 10 Títulos y 127 artículos) cuyo objetivo fue construir un
régimen político de carácter democrático. Varios aspectos a destacar de la Constitución:
1) Se definió a España como una “república democrática de trabajadores de
toda clase”.
2) Se reconoció el derecho de voto de la mujer. Es decir, se introdujo el
sufragio femenino.
3) Se regularon medidas de protección social y cultural de los ciudadanos.
Así, por ejemplo, se consagró el derecho a una educación primaria,
obligatoria y gratuita.
4) Se estableció una nueva y radical división de poderes. La Constitución
privilegiaba al poder legislativo sobre los demás:
- Las Cortes constaban de una sola cámara (sistema unicameral), con
capacidad de iniciativa legislativa. Es decir, el senado fue suprimido.
- Los gobiernos debían lograr la confianza del Parlamento.
6. - Los posibles conflictos entre poderes se confiaban a un Tribunal de
Garantías Constitucionales para garantizar la constitucionalidad de las
leyes, amprar los derechos individuales y resolver los conflictos entre el
Estado y las regiones autónomas. La justicia se basaba en la autonomía y
la independencia de los jueces y tribunales.
- Apareció la figura del Presidente de la República de elección indirecta
(era elegido por los diputados). Carecía del poder moderador del
monarca pero tenía derecho de veto en la elección de los candidatos a
presidentes del ejecutivo.
5) Se separó la Iglesia del Estado. La política religiosa originó un fuerte
debate parlamentario. El objetivo era lograr una sociedad secularizada:
- Se afirmó la aconfesionalidad del Estado republicano.
- Se aprobó la libertad de cultos, el matrimonio civil y el divorcio.
- Se prohibió la enseñanza a las congregaciones religiosas.
- Se suprimió la Compañía de Jesús.
- Se suprimieron las subvenciones económicas del Estado a la iglesia
católica.
- Sólo se autorizaba el culto privado e imponía la exigencia de una
autorización gubernamental para la celebración de cualquier ceremonia
religiosa (procesiones, romerías o misas al aire libre).
6) Se realizó una nueva ordenación territorial. La Constitución consideraba
la República como un Estado integral, compatible con la autonomía de
los municipios y de las regiones. Así, esta circunstancia abrió la
posibilidad de elaborar estatutos de autonomía y de constituir regiones
autónomas, que en el caso de Cataluña ya se había acordado en los días
siguientes a la proclamación de la República y que tuvo como resultado,
finalmente, la aprobación en 1932 del Estatuto de autonomía de
Cataluña. Por otra parte, se elaboraron proyectos de Estatuto del País
Vasco y de Galicia que fueron aprobados pero durante la Guerra Civil.
7) Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero se asumió el
principio de que la riqueza del país quedaba subordinada a los intereses
de la economía nacional. Así, la propiedad privada podía ser objeto de
expropiación forzosa, por utilidad social, con la correspondiente
indemnización. Además se abrió la posibilidad de nacionalización de
ciertos sectores de la economía.
Cabe destacar que la Constitución de 1931 abría camino a una democratización
profunda de las estructuras estatales y era avanzada en muchos aspectos en comparación
con otras Constituciones, como la alemana, la mexicana o la austríaca, que la inspiraron
parcialmente. Su extensión y su minuciosidad revelan el afán de sus redactores por
hacer de ella un auténtico código para la reforma social y política de España y por no
dejar huecos a través de los que la derecha pudiera en un futuro desvirtuar el espíritu
progresista que la informaba. Era una Constitución de izquierdas, fruto de acuerdos
coyunturales entre los socialistas y la pequeña burguesía republicana, pero no de un
consenso generalizado de las fuerzas políticas puesto que la derecha no republicana la
rechazó y mostró su disposición a revisarla en cuanto tuviera ocasión.
Además, conviene añadir como dato significativo de aquellas Cortes Constituyentes
donde se redactó esta Constitución que, semanas antes de aprobarse, las Cortes juzgaron
7. las responsabilidades del rey Alfonso XIII en el golpe que instauró la dictadura de
Primo de Rivera. La ponencia de la acusación contra el monarca fue defendida por el
radical socialista Ángel Galarza y, aunque su intervención no fue nada brillante frente al
único defensor del antiguo rey, el Conde de Romanones, la mayoría de las Cortes
declaró a Alfonso XIII “culpable de alta traición”, le desposeyó de sus bienes, derechos
y títulos y le condenaron al destierro perpetuo.
