La normativa establece las obligaciones de los productores, distribuidores y usuarios en la gestión de residuos electrónicos. Los productores deben financiar la gestión de los residuos y diseñar los aparatos para facilitar el reciclaje. Los usuarios deben entregar los aparatos electrónicos cuando se deshagan de ellos. Existen sistemas para la recogida selectiva de los residuos electrónicos que son tratados en centros para su reciclaje y la recuperación de materiales.