La sociedad del conocimiento se caracteriza por la unidad compleja entre ciencia y tecnología, que tiene una dimensión social inherente con grandes repercusiones económicas, políticas y culturales. La percepción pública de la ciencia y la tecnología es que forman parte consustancial de nuestras vidas debido a su ubicuidad, aunque a veces pasen desapercibidas. La concepción racionalista tradicional de la ciencia y la tecnología ha dado paso a estudios sociales más completos desde los años setenta.