- El bienio reformista (1931-1933)
Azaña accedió a la presidencia del Gobierno en octubre de 1931, después de las
dimisiones de Alcalá Zamora y Miguel Maura, provocadas por la solución dada en
las Cortes a la cuestión religiosa. En teoría era una situación transitoria hasta que se
aprobase totalmente la Constitución y se eligiese un Presidente de la República
(cargo que recaería en Alcalá Zamora) en diciembre. Sin embargo, Azaña, sería
presidente de varios gobiernos de forma continuada hasta septiembre de 1933
debido dos motivos fundamentales: primero por el prestigio alcanzado en los
debates parlamentarios y en el desempeño del gobierno; y, segundo, por el apoyo a
su continuidad de los republicanos de izquierda (PRRS, ERC y ORGA) y, sobre
todo, de los socialistas. Esto provocó que el viejo líder del Partido Radical,
Alejandro Lerroux, a pesar de contar con mayor número de diputados de su partido
en el Parlamento que Azaña, no fuese aceptado para formar gobierno. Un hecho que
se debía, en realidad, a que existía desconfianza hacia el viejo político republicano y
que provocaría la primera escisión de la vieja alianza republicana que había firmado
el Pacto de San Sebastián. A partir de entonces, los gobiernos de Azaña
descansarían en una alianza entre republicanos de izquierda (AR, PRRS y
republicanos catalanes y gallegos) y socialistas (PSOE), con el interés de incorporar
al socialismo reformista al gobierno de la República (algo que ya sucedía en varios
países europeos, Alemania, Francia, entre otros). Asimismo, en opinión de Azaña y
de otros republicanos de izquierda, al estar el Partido Radical de Lerroux en la
oposición, es decir, un grupo republicano de centro, se favorecía a evitar la posible
aparición de partidos no leales a la República y, por lo tanto, a consolidar el régimen
republicano. Sin embargo, ninguno de estos supuestos funcionó. La oposición
parlamentaria del Partido Radical, al que se fueron incorporando progresivamente
otras fuerzas de derechas, monárquicas o católicas, sería muy férrea, sobre todo, a
partir de finales de 1932.
No obstante, los gobiernos republicano-socialistas presididos por Azaña, fueron los
más estables de la República (casi dos años de duración) y los responsables de las
principales acciones de reforma de todo el régimen. Algo que también se vio
favorecido por la continuidad de las Cortes Constituyentes tras la aprobación de la
Constitución en diciembre. Así, se podrían destacar las siguientes reformas, además
de la cuestión religiosa y la reforma del Ejército antes mencionadas:
a) La reforma educativa. Sin duda, uno de los logros más destacados de la
República. En política educativa y cultural destacaron los ministros de
Instrucción Pública, Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos, los
cuales llevaron a cabo la duplicación del número de escuelas primarias,
el aumento de la red de bibliotecas, la creación de las Misiones
Pedagógicas (para extender la cultura en las áreas rurales) y el apoyo a la
expansión universitaria (de la que fue ejemplo la ciudad universitaria de
8. Madrid), aumento el presupuesto en educación un 50%, impulsó la
enseñanza mixta, y aumentó el número de profesores. Estas medidas
complementaban a otras de carácter laicista en las que se suprimió la
obligatoriedad de la religión en colegios e institutos y se obligó a retirar
todos los crucifijos y símbolos religiosos de las aulas. Las bases de la
reforma educativa eran hacer de la educación gratuita y laica un derecho
universal. Entre 1931 y 1933 se construyeron unas 13 mil escuelas y
aumentó notablemente el número de maestros de 36 mil a 51 mil.
