Este poema describe la lluvia cruzando a la otra orilla sin ser maltratada. La lluvia acelera el molino y regula el reloj. Mañana el sol saldrá al revés y la lluvia vacía se refugiará en la campana. El poema fue escrito por Gerardo Diego y las fotos fueron tomadas de "El Diario Montañés" en noviembre de 2013.