El libro analiza las finanzas según el libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento. Critica tanto al rico por enorgullecerse de su riqueza y no ayudar al pobre, como al pobre por quejarse en vez de aceptar su situación. La riqueza y la pobreza pueden alejar del espíritu si se cae en los extremos. La moderación y ayudar a los necesitados son el camino a seguir según el texto.