También se multiplicó el número de institutos de Bachillerato.
b) Se aprobaron en las Cortes la Ley de Defensa de la República, una
medida preventiva frente a cualquier posible ataque del régimen
republicano.
c) La política de obras públicas diseñada por Indalecio Prieto supuso
intentos de fomentar las obras hidráulicas y ferroviarias.
d) En Hacienda, el ministro Jaume Carner, desarrolló una importante labor
de equilibrio de presupuesto y de saneamiento económico.
e) Al frente del ministerio de Trabajo, Largo Caballero, prosiguió la
legislación social iniciada en los primeros meses de la República, con
decretos sobre la intensificación de cultivos (1932) o la Ley de Contrato
de Trabajo (1931).
f) La reforma agraria. La decisión de promover una reforma específica en
el sector agrario venía de lejos. En este sentido, en el contexto
republicano, había dos grandes alternativas para afrontar el problema
agrario:
- Llevar a cabo una reforma técnica que lograse una mayor productividad
de las explotaciones agrarias o recuperase tierras para el cultivo.
- Emprender una reforma social que combinase productividad con una
mejor distribución de la tierra, excesivamente concentrada en manos de
una minoría de grandes terratenientes latifundistas que, en su mayoría,
eran monárquicos antirrepublicanos. Se buscaba realizar una entrega de
parcelas a los campesinos para evitar conflictos y reforzar los apoyos
sociales al régimen republicano.
La política republicana concedió mayor importancia a esta dimensión
social centrándose la reforma agraria sobre todo en regiones
caracterizadas como latifundistas. Así, tras largas, lentas e intensas
discusiones en el parlamento a causa de la obstrucción practicada por los
partidos de derechas puesto que se oponían a esta reforma, se aprobó la
Ley de Reforma Agraria en septiembre de 1932, en un contexto
favorable tras el fracaso de la sublevación del General Sanjurjo.
Destacaron tres puntos de esta ley:
1) Las tierras de los aristócratas más importantes quedaron
expropiadas sin indemnización.
2) Todos los latifundios, fincas arrendadas y terrenos incultos
fueron declarados expropiables a cambio del pago de una
indemnización por parte del estado a sus propietarios.
3) Las tierras expropiadas pasaron a propiedad estatal para ser
destinadas al asentamiento de campesinos.
De su puesta en práctica debía encargarse el Instituto de Reforma
Agraria (IRA) con el apoyo financiero del Banco Nacional Agrario,
dotado, sin embargo, de escasos recursos.
9. Los resultados de la reforma agraria fueron reducidos debido a la
complejidad prevista para llevar a cabo todo el proceso, a la fuerte
oposición de las regiones latifundistas y de los propietarios y a la lentitud
de la burocracia del IRA. A finales de 1933, la extensión de tierra
expropiada fue muy reducida y únicamente 2500 campesinos recibieron
alguna parcela. Algo que provocó que cientos de miles de jornaleros
hambrientos se sintieran decepcionados con la República y prefiriesen
apoyar iniciativas más revolucionarias anarcosindicalistas. Incluso
algunos dirigentes del PSOE y de la UGT comenzaron a quejarse de la
lentitud de la reforma.
g) La reforma autonómica. El Estado integral y las autonomías. La
Constitución del 31, daba la posibilidad de que algunas regiones
pudieran elaborar sus estatutos de autonomía, dentro de un Estado
definido como integral, ni unitario ni federal. Así, la aprobación del
Estatuto de autonomía para Cataluña (redactado en Nuria) en septiembre
de 1932 fue posible gracias al esfuerzo personal de Azaña frente a la
oposición parlamentaria de diputados derechistas pero también tanto de
sectores republicanos como socialistas. A partir de ese momento
comenzaron a funcionar las instituciones autonómicas catalanas.
Los grupos opuestos a las reformas del gobierno Azaña.
La intensa actividad reformista del gobierno chocó con fuertes resistencias en
distintos sectores sociales y políticos:
1) Gran parte de la Iglesia Católica. Siempre identificó al nuevo régimen
republicano con el ataque a la Iglesia y a Dios. Asimismo, la quema de
conventos de mayo de 1931 que afectó a más de un centenar de
edificios en Madrid y otras ciudades contribuyó a acentuar su oposición
antigubernamental acusando al gobierno de pasividad policial. Por otra
parte, el Vaticano con el Papa Pío XI rechazó las medidas
secularizadoras del gobierno condenándolas en la encíclica Dilectissima
nobis de 1933. Asimismo, otro episodio de importancia en esta tensa
relación gobierno-iglesia fue la expulsión de España del arzobispo de
Toledo, el cardenal Segura en 1931.
