La Puerta de Alcalá fue construida en 1769 por Francisco Sabatini y es uno de los monumentos más emblemáticos de Madrid. Consiste en cinco arcos y doce columnas y servía como entrada a la ciudad desde el camino de Aragón. La Plaza Mayor se construyó en 1619 sobre la antigua plaza principal del Madrid medieval y se usaba para espectáculos públicos como corridas de toros. Ha sufrido varios incendios que han requerido remodelaciones, la más notable realizada por Villanueva que le dio su apariencia simétrica actual.