Este documento discute las formas en que la tecnología digital puede usarse para propósitos terroristas y cómo los gobiernos han reaccionado a esta amenaza. Explica que aunque la red puede usarse para difundir ideas extremas, esto es parte de una sociedad abierta. Describe formas como hackers y crackers podrían considerarse terroristas según las leyes estadounidenses, aunque sus intenciones generalmente no son causar daño físico. También explica cómo los terroristas usan la red para comunicarse y obtener información.