2) Mandos militares derechistas y monárquicos. Conspiraron y prepararon
un golpe para recuperar el poder. Así, se produjo la fallida sublevación
del general Sanjurjo en agosto de 1932 en Sevilla y Madrid. Tras la
fallida sublevación el gobierno dispuso el encarcelamiento de Sanjurjo y
otros 150 militares y líderes derechistas además del cierre de periódicos
derechistas por su supuesta implicación en la conjura antirrepublicana.
3) Sectores empresariales (banqueros, hombres de negocios, industriales,
grandes comerciantes, patronos). También expresaron pronto sus
protestas contra las reformas laborales y agrarias. Así, destacó la lucha
entre el gobierno y el magnate financiero Juan March quien fue acusado
de cometer fraudes financieros y negocios ilegales durante la dictadura.
4) Los anarcosindicalistas. Desarrollaron una violenta ofensiva
insurreccional revolucionaria con el respaldo de gran parte del
proletariado debido al aumento del paro laboral, consecuencia, a su vez,
de los efectos de la crisis económica mundial comenzada en 1929. La
10. instauración de la república coincidió con la crisis mundial de 1929-1933
y, aunque sus efectos fueron menores en España que en otros países
europeos, afectó notablemente en sectores como el comercio exterior con
la agricultura de exportación y la minería. Esta coyuntura, junto con a los
problemas tradicionales de la economía española (falta de inversión,
producción poco competitiva, estructuras anticuadas, etc), situó el
desempleo en un 10% de la población activa. Así, la evolución negativa
de la economía dificultó la realización de las reformas e intensificó la
conflictividad social perjudicando notablemente la vida del régimen
republicano. En este sentido, la CNT convocó las grandes huelgas
revolucionarias del periodo teniendo especial virulencia en el caso de
los trabajadores de Telefónica en Madrid, la huelga general de Sevilla y
del Alto Llobregat en 1931, la protesta de Castilblanco en 1932 (en la
que se lincharon a varios guardia civiles), diversas huelgas en Aragón y
Valencia, y el grave suceso del pueblo gaditano de Casas Viejas, donde
tuvo lugar una matanza de campesinos por parte de la Guardia Civil que
sirvió de acicate para que anarquistas, radicales y agrarios
desencadenasen una dura campaña de desprestigio del gobierno y,
especialmente, de Azaña, a quien se acusaba injustamente de ser
responsable directo de los sucesos.
5) La oposición política. Venía de varios frentes, desde el Partido Radical, e
el propio Presidente de la República, Alcalá Zamora, hasta los
monárquicos y los católicos. Así, la labor de oposición más eficaz
correspondió a las organizaciones agrarias y católicas, lideradas por José
María Gil Robles, que confluyeron en 1933, en un nuevo partido
político. La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas)
que era un partido de masas, defensor de la religión católica y la
propiedad, pero que se declaraba accidentalista (ni monárquico ni
republicano) en la forma de gobierno. Su táctica consistía en alcanzar
fuerza parlamentaria para modificar la Constitución.
Todo este panorama de problemas y de grupos de oposición, hizo que desde
junio de 1933, la posición del último de los gobiernos de Azaña se hiciese más
difícil por la abundancia de conflictos sociales, la falta de confianza del
presidente de la República, Alcalá Zamora, y divisiones profundas dentro de
la coalición de partidos que formaban el gobierno. En este último aspecto, un
sector del PRRS, frente a la opinión de Domingo y Albornoz, era opuesto a la
labor realizada por el gobierno, a la colaboración socialista y partidario de un
acercamiento a Lerroux. Además, el sector socialista de Largo Caballero se
distanció progresivamente de la labor del gobierno al juzgarla fracasada y lenta.
Así, Alcalá Zamora, en septiembre de 1933 dio la presidencia del gobierno a los
radicales. Primero a Alejandro Lerroux y semanas después a Diego Martínez
Barrio. Su objetivo inmediato era la convocatoria de nuevas elecciones
generales y formar unas nuevas Cortes ya que consideraban que las Cortes
Constituyentes no representaban a la mayoría de la opinión ciudadana.
