La Revolución Francesa eliminó la monarquía absoluta y el sistema feudal, estableciendo una nueva forma de gobierno y una sociedad de clases. Se creó la Asamblea Nacional, se declararon los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y se separó la iglesia del estado. Sin embargo, las facciones revolucionarias lucharon por el poder, dando lugar a un período de gobierno dictatorial y el Terror antes de que Napoleón estableciera el Consulado y luego el Imperio.