La norma clasifica los fuegos en cuatro clases (A, B, C y D), cada una con un símbolo distintivo. La Clase A incluye fuegos en materiales sólidos como madera y plástico. La Clase B son líquidos inflamables como gasolina. La Clase C son fuegos eléctricos. La Clase D son metales como aluminio. También existe la Clase K para fuegos en extractores de cocinas.