11. 15.2. La Segunda República: el bienio radical-cedista. La Revolución de 1934. Las
elecciones de 1036 y el Frente Popular.
- El bienio conservador radical-cedista (1934-1936)
a) El nuevo mapa político
Los resultados de las elecciones generales de noviembre de 1933 cambiaron
profundamente el panorama político y parlamentario. La Ley Electoral permitió
que las mujeres votaran por primera vez en la historia y, como indicábamos,
hacía necesaria las alianzas y coaliciones entre los partidos para obtener
resultados positivos. En este sentido, los partidos que habían gobernado hasta
entonces, republicanos de izquierda y socialistas, sufrieron una clara derrota en
gran parte debida al hecho de haber ido desunidos a las elecciones. Así, el
panorama político tras las elecciones quedó así:
- El PSOE se quedó con la mitad de los escaños de 1931, lo mismo que Esquerra
Republicana. Asimismo, los partidos republicanos de izquierda próximos a
Azaña apenas lograron representación parlamentaria.
- El Partido Radical de Lerroux aumentó su representación notablemente. Por su
parte, los triunfadores electorales fueron los partidos de derechas (CEDA,
Agrarios, Lliga, Renovación Española...). De hecho la CEDA, se convirtió en el
partido mayoritario en las Cortes con 115 escaños.
Este nuevo mapa político tuvo importantes consecuencias:
- Los partidos que habían posibilitado la llegada de la II República ya no
constituían la mayoría de la cámara. Además el pluralismo de partidos estaba
mucho más polarizado que en 1931, lo que significa un aumento de la
polarización social y política.
- La inestabilidad de los gobiernos fue constante. De 1933 a 1936 se sucedieron
cuatro presidentes que formaron nueve gobiernos radical-cedistas, con una
duración media de menos de tres meses. La mayoría de sus acciones reveló más
una voluntad de revisar las reformas del periodo azañista que una vocación de
construir un régimen republicano de base conservadora.
- Las Cortes perdieron protagonismo, lo que facilitó que derechas e izquierdas
acabaran recurriendo a la violencia.
b) Los radicales en el Gobierno
Los primeros gobiernos de este segundo bienio fueron ocupados por los
radicales, con Lerroux o Ricardo Samper como presidentes, y tuvieron el apoyo
parlamentario de la CEDA. En consecuencia esta alianza parlamentaria y
gubernamental de radicales y cedistas realizó un programa político durante dos
años que consistió en rectificar y suspender algunas de las reformas del periodo
de Azaña. Así, las decisiones de mayor importancia fueron:
- Se modificó la política religiosa, propiciando un acercamiento al Vaticano y
restableciéndose las subvenciones económicas al clero en zonas rurales.
- Se bloqueo gran parte de la reforma agraria, devolviéndose a los aristócratas
las tierras que habían sido confiscadas anteriormente y recortando drásticamente
el presupuesto para el asentamiento de campesinos.
12. - Se concedió la amnistía a los militares y monárquicos que habían participado
en la sublevación de Sanjurjo de agosto de 1932.
- Se frenó el programa de construcción de escuelas públicas.
- Se nombró generales anti-izquierdistas en puestos de mayor responsabilidad.
Por ejemplo, el general Francisco Franco fue designado jefe del Estado Mayor y
el general Emilio Mola asumió el mando de las tropas españolas en Marruecos.
Las consecuencias de estas medidas fueron las siguientes:
- Comenzaron los enfrentamientos del gobierno con el gobierno autonómico
catalán y los poderes locales vascos.
- Dentro del gobierno había división. Una parte del Partido Radical, encabezada
por Diego Martínez Barrio, estimaba que la política de Lerroux violaba los
principios republicanos, con lo cual se escindieron formando un nuevo partido.
Por el contrario, el grupo de la CEDA, en más de una ocasión consideró
demasiado moderada la rectificación de las reformas azañistas.
