El documento analiza las posibles causas de la casi extinción de los nativos americanos en el siglo XIX. Descarta las hipótesis de las enfermedades traídas por los europeos y la conquista sangrienta. Determina que la causa principal fueron las Guerras Apaches entre 1861-1886, cuando los nativos rebeldes sostuvieron una guerra constante contra el gobierno mexicano-estadounidense por sus territorios y recursos, hasta que finalmente fueron desplazados a reservas.