Tras la Revolución Francesa, Napoleón dio un golpe de estado en 1799 y se convirtió en cónsul de Francia, estableciendo el Consulado. Se autoproclamó emperador en 1804 e impulsó la expansión territorial del Imperio francés por Europa, aunque finalmente fue derrotado en España y Rusia en 1812-1815, poniendo fin a su imperio. Esto llevó a la Restauración de la monarquía borbónica en Francia y al Congreso de Viena de 1815, que buscó restaurar