- Se produjo un crecimiento espectacular de la conflictividad social y las huelgas
en cuya dirección participó la UGT, ahora que los socialistas no estaban en el
gobierno. El deterioro de las condiciones laborales y la dureza de los patronos,
amparados en la victoria de 1933, desató graves conflictos, como la huelga
campesina de junio de 1934 en Andalucía y Extremadura, que se saldó con diez
mil detenciones. Asimismo, ante la actitud que estaba tomando el gobierno de
los radicales, cada vez más dependiente de la estrategia de la CEDA, los
socialistas radicalizaron sus posiciones, anunciando un movimiento general
revolucionario si la CEDA era llamada al gobierno.
b) La revolución de octubre de 1934
A principios de octubre de 1934, Lerroux dio tres ministerios (Justicia, Agricultura
y Trabajo) a miembros de la CEDA. La reacción de todos los partidos de la antigua
coalición gobernante fue negativa al entender que se había entregado el gobierno de
la República a sus más directos enemigos. Asimismo, las circunstancias
internacionales iban a ser decisivas. Existía la percepción por parte de gran parte de
la izquierda obrera española de que podía suceder lo mismo que había ocurrido en
Alemania y Austria con los cancilleres Adolf Hitler y Engelbert Dollfuss. Es decir,
el auge del nazismo en el caso alemán y de un régimen autoritario militarista en el
austríaco. Con sus respectivas peculiaridades ideológicas, se consideraba que, en
ambos casos, Hitler y Dollfuss, sus regímenes, representaban el fascismo por
coincidir en la consiguiente represión del movimiento obrero y el desmantelamiento
de la democracia parlamentaria. En la Alemania nazi, tras la llegada de Hitler al
poder, esa represión y destrucción de la Constitución de Weimar se había dado sin
apenas resistencia por parte de los partidos obreros y republicanos. Se acataron los
resultados electorales y Hitler y sus medidas ya eran imparables en pocas semanas.
Ahora bien, en Austria sí que las potentes organizaciones socialdemócratas, ante las
medidas represivas de Dollfuss, habían tratado de resistir con las armas como
sucedió en el famoso Karl Marx hof de Viena, el gran barrio obrero de la ciudad.
Finalmente, los enfrentamientos con el ejército llevaron a la derrota a los obreros
vieneses, pero su ejemplo de resistencia fue clave en el movimiento obrero español.
Los revolucionarios de octubre de 1934 adoptaron el lema “antes Viena que Berlín”,
o lo que era lo mismo, intentar resistir por la violencia si era necesario.
Así, esta situación condujo a los sucesos de octubre del 34 en los cuales los
socialistas (en este momento el sector más extremista de Largo Caballero había
13. logrado imponer su planteamiento en el PSOE) tomaron la decisión de unirse a los
comunistas y los anarquistas para derribar al gobierno y conquistar el poder por
medio de una insurrección armada que evitase esa posible amenaza del fascismo.
Esa amenaza para ellos la representaba la ambigüedad o escaso compromiso con la
legalidad republicana que tenía la CEDA, su organización juvenil JAP (Juventudes
de Acción Popular) y, desde luego, su líder Gil Robles, quien ya había visitado
Alemania interesándose por los medios de propaganda de los nazis.
De este modo, con este clima de temores a un golpe de carácter autoritario la
insurrección, en la cual los revolucionarios carecían de suficiente armamento,
comenzó el 5 de octubre con una huelga general, aunque los resultados fueron
diferentes según las ciudades. En Madrid, País Vasco y Andalucía, la incidencia de
la huelga fue escasa debido a la descoordinación de la UGT y la CNT. Sin embargo,
en Asturias y en Cataluña la situación fue distinta. En Asturias, fundamentalmente
en las zonas mineras, donde la UGT y la CNT actuaron unidas, tuvo lugar una
auténtica insurrección de carácter armado entre el 5 y el 19 de octubre que fue
sofocada con gran brutalidad (hubo aproximadamente 1500 muertos) por tropas de
la Legión trasladas desde África y dirigidas por el general Francisco Franco. Por
otra parte, en Cataluña, se produjo una rebelión en la que el gobierno autonómico de
la Generalitat presidido por Lluis Companys proclamó el Estado catalán
independiente. Sin embargo, el Ejército recuperó el control, el Estatuto de
autonomía quedó suspendido y Companys fue detenido y encarcelado junto con el
resto de los miembros de su gobierno. Además, sumado a estas consecuencias
inmediatas octubre del 34 tuvo otros resultados:
- Azaña acusado injustamente y sin pruebas de haber colaborado en la
sublevación catalana, fue encarcelado durante tres meses.
