Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos, instituyendo la Eucaristía. Fue arrestado y juzgado injustamente por las autoridades religiosas y políticas, condenado a muerte y crucificado. Tras su muerte en la cruz, fue sepultado pero resucitó a los tres días, apareciéndose a sus discípulos y otros, lo que les llevó a creer firmemente que Jesús es el Hijo de Dios, Salvador y Señor.