- Además del gran número de muertos, el balance general de octubre fue un total
de 30 mil detenidos, entre ellos, destacados líderes socialistas como Largo
Caballero y un joven Santiago Carrillo.
- Se acentuó en gran medida la polarización política.
c) El final del Bienio
Los sucesos de octubre también reforzaron el papel de la CEDA en el gobierno,
favorecida, además por los escándalos en que se vio envuelto el Partido Radical,
como el del estraperlo y el Nombela. Un hecho que a su vez favoreció a que se
adelantase una nueva convocatoria electoral. Así, este adelantamiento de las
elecciones generales, obligó a una reorganización de los partidos republicanos de
izquierda y a un acercamiento de estos con los socialistas para formar una nueva
coalición electoral. En este sentido, en primer lugar, los partidos republicanos de
izquierda se agruparon en dos grandes partidos, Izquierda Republicana (IR)
dirigida por Azaña y Unión Republicana (UR) encabezada por Martínez Barrio; y,
en segundo, lugar ese acercamiento entre estos partidos (IR y UR) y los socialistas
desembocó en una alianza electoral que recibió el nombre de Frente Popular y en el
que también estaban otros partidos obreros y regionalistas.
- El Frente Popular (Febrero-julio 1936)
a) Las elecciones de febrero de 1936
Dadas las características de la Ley Electoral, la coalición electoral del Frente
Popular se pactó durante cerca de un año y los artífices del acuerdo frentepopulista
14. fueron Azaña e Indalecio Prieto. Este último, tuvo que superar la resistencia de
dirigentes socialistas más extremistas como Largo Caballero, quien se mostraba
muy reticente a realizar acuerdos con los republicanos de izquierda. En este sentido
para lograr el acuerdo final, Largo Caballero exigió la entrada en esa coalición
electoral de otras fuerzas obreras como, por ejemplo y entre otras, el Partido
Comunista de España (PCE). Así, finalmente, el Frente Popular quedó constituido
en enero de 1936 por: republicanos de izquierda (IR y UR); regionalistas (Esquerra
Republicana de Cataluña, Partido Galerista, Acción Catalana Republicana, entre
otros); y partidos obreros (PSOE, PCE, Partido Sindicalista, Partido Obrero de
Unificación Marxista –POUM-).
El programa del Frente Popular consistía en recuperar y acelerar las reformas del
gobierno presidido por Azaña entre 1931 y 1933, así como una amnistía general
para los represaliados por los sucesos de octubre del 34.
Asimismo, para los grupos de derechas (CEDA -de Gil Robles-, Renovación
Española -de José Calvo Sotelo-, FE de las JONS de -José Antonio Primo de
Rivera-, carlistas) formaron el denominado “frente de la contrarrevolución”, pero
sin un acuerdo general para todas las circunscripciones electorales, es decir, fueron
muy desunidas. Su programa político consistía en llevar a cabo la reforma de la
Constitución pero sin mayor concreción.
Por otra parte, en medio, se encontraban unas muy tímidas y débiles candidaturas de
carácter centrista, inspiradas por Manuel Portela Valladares, en aquellos momentos
presidente del gobierno.
La tensión y la agresividad predominaron durante toda la campaña electoral,
habiendo durísimos ataques desde ambos bandos. Finalmente, en las elecciones del
16 de febrero de 1936 (en las que la participación electoral fue muy alta, un 70%,
puesto muchos anarquistas votaron recomendados por líderes) los resultados fueron
los siguientes:
- Las candidaturas del Frente Popular, obtuvieron una victoria en las elecciones
por un estrecho margen de votos (es un triunfo sobre todo en diputados más que
en votos), teniendo los mejores resultados en Madrid, Cataluña, Asturias y toda
la periferia mediterránea.
- Las derechas obtuvieron más votos en Castilla y en Aragón.
- Los centristas de Portela obtuvieron destacados resultados en Lugo y Soria.
- El congreso de los diputados quedó distribuido de la siguiente manera: el Frente
Popular 257 diputados (por ejemplo, IR, 87, PSOE, 99, UR, 37 y ERC, 36) las
derechas 139, los centristas y nacionalistas moderados (PNV y Lliga) 57
diputados. Por su parte, el Partido Radical de Lerroux debido a su desprestigio y
escándalos de corrupción se quedó reducido a 5 escaños.
b) La formación del Gobierno
Inmediatamente después de conocerse el triunfo del Frente Popular, el general Franco y
José María Gil Robles propusieron al presidente del gobierno, Portela Valladares que
declarara el estado de guerra y se negara a ceder el poder a los vencedores. Sin
embargo, estas iniciativas fracasaron y en medio de rumores de sublevación militar,
Azaña fue nombrado jefe de gobierno. Sin embargo, dicho gobierno de Azaña fue
estrictamente republicano (con ministros pertenecientes a los partidos
republicanos burgueses de izquierda) sin participación de los socialistas puesto
que se había llegado a un acuerdo previo.
Las primeras medidas de urgencia de este gobierno fueron:
- La liberación de los presos de octubre del 34.
15. - El restablecimiento de las instituciones autonómicas catalanas. La recuperación
y aceleración de la política de reforma agraria. En pocas semanas se repartieron
entre 150 mil campesinos 500 mil hectáreas.
- Se comenzaron a tramitar los estatutos de autonomía del País Vasco y Galicia.
c) Hacia la Guerra Civil
Varios hechos en ese camino hacia la Guerra Civil:
- Los resultados electorales no lograron sosegar la vida política. Las posiciones
más extremistas tanto en la derecha como en la izquierda fueron ganando terreno
en sus propuestas políticas y parlamentarias (en el parlamento se desarrolló una
gran agresividad verbal con amenazas), además de en la calle
- Los sindicatos UGT y CNT actuaron mucho más unidos que en el primer Bienio
propiciando una importante movilización obrera y numerosas huelgas. Todos los
sectores económicos, sobre todo, la construcción se vieron afectados. De hecho,
el movimiento obrero prefería preparar la revolución social que apoyar a un
gobierno al que consideraba “burgués”. A su vez, Los sectores católicos, los
propietarios de tierras y los empresarios estaban cada vez más asustados,
acentuándose este estado de ánimo tras las invasiones masivas de propiedades
por parte de campesinos en pueblos de Madrid, Salamanca, Toledo, Murcia y
Extremadura
- Los grupos extremistas de derecha, desde Falange Española al Bloque Nacional,
confiaban cada vez menos en las tácticas parlamentarias de la CEDA de Gil
Robles. En este sentido, el gobierno de Azaña ilegalizó a Falange y detuvo a sus
dirigentes (entre ellos José Antonio Primo de Rivera) por su responsabilidad en
diversos atentados.
- El 10 de mayo de 1936, Azaña que se sentía cada vez más fatigado y desgastado,
paso a ocupar la Presidencia de la República sustituyendo a Alcalá Zamora. A
partir de entonces la presidencia del gobierno fue asumida entonces por Santiago
Casares Quiroga, miembro de IR (antes había sido de la ORGA) y hombre de
confianza de Azaña.
- El punto de encuentro de esta polarización política y social fue la lucha callejera,
que se convirtió en el escenario de una intensa violencia política. Cientos de
asesinatos, de nuevo, incendios de conventos e iglesias y escaramuzas públicas
convirtieron a la violencia en la principal arma política, sin que el gobierno de
Casares Quiroga fuera capaz de controlar el orden público.
- A todo ello se añadió la división interna del ejército. En este sentido parte de sus
mandos encabezados por los generales Emilio Mola y Franco, entre otros,
participaban en una conspiración contra el gobierno del Frente Popular y contra
la República.
- Por último, los asesinatos políticos del teniente Castillo (socialista, teniente de la
Guardia de Asalto) y del líder ultraderechista, Calvo Sotelo, el 13 de julio de
1936, acabaron por acelerar la sublevación militar comenzando la guerra civil el
18 de julio.